

Por: Redacción Semanario de Junín
NOTA DE TAPA PUBLICADA EN LA EDICIÓN DE SEMANARIO DE JUNIN, IMPRESA Y DIGITAL Nº 340 DEL SABADO 14 DE ENERO DE 2023
Allá por el 1.800 se votó una nueva constitución de la monarquía española que por ser promulgada el Día de San José -y todos los José son conocidos popularmente como Pepe- la norma recién nacida fue bautizada rápidamente con el nombre cariñoso de Pepa. ¡Viva la Pepa! fue el grito que brotó popularmente de aquella instancia festiva y hoy todo lo que sea jolgorio, desenfado, descontrol festivo, sin límites, nos hace decir ¡Esto es un Viva la Pepa!
¡Esto es un viva la Pepa! Como lo propone el municipio a través de la ordenanza de flexibilización de habilitaciones que le da al Ejecutivo más horas para “rascarse” y dejar todo al libre albedrío, esa política libertaria propia de los PRO y que pretenden que el Estado no tenga responsabilidades, aunque tampoco las asume el ciudadano.
Pero más allá de las críticas valederas hacia estos funcionarios con síndrome de Peter Pan, que creen que alcanza gobernar sacándose autofotos o aprendiendo algunas tácticas del stand up, lo que en verdad se resiente y lo padece es la comunidad.
En una entrevista realizada por el diario Democracia, el concejal Juan Fiorini reconoció tácitamente la liviandad con que se llevarán adelante los controles a nuevos comercios e industrias.
De hecho, dijo que para la nueva ordenanza las consultas se hicieron a quienes “representan a los comercios y a las industrias, como Sociedad Comercio e Industria, Capynoba, Cámara Empresaria Hotelera Gastronómica”, lo cual ya arranca con déficit porque si a la hora de ejercer controles se les va a pedir que lo definan quienes serán controlados, la ecuación no cierra.
Todos somos buenos muchachos, pero cada cosa en su lugar. Coincidimos en que debe agilizarse la tediosa burocracia municipal, pero eso no significa pasar a un estado de laxitud que ponga en riesgo la seguridad de las personas.
Este tipo de políticas públicas no parecen promovidas por dirigentes sociales sino por gerentes de empresas privadas. Y en esa materia, la gestión de Pablo Petrecca tiene sobrados ejemplos de descontrol público.
NOCTURNIDAD Y FUMIGACIONES
La nocturnidad es uno de los sectores cooptados por el amiguismo y en ese sentido algunos se han manejado fuera de las normas y sin habilitación pertinente con la anuencia del personal municipal. SEMANARIO, en su edición pasada, narró en primera persona lo que fue el descalabro de Cuyén, el boliche que abrió bajó la lluvia el primer día del año sin seguir las normas más básicas en materia de seguridad y al amparo del descontrol cotidiano.
Otro caso típico es Valhalla, en Newbery y General Paz, un lugar indescifrable a la hora de calificarlo, pero que por sus características no podría estar habilitado en ese sitio por más normativas flexibles que se impongan y que seguramente ningún cuerpo bomberil podría dar el visto bueno para su desarrollo. Sin embargo, a poco de su inauguración una comitiva del ejecutivo municipal, encabezada por el propio intendente, estuvo presente en el VIP del lugar, sabiendo que no contaba con permiso para funcionar. Y hasta el momento no habrían presentado ningún informe sobre las condiciones de seguridad, ni público ni privado.
Vahalla, sin informes previos de técnicos "puede prenderse fuego todo" admitieron los mismos funcionarios de la gestión Petrecca
Justamente en las recientes declaraciones periodísticas Fiorini dijo que “hoy por hoy muchas actividades, según el riesgo, tienen que recurrir a bomberos para hacer un informe, el cual tenía un costo importante y eso se quitó en esta ordenanza nueva y para algunas actividades se va a solicitar un informe realizado por profesionales universitarios de Seguridad e Higiene”.
Los dichos del concejal están en línea, lamentablemente, con las fumigaciones con agrotóxicos sobre los sitios poblados del distrito, ya que el intendente, al no poder controlar el cumplimiento de la normativa, firmó el año pasado un convenio con la asociación de ingenieros agrónomos, al que sólo adhirieron unos pocos y no se cumple. Ergo, dejar en manos de entidades privadas el control del Estado no parece una solución conducente y tampoco segura y menos aun cuando la idea es ahorrarse unos pesos, aunque eso vaya en desmedro de las condiciones de seguridad y salubridad de los vecinos.
