

Por: Ismael A. Canaparo
Héctor Luciano Stamponi (24 de diciembre de 1916 - 3 de diciembre de 1997) fue un gran director de orquesta, además de pianista, compositor, letrista y arreglador. Es autor, entre otros, de los tangos “El último café” (1963, con letra de Cátulo Castillo) y “Qué me van a hablar de amor” (letra de Homero Expósito y grabado por Julio Sosa en 1963). Actuó dos veces en Junín, una de ellas con la voz de Raúl Lavié.
Estudió piano con Esther Coltelli. Se inició musicalmente en la orquesta del alemán radicado en Zárate Juan Elhert, conjunto que también integraban Enrique Mario Francini, Armando Pontier, Cristóbal Herrero y el cantor René Di Pietro. Se trasladan a Buenos Aires presentándose en la famosa matiné de Juan Manuel, en 1936. Enseguida se bifurcan las carreras artísticas de estos músicos. Stamponi, Francini y Pontier forman un trío de acompañamiento de los artistas de Radio "Argentina".
Posteriormente, se incorpora a la orquesta dirigida por Federico Scorticati quien actuaba en radio Stentor, en la temporada 1937/38. Este conjunto estaba integrado por: Héctor Stamponi en piano; bandoneones: Federico Scorticati, Domingo Triguero y Horacio Golino; violines: Víctor Braña, Emilio González y Ponzoni; contrabajo, Fava. Era el mismo conjunto que por entonces grababa bajo la denominación de "Orquesta Típica Víctor".
Abandona la orquesta de Federico Scorticati, registrando un breve pasaje por la orquesta de Miguel Caló, sin llegar a grabar discos. Se dedica entonces a la orquestación. En 1943 es el pianista de la orquesta de Antonio Rodio, viajando enseguida a Centro América como acompañante de la cancionista Amanda Ledesma. En México (1944) realiza música para películas y escribe dos tangos con Ernesto Cortázar: "Somos dos" y "Cruz". Al regresar a Buenos Aires inicia estudios con el maestro Alberto Ginastera (armonía) y Julián Bautista (composición) (1946) y forma una excelente orquesta típica para cumplir un contrato para grabar discos Víctor.
Guillermo Arbós, fue su primer cantor. Luego serían Alberto Drames y Alfredo Arrocha. El ciclo de grabaciones culminó en 1949. Al dejar esta actividad sigue siendo solista de piano, acompañante e instrumentador. Todos los más importantes intérpretes buscaron su colaboración. En 1953, como muchos años antes lo hicieran Roberto Firpo y Cayetano Puglisi, Enrique Delfino y Agesilao Ferrazzano y Carlos Vicente Geroni Flores también con Ferrazzano, actúa junto a Enrique Mario Francini formando dueto de piano y violín. En algún caso se sumaba a ellos el excelente violoncelista José Bragato.
En 1959, se forma el conjunto "Los violines de oro del tango", dirigido por Francini y Stamponi. Lo integraban además el contrabajo de Enrique Díaz y los violinistas José Niesov, Adolfo Gendelman, Vicente Tagliacozzo, Simón Bajour, Luis Gutiérrez del Barrio, Hugo Baralis y Juan Ghirlanda. Paralelamente forma un gran conjunto para respaldar un espléndido larga duración de Edmundo Rivero, contando como figuras principales el violinista Raúl Marcelli y el bandoneón de Mario Demarco, "Kicho" Díaz en contrabajo, Mario Lalli en viola y José Bragato en cello. En 1960 convoca otro selecto grupo de músicos para acompañamiento del cantor Raúl Lavié, registrando en los surcos del disco un gran tango instrumental de Mario Demarco titulado "Solfeando".
En septiembre de 1962, se dio a conocer en Montevideo como iba a estar integrado el conjunto: Mario Arroyo, Horacio Ferrer, Jorge Seijo y el Dr. Luis Adolfo Sierra, un disco con cuatro temas de Adolfo Ábalos, "En pleno Nueva York", "Al Buenos Aires de las 3 de la mañana", "Para cantor y orquesta" y "Para recordar", espléndidos tangos, interpretados en magistrales solos de piano por Héctor Stamponi.
Compuso, entre otras obras, los tangos “Cuando cuentes la historia de tu vida” (música y letra), “El trompo azul”, “El último café” (Premio Odol 1963), “El vino enamorado”, “Inquietud”, “Qué me van a hablar de amor”, “Quedémonos aquí”, “Soy un circo” y “Yo quería ser feliz” (música y letra), así como también los valses “Flor de lino”, “Pedacito de cielo” y “Un momento” (música y letra).
