

El municipio de Junín, muy suelto de mano, pagará $ 128,88 por cada litro de los 26 mil de gas oil y 16 mil de nafta súper que comprará para destinar a móviles policiales. El gobierno del intendente Pablo Petrecca abonará un total de $ 5.412.880, una compra que significa alrededor de $ 600.000 de sobreprecio, ya que abonará mucho más por litro que en la ciudad ronda los $ 114.
Al revés de lo que haría un gran comprador, el Municipio no sólo no consigue un mejor precio sino que pagará un exorbitante sobreprecio, por lo que los contribuyentes abonarán un suculento monto que sale de los fondos públicos que los vecinos de Junín aportan por la Tasa de Seguridad, a través de las boletas de energía eléctrica. Y pagarán, porque pese a que la oposición avisó que votará en contra, la iniciativa que pasará por el Concejo Deliberante, donde la mayoría del jefe comunal la aprobará sin pedir ningún tipo de explicaciones.
Todo el arco opositor puso el grito en el cielo por la reiteración de la conducta del intendente Pro local. Porque pese a los principios de “transparencia” que dice defender no se dignó a brindar ninguna respuesta ante los distintos requerimientos de esta operación que malgasta los fondos de la ciudad.
“Si cargás nafta en tu auto $114 el litro, pero en el mismo surtidor del estacionero que la mayoría automático le adjudicó la compra, será a $128 si es para un patrullero. Ahh! Y hace quince días se aumentó la Tasa de Seguridad”, tuiteó en las últimas horas Pablo Petraglia, concejal del FdT.
Una práctica de vieja data
Desde SEMANARIO, en 2018, en la nota publicada bajo el título ‘PetreOil, su servicio de des-confianza’ publicamos: “No sólo los 30 mil litros del gasoil destinados a los talleres tienen sobreprecios, también los casi 40 mil litros de combustible -mensuales- que se pagan a través de la tasa de seguridad, podrían acceder a ventajas si hubiera una administración eficiente y transparente.
A mediados de julio de 2018, en una millonaria compra de gasoil destinado a equipos viales urbanos, dependiente de la Secretaría de Planeamiento, Movilidad y Obras Públicas, el municipio pagó casi doscientos mil pesos de sobreprecio. El Concejo Deliberante convalidó el expediente de licitación privada por el que se ordenó la compra de 30 mil litros de gas oil Premium a razón de 41,98 pesos el litro, cuando el precio de mercado ronda los 34,20 pesos.
Durante la conferencia de prensa brindada por el intendente Pablo Petrecca para dar cuenta de la “transparencia” en la gestión municipal, el entonces contador Ariel Díaz, a cargo del área de Hacienda de la comuna local, recordó que "desde el año 2014 se creó una ordenanza donde se establecía un canon para el mantenimiento del trazado urbano municipal, que hoy se cobra 23 centavos por litro de gasoil y 30 centavos para la nafta, esto hizo que varias estaciones de servicio se presentaron en la justicia para evitar el cobro de este canon.
Esto, según decreto provincial, excluyó a estos proveedores, 'en litigio judicial con el municipio, de las licitaciones'. Por lo que sólo tres estaciones de servicio llegaron a esa categoría y una de ellas no se presentó a las licitaciones, por lo que quedaron dos opciones: la Petrobras de Primera Junta y Alciati en Benito de Miguel.
Ambas, como si hubiera un código tácito entre ellas, parecen no “pisarse” en cada licitación por lo que van realizando las ofertas de modo equitativo. Quiere decir que no habría competencia sino que la municipalidad, en función de las normas legales, estaría favoreciendo una “cartelización” empresaria, que no es más que un acuerdo formal entre empresas del mismo sector (en este caso avaladas por el Estado), cuyo fin es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado.
Esto quedó refrendado por el mismo jefe de Hacienda, quien señaló que en la compra de los 30 mil litros de gasoil por el que se pagaron 200 mil pesos de sobreprecio, “cuando llamamos a la licitación, se presentó una sola empresa, en un momento donde el precio estaba volátil y donde el empresario paso un valor superior para cubrirse ante esta situación del precio.
En este caso había dos opciones, llevar adelante la licitación como lo hicimos, cumpliendo con todas las normativas, de hecho esta compra fue homologada por el Concejo Deliberante, o esperar hasta que la situación de los precios se aclare y mientras tanto parar las máquinas municipales, cosa a la que el Intendente se opuso porque estamos acá para brindar servicios y mantener la ciudad como corresponde".
Plata quemada
Esos 30 mil litros de gasoil destinados al taller y que suponen unos 200.000 pesos de sobreprecio, son mensuales por lo que suponen más de dos millones al año. Pero eso no queda allí, sino que a través del manejo de la tasa de seguridad también se destinan mensualmente unos 40 mil litros de combustible entre nafta y gasoil, generando de este modo un costo aún mayor, que terminarán pagando los contribuyentes con la anuencia del Estado municipal.
En octubre de 2016, la nafta súper costaba $17,08, más el “canon Junín”, $17,38. El precio del litro de Euro Diesel era de $17,80, más canon 18,03.
En ese caso, la municipalidad por licitaciones del 22 y 29 de septiembre, números 65 y 73, pagó por la nafta $21,20 (22.000 lt) y por el gasoil euro $21,78, (20.000 lt) por cada litro a la firma Alciati (YPF), lo cual implica 22% de sobreprecio para la nafta súper y un 20% más para el Euro diesel. Quiere decir entonces que no fue “ahora” que el empresario “se cubrió del precio”, como dijo Díaz, sino que esto “siempre” ocurre, por lo que en cada caso el erario se ha visto perjudicado y si se perjudican las finanzas pudiendo evitarse, es un daño para la economía de la ciudad y sus habitantes.
De este modo y en la administración Petrecca, las diferencias entre lo que debió pagarse y lo que se pagó en combustibles para talleres y seguridad ha estado rondando desde la llegada de Cambiemos en entre 2,5 y 4,5 millones de pesos por año.
Uno de los puntos importantes es transparentar la cadena de proveedores y dar posibilidades a todos porque en tres años se ha hecho poco para ello, máxime en combustibles ya que lo que se trató de “vender” como transparencia no ha sido más que burocracia y ventajas para la cartelización.
¿Acaso el Tribunal de Cuentas provincial podría condenar a una comuna por intentar un ahorro en beneficio de sus habitantes? Seguramente no y de hacerlo cabría la posibilidad de apelar la medida por tratarse de un hecho que terminaría favoreciendo la eficiencia administrativa. Por lo que, sí existen mecanismos para ahorrar aunque se prefiera no hacerlo y resulta entonces lógico que Petrecca y su equipo terminen siendo la gestión más sospechada de los últimos 30 años.