

Como cada año desde 1992, para recordar el Día del Clima, se desarrollará un nuevo apagón global. El movimiento consiste en apagar las luces en monumentos emblemáticos durante 60 minutos en un momento determinado, aunque también se convoca a hacer lo mismo en edificios y hogares particulares, donde se propone desconectar todos los aparatos eléctricos. Este año, en Argentina se llevará a cabo entre las 20:30 y las 21:30.
En 1992, durante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se estableció el 26 de marzo como el Día Mundial del Clima con el propósito de generar conciencia y sensibilizar a las personas sobre la importancia e influencia del clima, así como el impacto de la variación climática sobre el hombre. Este año, la jornada coincidirá con una nueva edición de "La hora del planeta", la iniciativa de concientización ambiental más importante del mundo.
En las últimas décadas se han registrado variaciones climáticas importantes, producto del vertiginoso desarrollo industrial, así como el crecimiento poblacional, que han generando diversas consecuencias, tales como el efecto invernadero, calentamiento global, contaminación ambiental, sobreexplotación de recursos naturales y afectación de la capa de ozono, incidiendo negativamente en los ciclos naturales de la Tierra.
Los últimos reportes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) indican que “el cambio climático inducido por el hombre” ha causado ya “impactos adversos generalizados” en la naturaleza y las personas. Si bien los efectos negativos se advierten “en todos los sectores y regiones”, los “más vulnerables” se ven mucho más perjudicados.
Según los informes entre 3.300 y 3.600 millones de personas —cerca de la mitad de la población mundial— viven ahora en contextos considerados “altamente vulnerables” al cambio climático, ya sea por su ubicación geográfica o por su mala situación socioeconómica, que genera un mayor padecimiento de las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos.
Los expertos del IPCC advierten que “algunas pérdidas ya son irreversibles”, como las primeras extinciones de especies que se están produciendo debido al calentamiento, mientras que “otros impactos se acercan a la irreversibilidad”.
En ese sentido, afirman que aún es posible corregir parte de la crisis ambiental, pero alertan que los cambios deben ser drásticos e implican ponerse a hacer las cosas de otra manera.