Horacio Loriente (1916-2005) fue uno de los mayores estudiosos del tango, persona de consulta permanente, gran coleccionista y escritor en varios medios de Uruguay. Poseía unos cinco mil discos de pasta 78 rpm, en especial de Gardel, originales con sus sobres también originales. He aquí parte de la semblanza que le dedicó a “Chupita”: “No lograríamos dar cabal ubicación a Héctor Stamponi si no expresáramos que es uno de los valores fundamentales surgidos en la década del 40, con proyección al presente, en las sobresalientes aristas de su descollante personalidad.
Brillante orquestador, exquisito pianista e inspiradísimo compositor. Todos atributos que lo ubican en la línea de los grandes en la historia del tango.
Guillermo Arbós que fuera posteriormente destacado integrante del dúo criollo Arbós-Narváez, con Remberto Narváez, fue su primer cantor. Luego desfilarían Alberto Drames y Alfredo Arrocha. El ciclo de grabaciones culminó en 1949, en el curso del cual se presentaba ante los micrófonos de Radio Be1grano.
Musicalizó la película “Carlos Gardel. Historia de un ídolo”. Forma luego diversos conjuntos para actuaciones públicas y radiales y a él le correspondió la música de la obra de Cátulo Castillo, “Cielo de barrilete”.
En 1964 obtiene el primer premio en un concurso de tangos con “El último café”, con letra de Cátulo Castillo, todavía vigente en el repertorio de los cantores.
Su carrera autoral comienza con el tango “Inquietud” en colaboración con Enrique Francini y letra de Oscar Rubens, grabado por la orquesta de Osvaldo Fresedo con el estribillo de Ricardo Ruiz, el 12 de julio de 1939. Sus obras que han llegado al disco superan el medio centenar. Daremos una pálida idea de su magnitud señalando la categoría de sus tangos instrumentales: “Festejador” (1951), “Romance y tango” (1952), “Yunquitango” (1956) y algunos títulos de tango canción, de intensa repercusión popular en el orden que se fueron conociendo: “Junto a tu corazón”, “Qué me van a hablar de amor”, “Triste comedia”, “Perdóname”, “Alguien”, “Quedémonos aquí”, “Yo quería ser feliz”, “Llamarada pasional”, “Ventanal”, “Canción de Ave María”.
La belleza y originalidad de sus valses surge de algunos títulos que, a partir de “Bajo un cielo de estrellas” y “Pedacito de cielo” creados en colaboración con Enrique Francini prosiguen con “Flor de lino”, “Delantal”, “Un momento “ y “Caricias perdidas”.
Héctor Stamponi grabó dos discos con la voz de Edmundo Rivero. El primero de ellos. En homenaje a Enrique Santos Discépolo, junto a Mario Demarco (bandoneón), Raúl Marcelli (violín), Kicho Díaz (contrabajo) y José Bragato (Cello). “El Feo” interpretó estos temas: “Cafetín de Buenos Aires”, “Confesión”, “Uno”, “Chorra”, “Cambalache”, “Sin palabras”, “Infamia”, “Malevaje”, “Carrillón de la Merced”, “Secreto”, “Martirio” y “Fangal”.
El segundo, siempre con Rivero, fue dedicado a la colección “Atalaya”, con estas páginas, varias repetidas: “Cafetín de Buenos Aires”, “Confesión”, “Uno”, “Chorra”, “Cambalache”, “Sin palabras”, “Infamia” “Malevaje”, “Carrillón de la Merced”, “Secreto”, “Martirio” y “Fangal”.
Bibliografía: Fundación Konex, El Tango y sus invitados, Horacio Ferrer, “El Tango en Junín” (Dimarco-Velilla) y todotango.com
TOCÓ DOS VECES EN JUNÍN
“Chupita” Stamponi, con su orquesta y los vocalistas Alberto Drames y Guillermo Arbós, se presentó en dos oportunidades en nuestra ciudad. La primera de ellas el 20 de diciembre de 1947, en el Club Junín. Curiosamente, ese mismo día se inauguraba el “Parque Recreativo Junín”, ubicado en San Martín (hoy, Lebensohn) y General Frías, con la actuación del cantor Héctor Mauré. Los dos lugares estuvieron repletos de público.
La segunda actuación se produjo el 6 de agosto de 1960, ahora en el Club Villa Belgrano, con una atracción: Raúl Lavié en los estribillos. También cantó Alfredo Arrocha.