“La línea San Martín nos hace ilusionar”, dijo el internauta Gustavo Flores en uno de sus posteos en el sitio “Locos por los Trenes” de Facebook y centenares de amigos de las redes sociales lo acompañaron entusiasmados con palabras de aliento hacia el transporte viario.

Pensar que hace tres décadas el tren corría por todos los rincones del país, resulta casi un cuento de ciencia ficción para las nuevas generaciones, pero considerando que hace sólo tres años atrás María Eugenia Vidal le daba la extremaunción a Ferrobaires y Junín se quedaba sin siquiera un viaje semanal y luego vendría Mario Meoni como ministro a devolver la iniciativa, resulta esperanzador.

Tal como expresaba el entusiasmado Flores: “El tren a Rufino (sur de la provincia de Santa Fe) ya es una realidad. Y pronto seguramente se incorporarán Laboulaye, Vicuña Mackenna (Córdoba) y Justo Daract (San Luis)”.

“Ojalá se recupere toda la línea San Martín al oeste de nuestro país. Línea San Martín que supo contar con el expreso ‘El Libertador’ que brindaba un servicio de lujo entre Retiro, Junín y Mendoza”.

Y que “llevaba únicamente coches camarote y pulman, y contaba con restaurante, bar, coche cine y bandeja porta automóviles. Otros trenes que circularon hasta principios de la década de 1990 fueron ‘El Cóndor’, también realizando el recorrido Retiro - Junín - Mendoza y ‘El Aconcagua’, que se extendía hasta San Juan y tenía escalas en las ciudades de Junín, Rufino, Laboulaye, Vicuña Mackenna, Justo Daract, Villa Mercedes y San Luis”.

Existía también, según el memorioso Flores, “el Tren ‘El Sanjuanino’, un servicio adicional de Retiro a San Juan. En algunas épocas este tren se denominó ‘El Zonda’ y en los últimos meses del servicio, ‘El Aconcagua’ se denominó ‘El Cuyano’. (El Zonda cambió su nombre principios de los ‘80 por el de Aconcagua. El Sanjuanino se turnaba en días con El libertador).

“Los trenes del San Martín lo completaban los servicios diarios entre Retiro, Junín y Rufino. Había también dos trenes más. El ‘Sierras Grandes’ que unía Retiro, Villa Mercedes y Villa Dolores, en las temporadas de verano, tres veces por semana; y ‘el Sanrafaelino’ de Retiro a San Rafael, vía Rufino, dos veces por semana”.

Dice Flores, además, que “el Ferrocarril San Martín poseía, desde 1886, enormes talleres en la ciudad de Junín, donde se realizaba la reparación y mantenimiento de locomotoras, coches y vagones. Allí llegaron a trabajar unos 6000 operarios”.

Y terminaba su relato: “Mientras haya vías hay esperanza y podemos soñar”.

Casi casi, una poesía ferroviaria.