

En 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha el proyecto de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, un proyecto necesario para garantizar una buena calidad de vida para las personas mayores. Ciudades Amigables es un proyecto que promueve la adaptación de las ciudades y pueblos a las necesidades de las personas mayores. Es una iniciativa global y local que pone el foco en la opinión y propuestas de las personas de mayor edad tanto en el análisis de las problemáticas como en las propuestas de mejora.
Además, esta iniciativa intenta fomentar la construcción de municipios amigables con las personas mayores y todas aquellas con dificultades de movilidad, independientemente de su edad. Incluso beneficia a mujeres jóvenes, niñas y niños, al hacer más seguras sus calles. Actualmente, ya hay 1.114 ciudades repartidas en 44 países que cumplen los requisitos de este proyecto y que han obtenido su sello.
El proyecto está encabezado por la OMS, pero en cada país lo acerca una institución diferente a cada municipio.
La Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores forma parte de otro proyecto más grande: la Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030, la cual se enmarca en la Agenda 2030, un plan de acción para conseguir un desarrollo social, así como mejorar el medio ambiente, la paz, la justicia y la economía.
Todo esto se quiere conseguir mediante 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La idea general comprende varios aspectos. Uno de ellos son las barreras físicas. Por ejemplo, en nuestra ciudad se han encarado una serie de acciones para mejorar la accesibilidad como rampas, accesos, y se propició la reaparición del transporte público después de muchos años. Ahora también es cierto que la gran mayoría de las obras resultan insuficientes porque están acotadas al área céntrica y no forman parte de un plan integral para toda la ciudad. Por caso, los barrios aguardan por señalética nueva, mejorado de calles, veredas transitables, iluminación, seguridad y una serie de etcéteras para poder acercarse a lo que el área centro muestra. Junín, en verdad, tiene varias caras y necesidades según el lugar. Una de las primeras ciudades en integrar el prestigioso Programa “Por Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores” fue la ciudad de Mendoza en 2018 junto a Godoy Cruz, Guaymallén, Luján de Cuyo Maipú, en tanto que en 2019 se sumaron Mar del Plata, Batán, Municipalidad de Azul, Municipalidad de General La Madrid, Municipalidad de San Isidro; el Municipio de Saladillo; San Martin. Finalmente, al listado -que también contempla a Buenos Aires y La Plata entre otras localidades- se agregó General Roca (en 2021).
¿Cuáles son los parámetros más importantes para diseñar una ciudad de estas características? Si se toman en cuenta los ítems que se requieren para que una ciudad pueda entrar en la Red de Ciudades Amigables, debe:
-Reconocer la diversidad de las personas mayores; respetar sus decisiones y opciones de forma de vida; promover una cultura de inclusión compartida por personas de todas las edades y anticipar y responder de manera flexible a sus necesidades y preferencias relacionadas con el envejecimiento activo.
Entre esos ítems, la ciudad debe brindar:
1. Espacios al aire libre y edificios amigos con los mayores
Es muy importante que una ciudad o pueblo tenga aceras en buen estado para facilitar el andar, así como baños públicos limpios y accesibles, bancos en la calle, una buena red de transporte público y no tener mucha contaminación acústica, entre otros. De esta manera, se fomentan las actividades al aire libre, las cuales son muy beneficiosas para la salud.
En cuanto a los edificios, se consideran accesibles si tienen ascensores, rampas, señalización adecuada, barandas en las escaleras, escaleras no demasiado altas ni empinadas, pisos anti-deslizantes y zonas de descanso con asientos cómodos.
2. Transporte amigable con las personas mayores
Es importante que las ciudades tengan un transporte público desarrollado, con amplia disponibilidad horaria y bajo costo, ya que la mayoría de las personas mayores no conduce. Además, es importante que estos tengan suficientes paradas para llegar a todos los puntos de la ciudad para que así tengan una cerca de casa y otra cerca del destino.
Claro que, sin ómnibus accesibles, esto queda en nada: debe ser fácil subir y bajar de éste, de igual manera que tiene que tener asientos habilitados para mayores, como asientos sin escaleras reservados para ellos.
