

En las últimas horas, la inseguridad en Junín sigue sumando hechos, ante el silencio absoluto de las autoridades locales.
La semana pasada había conmovido a los juninenses con dos casos de notoriedad: el robo sufrido en la casa de Pedro Aparicio al 500, de la madre de la concejal Clara Bozzano, y otro que tuvo lugar en el barrio Villa Talleres, en avenida Alvear y Necochea. En ambos casos, las víctimas fueron agredidas por delincuentes encapuchados y armados, que los golpearon y ataron.
QUINTO ROBO
Ahora pudo saberse que otro vecino, domiciliado en el kilómetro 152 de ruta 188, sufrió ayer a la madrugada el quinto robo en su vivienda, de la cual se llevaron «hasta el asado del frezzer», según detalló.
Según dijo el hombre, hasta le «reventaron las puertas placas interiores incluidas las dos del baño. Estoy destruido. No tengo ganas de nada. Perdón pero estoy muy angustiado»
OTRA CASA
Por otra parte, el domingo, a plena luz del día -alrededor de las 17-, los propietarios de una vivienda comprobaron que alguien ingresó a la misma y se llevó varias pertenencias.
Ocurrió en calle Edison al 600 y los elementos robados fueron dos televisores, una notebook Lenovo y una cámara de fotos digital.
SIN REACCIÓN
Más allá del habitual ocultamiento de los hechos, que ahora están saliendo a la luz, las autoridades municipales de la Secretaría de Seguridad hacen silencio. Acostumbrados a creerse los dueños del manejo de las fuerzas policiales, cuando se dan casos en contra, hacen “mutis por el foro”.
Mientras, los juninenses ven agravar a diario sus condiciones de vida. Ya no solo se trata de la falta de servicios básicos y la ignorancia completa hacia las necesidades de muchos barrios, ahora la gente también siente miedo de andar por la calle e incluso de estar en su propia casa.