En abril del año pasado la laguna de Gómez tuvo uno de los mayores desastres piscícolas tras la mortandad de miles de pejerreyes que aparecieron en la costa producto de la bajante, el viento y las escasas condiciones de supervivencia que afronta el espejo de agua merced a la proliferación de algas y otros organismos, lo cual se relaciona con el amplio vertido de agroquímicos.

Mucho antes de octubre del año pasado cuando ya era científicamente notoria una época estival atravesada fuertemente por la sequía y las altas temperaturas, debió haberse llevado a cabo una reunión del Comité de Cuenca que no sólo debe actuar en situaciones de inundaciones sino también en casos contrarios a ese ya que conlleva daño tanto a la biodiversidad como a la productividad agropecuaria.

De hecho SEMANARIO, en su edición de octubre, lo significó en una de las tapas de la revista bajo el título “A cuidar las lagunas”.

Hoy vemos con absoluta impotencia que la gestión de Pablo Petrecca, plena de imprevisiones y caprichos, llora al ver la leche derramada cuando no hizo nada por quitarla del fuego antes que ocurriera.

Otra mortandad de peces, repetida en el tiempo y con daños de difícil recomposición, acaba de ocurrir.

El mayor capital turístico de Junín, la fauna piscícola, vuelve a rifarse por desidia y arrogancia de funcionarios que no funcionan y que además no leen ni escuchan.

La nota completa de nuestra edición de octubre:

https://semanariodejunin.com.ar/nota/22037/a-cuidar-las-lagunas-que-habra-mas-sequia/