jueves 25 de abril de 2024

OPINIÓN | 15 ene 2022

MIRADA EXTREMA

Así son las cosas

Escribe Andrés ‘Tato’ Rissolo.


Las palabras son el signo de las ideas. Ergo, cada palabra en el discurso de un funcionario es la idea, la concepción final oculta de la trama política en conflicto. Una respuesta, más que identificar a una persona, es el parámetro con la cual se toma conciencia de cuantos funcionarios comparten la misma perspectiva, independientemente de las plataformas políticas. Los unos y los otros. Los mismos. Ellos. Que se alternan eternamente entre los distintos estratos de la política son los que conforman los círculos de poder. Son, en definitiva, los que hacen que un hecho suceda o no. La evolución o retroceso esta en sus manos.

El 12 de julio de 2018, un funcionario representante de la cuarta sección electoral fue consultado por la revista platense “La Tecla” sobre un tema que, en ese momento, no cobraba mayor relevancia. La pregunta era: ¿Qué pasó con la cárcel que estaba prevista para ser construida en Junín? Y la respuesta fue: “está en el Presupuesto de la Nación, pero no vi mover un ladrillo. No hay licitación, no avanzó en nada. Es un tema delicado, de debate en la sociedad. Junín es un pueblo penitenciario importante, tiene tres unidades penitenciarias con muchísimos trabajadores; pero en el saber popular se ha relacionado con el tema de la inseguridad, que ha crecido enormemente. Sin embargo, no es un tema de agenda hoy”.

Hoy, es tema de agenda. De candente actualidad. Y lo importante de esta declaración es la exhibición de la idea que sobre la ciudad tienen los políticos que la representan. Para la mente de los funcionarios, Junín es un “pueblo”. Y una “penitenciaria” una fábrica con muchísimos trabajadores.

Junín es un “pueblo”.  En el mejor de los casos, Junín, es un pueblo grande. No guarda los requisitos mínimos y necesarios como para inspirar, aunque sea, la imagen mental de una ciudad. Y esta realidad no tiene intención de ser revertida. Ni por unos, ni por otros. Por ninguno de los dos.

Desde hace tiempo se advierte más claramente esta línea de pensamiento en todos aquellos que asumen responsabilidades para administrar las arcas del pueblo. Desprecian las distintas oportunidades que sus “colegas” de la región capitalizan para sus distritos. Es así como los empresarios rusos llegaron a Bragado, los norteamericanos aterrizan en Ameghino, y las distintas comunas se afanan en pos de una industria que evolucione la sociedad y la prestigie.

Junín continúa en un marasmo evolutivo y un ostracismo cínico, que lleva a los mismos funcionarios renegar de su condición de políticos, para acusarse de hacer “política” con la aceptación o negación, por la autoría o realización de tal o cual proyecto.  Reniegan de la política que los mantiene y no hacen con ella una estrategia superadora, con fábricas que dignifiquen al trabajador y penales dignos para hacer justicia.

Algunos creen que evolucionar es rediscutir temas trascendentes para la ciudad con un enfoque más integral y sistémico a través de la Agencia de Desarrollo Local. Lo mejor sería que primero se presenten y enumeren los temas importantes, para saber si benefician en general a la ciudad o en especial a algún sector particular de la sociedad.  En qué caso de que ya se los hubiese presentado es menester saber por qué se los “cajoneo”, y quién lo hizo, durante cuánto tiempo.

En el reciente proyecto de subdividir la provincia de Buenos Aires, presentados por el emérito senador nacional Esteban Bullrich, Junín se encontraría en Provincia de Buenos Aires del Norte: con capital en San Nicolás, junto a 30 partidos que tomarían todo el norte del actual distrito. San Nicolás, a diferencia de Junín o Pergamino, tiene su industria pesada que la destaca. Y también tiene su cárcel.

Un dato interesante de la propuesta que encabeza Bullrich tiene que ver con que resalta que no crearán nuevos cargos electivos. "Nuestra propuesta procura resolver la gobernanza de la provincia de Buenos Aires sin incrementar el número total de cargos electivos actuales: 4.344 cargos".

Mientras que el resto de la provincia productiva pero desolada en el inmenso desierto verde, se subdivide en regiones pequeñas, excepto la zona sur, con un lado costero y otro inmensamente que bien valdría una nueva división, para la zona centro, diferente a la marítima.

Según Bullrich, su propuesta busca simplificar la gestión de un territorio que el saliente senador considera "ingobernable" por su amplitud y diversidad: aunque es el distrito que más riqueza genera en el país por sus posibilidades productivas, también presenta altos niveles de pobreza e indigencia, fuertemente concentrados en el Gran Buenos Aires.

El creciente tema de la inseguridad en el conurbano bonaerense se ha convertido en un acuciante problema para el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, a quien le urge una respuesta inmediata. Más allá de proyectar nuevas y modernas unidades carcelarias, prontamente apelan a la ampliación. No existe una visión superadora.

El intelectual argentino José Nun, un “no peronista” dentro del peronismo, planteó que era urgente repensar la idea de democracia y examinar sus manifestaciones históricas concretas para entender por qué, caídas las dictaduras militares, cundía en América Latina el malestar con los nuevos regímenes políticos, que creían que para democratizar la vida política alcanzaba con que hubiese elecciones periódicas y un conjunto más o menos amplio de libertades públicas.

En sus argumentos teóricos, históricos y comparativos pusieron en la agenda las condiciones de posibilidad de la democracia, los vínculos entre ciudadanía y derechos sociales y las complejas relaciones entre la igualdad y la libertad. Años más tarde, estos argumentos han tenido una confirmación notable en lo que ocurre en los países del llamado “Primer Mundo”, donde se habla de “gobierno del pueblo o de los políticos,” de “democracias fraudulentas” o “degeneradas” y, cada vez más, del “fin de la democracia”.

La cuestión es que, entre pueblo y gobierno, existe una brecha más grande y profunda de la que supuestamente existe entre el oficialismo y la oposición. Entre los unos y los otros. Entre ellos.

Aristóteles decía: “no basta decir la verdad, más conviene mostrar la causa de la falsedad”. Pero dicha la verdad, demostrada la falacia, cuando la injustica se mantiene, bien vale recordar la fábula que contrasta… “la diferencia entre los humanos y los animales es que nunca los animales permitirían que el más tonto los guíe.”

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