jueves 25 de abril de 2024

NACIONALES | 2 dic 2022

AVANCE DIGITAL

¿El billete empieza a despedirse?

Los seres humanos todavía le vemos una utilidad real tanto para las transacciones diarias como para reserva de valor y protección contra las crisis financieras. Aunque el avance digital supone una amenaza para su uso. ¿El billete, va a desaparecer?


Por: Redacción Semanario de Junín

El efectivo es el único instrumento de pago en el que cualquier persona puede realizar transacciones, en cualquier momento, en cualquier lugar, sin la participación de terceros. Con esta libertad viene una fuerte protección de la privacidad. La moneda no sabe ni le importa quién la tiene o cuándo y dónde tiene lugar una transacción económica. Las personas tienen una sensación de ‘seguridad’ cuando tienen dinero en efectivo.

La comodidad es un problema para muchos clientes que prefieren efectivo, especialmente para las generaciones mayores que tienen menos confianza cuando se trata de usar tecnología.  Si bien en un billete se puede encontrar una población microbiana diversa dominada por restos de piel humana, Propionibacterium acnes, Staphylococcus epidermidis, Micrococcus luteus, Lactococcus lactis y Streptococcus thermophilus, el día que desaparezca el dinero en papel, no lo hará por los microbios que viven en cada billete, sino por otros motivos, algunos de los cuales ya empezaron a ganar terreno.

El gran problema con el efectivo es que en todos los países avanzados una gran parte se usa para facilitar la evasión de impuestos

SIN EFECTIVO Y CON TARJETAS

Por lo pronto, ya convive con otros medios de pago como las tarjetas de débito y crédito, las criptomonedas -sobre todo la tecnología blockchain que tiene detrás más que las monedas en sí- y las fórmulas de pago digital como Paypal, Apple Pay, Google Wallet y las billeteras digitales de los bancos.

La realidad ya muestra un presente con medios que ni soñábamos años atrás y que preanuncia que nos acercamos a un futuro con menos papel moneda, no hacia un futuro sin ningún tipo de moneda física.

Y por futuro, los especialistas no hablan del año 2.150 sino el que pronto veremos los habitantes de este tiempo. Suecia, Dinamarca y Noruega podrían convertirse en los primeros países sin efectivo. En Dinamarca dejaron de emitirse nuevos billetes en 2016 y en Suecia, los minoristas están legalmente autorizados a rechazar el pago en efectivo. Menos de una quinta parte de las transacciones minoristas suecas se realizaba en efectivo. Es habitual ver en muchos locales, incluidas cafeterías y bares, el cartel de 'Zona libre de efectivo'.

Ampliando el mapa por países, Finlandia lidera los pagos con tarjeta con el 75%; seguido de Bélgica, con el 72% y Países Bajos, con el 70%. Y al revés, Chipre es el país que más paga en metálico: un 48%, seguido de Alemania y Austria con un 43% y 42%, respectivamente. 

Más que pensar en las ventajas que aporta la tecnología, la mirada apunta a visualizar qué problema resolvería realmente eliminar billetes y monedas. El gran problema con el dinero en efectivo es que en todos los países avanzados una gran parte se usa para facilitar la evasión de impuestos y un gran espectro de otras actividades delictivas.

Claro que entre la mirada del primer mundo y el nuestro, hay otro mundo también. Argentina aunque tenga su economía en el orden del 50% en la informalidad –lo que presupone el manejo de efectivo- planteó la digitalización del peso en el 2019. El Presidente del Banco Central Miguel Pesce aseguró que “el avance científico y tecnológico es imparable y hay que aprovecharlo de la mejor manera posible para plantearnos políticas de crecimiento económico y desarrollo con inclusión, y siempre hemos aportado estructuraciones en este sentido”, explicó.

Pesce, que aseguró que “la desaparición paulatina del dinero material ya entró en un camino irreversible”. “Me preocupa después cómo van a utilizar la digitalización de la moneda, si este avance tecnológico va a ser para seguir con la timba financiera y no para la producción, el crecimiento y la inclusión de los argentinos”, cuestionó.