GERIÁTRICOS
El caso de los geriátricos clandestinos es otro despropósito comunal. Con una “manito” de la justicia, la municipalidad logró tapar su irresponsabilidad, a cargo de Adriana Summa, luego que el año pasado hallaran un sitio adonde los abuelos estaban hacinados y uno de ellos había muerto. Incluso la funcionaria a cargo de los adultos mayores, al día de hoy, sigue encontrando residencias truchas, luego de aquel caso y debido a que no había ningún tipo de control.
La fiscal Fernanda Sánchez no se animó a procesar a Adriana Sunna, responsable del contralor de los geriátricos
PARQUE INDUSTRIAL Y CAECO
Mucho valora la nueva ordenanza dejar de lado la tarea de control habilitante por parte de los bomberos, pero en Junín no pudimos enterarnos qué pasó realmente y qué daños produjo al ambiente en ese momento el incendio ocurrido en el parque industrial en marzo de 2019.
Por estos días se cumplieron cuatro años de aquel siniestro acontecido en la empresa ubicada en calles Aldo Capeletti y Domingo Muscariello. La firma CAECO se ocupaba del reciclado de envases plásticos de agroquímicos, un material de gran peligrosidad y mucho más aún después de que el humo inundara diversas instalaciones propias y ajenas a la empresa. Todo se mantuvo en el más estricto silencio, sin informes de la policía ecológica respecto a los daños colaterales y la posible contaminación en el predio, tampoco de los bomberos sobre que desencadenó el suceso.
CAECO en el Parque Industrial, ningún control de parte del municipio
FRIGORIFICOS
Los dos frigoríficos que funcionan en Junín también reciben los “beneficios” de la laxitud municipal en este “viva la pepa” distrital. Los olores nauseabundos que manan de dichos lugares son irresistibles, salvo cuando va el intendente Petrecca, como lo hizo hace poco para inaugurar la “Placita del olor” justo frente a la empresa seguramente más hedionda de Junín, para el “solaz” de grandes y chicos.
Los Frigoríficos condenan a sus vecinos a los olores nauseabundos
¿Y POR CASA?
El gobierno municipal de Petrecca intenta desde su concepción ser un mero gerenciador del distrito, quitándose y quitando responsabilidades por doquier sin que nadie se haga cargo de nada y que sea “la mano invisible del mercado la que regule todo”. Hasta el momento ha tenido suerte y acompañamiento cuasi cómplice por parte de la mayoría en el Concejo y la vista gorda de la justicia departamental. Sin embargo, los hechos relatados más arriba se constituyen en una somera descripción del descontrol que existe en el distrito. Las falencias que pueden detectarse en emprendimientos privados también se hallan en el municipio, que no puede ser ejemplo de nada.
Acaso algún ente público o privado habilitaría los baños del parque natural o de la terminal de ómnibus. ¿Qué pasaría si una “inspección” llegara a las dependencias del propio municipio y observara los techos y la instalación eléctrica de muchas oficinas? Y ya que estamos, ¿pasarían la VTV algunos de los vehículos asignados a la tarea comunal?
El único control realmente “eficaz” se ejerce contra los motociclistas, aunque la obligación del casco ya pasó al olvido. Todavía queda castigar por el papeleo, algo inusitado si no se constata un robo o hurto del vehículo.
Paradójicamente, un político como Petrecca al que le gusta tanto controlar a la población con dispositivos, hace la “vista gorda” a la hora de supervisar a los amigos y a todo aquel que le asegure un voto. Pero también se pone “mano dura” con el estacionamiento medido y las fotomultas, porque la recaudación de la caja chica y a medias con los privados sirve para gastos extraordinarios, más cuando hay campañas en la cercanía.
El “Viva la Pepa” es generalizado por más que en las redes sociales el petrequismo quiera vender una imagen de blancura como si se tratara de un jabón en polvo. Incluso la oposición, que había puesto variadas objeciones a la nueva ordenanza, terminó negociando algunos cambios y se votó por unanimidad. Podrán alegar a su favor de que si no la acompañaban igualmente salía por mayoría oficialista. No se trata de que todo siga igual, sino que pueda ser todavía un poco peor, hasta que la Pepa cause un estrago que no pueda ser ocultado.