3. Vivienda adaptada a las personas mayores
Primero de todo, los precios de las viviendas y de los servicios esenciales (agua, luz, gas…) deben ser accesibles para las personas mayores, quienes, por lo general, tienen una jubilación o pensión de magros ingresos. También deben estar bien aisladas y climatizadas, así como con superficies lisas, pasillos lo suficientemente anchos para el paso de sillas de ruedas y baños, inodoros y cocinas diseñadas de manera acorde. Muchas ciudades dan ayudas a los particulares para reformar su vivienda y adaptar el hogar a sus necesidades.
La OMS defiende que sea posible envejecer en el hogar, por lo que las viviendas deben estar cerca de los servicios y las instalaciones, los cuales deben tener un precio accesible. Además, es importante que se informe a las personas mayores sobre los servicios disponibles para ayudarlos a envejecer en su casa.
4. Participación social con la edad
Una ciudad con una participación social que incluya personas mayores debe tener un catálogo de actividades culturales y de ocio adaptada a sus gustos (los cuales son variados), con precios asequibles y en lugares de fácil acceso. De esta manera, se mantienen activas y lejos del sentimiento de soledad. Cabe destacar que los mayores también quieren actos sociales intergeneracionales, con personas de diferentes edades, por lo que se debe tener en cuenta en el diseño de la agenda. La difusión de los eventos debe ser adaptada a las fuentes que consultan las personas mayores para asegurar que les llega la información.
5. Respeto e inclusión social de las personas mayores
La discriminación por edad está muy presente en nuestra sociedad. Las Ciudades Amigables deben luchar contra esta discriminación. ¿Cómo? Haciendo que se pregunte a las personas mayores su opinión, mostrándolas sin estereotipos en imágenes públicas, con servicios públicos y comerciales adaptados a sus necesidades, incorporar la educación sobre el envejecimiento en las escuelas y que los mayores puedan formar parte activamente de actividades escolares. Además, las personas mayores desfavorecidas económicamente deben tener garantizados sus derechos.
6. Participación cívica y empleo de mayores
La inclusión social de las personas debe ir acompañada de una inclusión cívica y laboral. Los mayores aportan a la sociedad, y mucho. Por eso, se debe asegurar que tengan sitios dónde hacerlo, tanto mediante un voluntariado para personas mayores como con un empleo adaptado y con una remuneración justa para quien desee trabajar. De esta manera, se fomenta su participación cívica.
7. Comunicación e información de fácil acceso
Para asegurar que las personas mayores están bien informadas, se debe garantizar un buen acceso a la actualidad y una correcta comprensión. Hay otros temas que puede que no tengamos en mente y que son importantes, como la atención telefónica. Esta debe ser clara, lenta y con una persona, no con una máquina.
8. Servicios de apoyo comunitario y de salud
Una buena calidad de vida pasa por una buena atención sanitaria y comunitaria. Por eso, un municipio amigable con las personas mayores debe garantizar el acceso a servicios públicos de calidad; a cuidados a domicilio que incluyen servicios de salud, cuidado personal y quehaceres domésticos; y a servicios comunitarios para promover, mantener y restablecer la salud. También debe apoyar a los voluntarios para que asistan a las personas mayores.
La tendencia de envejecimiento de las poblaciones que tienen más de 60 años se estima que se duplicará, y pasará del 11% que tenía en 2006 a 22% para 2050.
Al mismo tiempo, el mundo se volverá cada vez más urbano. La OMS dio cuenta de que en 2007 más de la mitad de la población global vivía en ciudades, y para el año 2030, la estimación es que al menos tres, de cada cinco personas, vivirá en las urbes.
Queda claro luego de lo expuesto que nuestra ciudad si bien encaró una serie de acciones para facilitar la accesibilidad a las personas, está muy lejos de mostrar estas mejoras como un logro inclusivo ya que fueron acotadas solo a algunas áreas visibles y falta mucho por hacer. Además, al margen de contar con áreas públicas que abordan lo social, la discapacidad y la tercera edad, no hay un programa integral para acompañar a la población en el envejecimiento activo. Pero no deja de ser esperanzador que, si se abordara el problema de manera integral, podría convertirse en una ciudad amigable con sus vecinos y les redundaría en una mejor calidad de vida.