El presidente de la fundación Inclusión Productiva Carlos De los Santos consideró que “al llevar todas las operatorias al banco, esto va a determinar que se termine la evasión impositiva, del IVA, la mano de obra en negro y las coimas”.

Por último, sostuvo que “esto no tiene bandería político-partidaria porque es un beneficio para todos. La mayoría está de acuerdo en que tenemos que crecer y desarrollarnos con inclusión, el problema es que ponemos distintas alternativas, pero usando siempre las mismas herramientas y hay buscar nuevas”. 

VENTAJAS DEL PAD

El sistema financiero también se vendría beneficiado debido a que podría inclinarse hacia uno proactivo, en donde el ahorrista pueda ser resguardado con tasas positivas para no recurrir a inversiones especulativas y puedan conseguir créditos accesibles para la economía real.

Se puede implementar desde el sistema financiero, lo que permitiría una inmediata instrumentación que utilizaría las estructuras y tecnología que poseen los bancos. Además, no requiere emisión monetaria, no implica costos para el Estado y direccionaría el circulante monetario hoy en poder del público y los bancos, a créditos de consumo, capital de trabajo e inversiones productivas, públicas y privadas.

Por otro lado, el recupero del circulante monetario actual por parte del sistema financiero y la creación contable-crédito originada por esos fondos permitiría triplicar la capacidad crediticia de los bancos. Todos los movimientos monetarios quedarían registrados, por lo que se eliminaría la evasión impositiva. Así, se podría lograr una mayor recaudación sin nuevos tributos y ajustes, regularizando el mercado laboral informal y redistribuyendo la carga tributaria actual hacia la producción y el consumo.

Tampoco se contrapone a políticas y/o exigencias que limiten el financiamiento por parte de organismos públicos y privados nacionales e internacionales, argumentaron sus impulsores. La pandemia fue un disparador para este viejo debate sobre la desaparición del dinero en efectivo en pro de las tarjetas y otros medio de pago virtuales.

Pese a que la OMS dejó bien claro que la propagación del virus no tenía nada que ver con el intercambio físico de dinero, desde los gobiernos se promovió en un primer momento el uso de medios de pago sin contacto como medida de protección, incluso no llegando a aceptar efectivo en los transportes públicos de ciertas zonas. Algunos medios, con el tiempo se potenciaron, la tarjeta SUBE para viajar en micros, trenes y subtes es un ejemplo de ello. Si bien nació en 2009, se potenció con el post Covid.

Según algunos, el papel billete se despediría en 2025, otros en 2030, hay audaces que dicen que antes, aunque la pregunta no sería cuándo sino por qué

ALGUNOS CONTRATIEMPOS

Mientras en algunos países desarrollados no solo la discusión se ha zanjado y comenzaron a imaginar una transición hacia otras formas de intercambio para los pagos, en nuestra región por ahora no figura entre las prioridades. Avanzar en esta idea, presupone solucionar varios problemas típicos de un país que arrastra numerosos déficits producto de su propio subdesarrollo. Por un lado, una propuesta digital debe tener en cuenta la tecnología. Por caso, en ocasiones se complica pagar con tarjeta  por la baja conectividad en ciertos puntos, lo que hace caer sistemas o complicar los pagos. Y también, por el cierre de sucursales y la desaparición de cajeros automáticos, que en muchos casos quedaron concentrados en grandes núcleos de población. ¿Cómo abonaría un consumidor de alguna pequeña localidad, que no cuente con acceso a internet, por caso? ¿Cómo se haría la transición para los analfabetos digitales, que no lograron acercarse a la tecnología y quedarían excluidos de esta modalidad? Con varios ítems por resolver, la idea está en estudio. Mientras tanto, lo electrónico comenzó a convivir con normalidad con el efectivo, el viejo rey que resiste y que algunos quieren empezar a despedir.

 

 

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