sábado 20 de abril de 2024

OPINIÓN | 18 dic 2021

MIRADA EXTREMA

Prisión perpetua

Escribe Andrés ‘Tato’ Rissolo.


Es, exactamente, lo que se esperaba. Ni más, ni menos. Para una ciudad que desdeñó a los empresarios rusos en los ferrocarriles, que ve cómo los americanos posicionan una agroindustria en Ameghino, el proyecto de construir 2 nuevos pabellones colectivos para 120 internos en la Unidad Penitenciaria 13 es la respuesta a esas súplicas, de aquellos que quieren que le creen trabajo a la población sin tener que hacer esfuerzos.

Claro, que hay ciertas obligaciones que tienen los Estados, y que deben prestarlas, aunque estas no sean muy agradables. Mucho más agraciado sería construir escuelas que cárceles, pero para este sistema con políticas decadentes no es conveniente.  Lo único con que se los beneficia es con ignorantes, pobres y delincuentes.

Porque para aquellos transgresores de guantes blancos están ya instalados los salvoconductos que inmediatamente los devuelven a los paraísos terrenales, mientras que para quienes robaron un mendrugo de pan para saciar el hambre, los antiguos cadalsos siempre están a la espera.

Por eso la ampliación de la Unidad Penitencial Nº 13 con dos nuevos pabellones, con un costo de 196.881.550 pesos, que tuvo su origen por parte del gobierno militar y consecutivamente fue ampliado por el acuerdo del ex intendente Mario Meoni con el gobernador peronista Felipe Solá, con la farsa de que solo se iba a construir una “alcaldía”. Pero la idea no es nueva ni pequeña. Solo basta recordar como el gobierno de Carlos Saúl Menem pretendió utilizar las posesiones del cuartel militar del arma de artillería para la construcción de un nuevo edifico carcelario.

Esta vez el obsequio provino del propio gobernador Axel Kicillof, quien afirma que solo está usando una idea de María Eugenia Vidal, y aprovecha para consolidar su gesta tras una frustrada intentona pasada, ahora nuevamente aventada por los apremios que, en materia de seguridad y justicia, se abaten en la provincia de Buenos Aires, principalmente en el cordón lindante a la Capital Federal.

De acuerdo a los trascendidos recogidos por un medio periodístico local -que afirma no mentir- ya se hicieron los estudios y mapeos de suelo y además se dio a conocer que, en breve, se abrirá la postulación para tomar 80 personas más como guardias.

Seguramente fascinados por la política de ostracismo que el intendente Petrecca llevó adelante de forma estanca en sus años de gobierno, y a la dislocada tarea de los ministriles provinciales, que sin preguntas ni respuestas a preguntas importantes, como podría ser por qué el aeroparque provincial sigue cerrado, que tiene el mismo costo de obra que la ampliación, como para que estos funcionarios puedan aterrizar y dejar el infinito cosmos político que transitan en una inmensa nube de gases raros.

La ciudad tal como se preserva es por demás de potable para los fines carcelarios. Así lo marca la historia, la realidad concreta de la ciudad, que desde sus inicios es sede de los distintos tribunales donde se intenta impartir justicia es coherente que en su derredor se alojen a los condenados.

La casa de altos estudios de la UNNOBA tiene entre sus carreras de estudio la abogacía, hecho este que reforzaría el alegato a favor de la ampliación con elementos contundentes. Y hasta el renovado servicio ferroviario de los días viernes y lunes, de Capital Federal a Junín y viceversa, con sus unidades nuevas, coche comedor a bordo, y de módico costo, serán de utilidad para las familias de los inculpados cuando vengan a sus visitas higiénicas o de tertulias, es otro ítem de mayor factibilidad para el proyecto. Todo encuadra, todo cierra y está a favor de éste proyecto de ampliación carcelaria cuando no se ha trabajado en la concreción de otros proyectos.

Para el caso del secretario de Seguridad de la Municipalidad de Junín, Luis Chami, quien aseveró que: “si esto es así, es una mala noticia. Esto ya nos pasó el gobierno anterior, esto de agrandar la cárcel, y es un avasallamiento. Creo que los juninenses debemos estar unidos para impedirlo. No podemos permitir que se sigan agrandando, Junín ya hizo el sacrificio de tener varias cárceles en nuestra ciudad”.

Según Chami “lo que ahora se haría es ampliar la UP 13 y esto nos molesta muchísimo. Debemos estar atentos porque las mismas personas (la oposición) que aquel entonces, en 2018, cuando se quiso instalar otra cárcel y el Intendente intercedió ante el entonces ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, pidieron que esto no ocurriera, vamos a ver qué hacen ahora, de qué lado están”.

¿Y cuál será actitud que adoptará la oposición? Porque si hay algo que ellos bien saben por propia experiencia es que dentro del ostracismo no debe  existir grieta. La respuesta debe ser maniquea. Se está de un lado o del otro.

Una ardua tarea les espera a los miembros del Honorable Concejo Deliberante de la ciudad. En principio con un expeditivo accionar comenzó a partir de su presidente, Gabriel D’Andrea, quien sin medir las consecuencias arremetió firmeza elevando un proyecto de comunicación al Sr. Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Don Áxel Kicillof.

Con un exordio incandescente en el que se dio por visto y considerando la preocupación de la sociedad por los antecedentes de realizar una ampliación de la U.P. 13, le solicitaron que se les informe si hay una decisión tomada en tal sentido, y  en caso de ser afirmativa la respuesta, el presidente de los ediles pidió que  se tome  la presente como una expresión de rechazo.

Tras los estertores de una profunda y prolongada carcajada que le habría provocado la presente al mandatario provincial, según fuentes no oficiales pero muy cercanas a la autoridad jurisdiccional. Hasta el momento no se ha escuchado la voz del intendente Pablo Alexis Petrecca, que aún permanece en “mute”, es muy difícil que luego de años en silencio por años puedan, ipso facto, cantar una ópera aria con un registro de tenor.

Sin ninguna clase y tipo de dudas, la seguridad local, provincial y nacional merecen, a corto plazo, un tratamiento efectivo para una realidad concreta, que aleje a los procesados del hacinamiento y de la profesionalización en delito que se da en las cárceles actuales. 

La construcción de nuevas unidades penales conlleva al concienzudo análisis por dónde ubicar las nuevas estructuras, entre las que deberían considerarse antiguos pueblos deshabitados, que podrían recobrar la vida y renovar las esperanzas, tanto como lo merecen los confinados como la ciudadanía toda.

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