domingo 6 de julio de 2025

LOCALES | 30 ene. 2023

HIDRÁULICA

La llegada de El Niño y las cuestiones pendientes

Si se analizan los datos históricos, se verá que en algunos años luego de sequías, hubo una gran cantidad de precipitaciones que generaron problemas de inundaciones en la región. El Tramo V de la obra de canalización del Río Salado es una tarea imprescindible para dar seguridad a Junín frente a las contingencias que podrían acontecer.


La sequía que afectó particularmente al sector agropecuario durante los últimos tres años podría retirarse, pero la naturaleza suele ser indomable y sorpresiva por lo cual las alertas en ese sentido nunca deben dejarse de lado. Menos todavía cuando sabemos que en Junín y la región las inundaciones han mantenido en vilo a buena parte de la comunidad en forma permanente y hasta hace muy poco, entre 2016 y 2017.

La situación debiera servir de alerta a los funcionarios y empezar a desempolvar todos los mecanismos de alerta temprana para que no los tomen por sorpresa como le ocurrió a Pablo Petrecca hace un lustro, cuando tuvo que salir a último momento a fortificar la margen del río Salado con montículos de tierra y rollos de plástico que aún quedan como recuerdo de la tardía reacción, afeando el paisaje.

La apreciación de estas opiniones no debieran resultar agoreras, sino que parten de la observación de algunos registros históricos del clima en Junín y que indican, respecto a algunos años, que después de sequías se produjeron inundaciones, como una forma de la naturaleza en buscar su propio equilibro.

Claro que en la región el régimen de lluvias aumentó en forma bastante considerable en los últimos 40 años, ya que de registrarse promedios de entre 600 y 1000 mm. entre las décadas de los 70/80, entre 2012/15 los promedios fueron cercanos a los 1500 mms.

Incluso para reafirmar lo dicho más arriba sobre las lluvias extremas hacia un lado y otro, vale recordar los 670 mm de 1992, con los casi 1700 de 1993. O también, los 690 del 1994 y los 1400 del ’95.

Por ese motivo si bien algunos consideran una fortuna que “La Niña” esté cerca de llegar a su fin ya que semana a semana las condiciones del océano Pacífico tropical y la circulación atmosférica acoplada así lo demuestran, los expertos temen por la llegada de El Niño para la segunda mitad de 2023, ya que las temperaturas promedio globales mostrarían naturalmente una suba, siendo muy probable que superen el umbral crítico de 1,5 °C de calentamiento respecto a los valores preindustriales. Y eso también podrían registrar copiosas lluvias.

Vale destacar que hasta el momento, el año que más calor se registró en la tierra fue el 2016 y en gran parte fue impulsado por el evento El Ñino y no es casual que en ese período en Junín se registraran serias inundaciones. Justamente entre los años 2014 y 2017, los registros pluviométricos locales estuvieron en alrededor a los 1300 milímetros de promedio anual.

Todo hace pensar que este año será más caluroso que el 2022, incluso con la chance de ser el quinto o sexto más caluroso registrado, según calculan los especialistas. Si El Niño ocurriera finalmente, hacia el final de este año, considerando que su efecto de calentamiento tarda meses en sentirse, es mucho más probable que el 2024 sea el que establezca un nuevo récord de temperatura global.

TEMAS A RESOLVER

Si bien la sequía causa un daño considerable a los cultivos, el resultado de las inundaciones en la región posee un mayor poder a la hora de causar pérdidas ya que afecta a las comunidades en general y deja al sector agropecuario inutilizado completamente. Por ese motivo es menester seguir de cerca todo aquello relacionado con la continuidad de las obras del Salado que faltan terminar y justamente en nuestra región ya que el ingreso de agua proveniente del Salado hacia la laguna El Carpincho sigue encontrando allí un cuello de botella que resulta el principal impedimento para generar los primeros anegamientos en las zonas urbanas y semiurbanas de Junín.

En mayo del año pasado la Subsecretaría de Recursos Hídricos del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de la Provincia a través de la Dirección Técnica de Proyectos de la Dirección Provincial de Hidráulica (DPH), dijo que se hallaba realizando los estudios previos para el último tramo de la obra de canalización del Río Salado (Tramo V), el cual habrá que reclamar para una pronta ejecución y no esperar a cuando el agua llega al cuello.

Los trabajos corresponden a relevamientos topográficos complementarios del cauce del río y terreno natural; de la obra de compuertas, vertedero y disipador de la obra de control de Laguna El Carpincho, la Laguna de Rocha y relevamiento de puentes: tipificación estructural, análisis de posibles ampliaciones y/o construcción de obras nuevas en reemplazo, planificación de estudios básicos de geotecnia.

En ese momento el Subsecretario de Recursos Hídricos, Ing. Guillermo Jelinski, expresó que: “Hemos puesto en valor la obra del Rio Salado, llevando el tramo IV de un 9% como lo encontramos en 2019 a más del 85% en la actualidad, y estamos trabajando en completar el proyecto del cauce principal del rio con el tramo V, entre Alberti y El Carpincho.

De esta forma tendríamos resueltos los 700 kilómetros de cauce principal, con lo cual vamos a poder incorporar cauces secundarios y grandes canalizaciones que nos darán la capacidad de mejorar el drenaje y la recuperación de hectáreas en el noroeste y el sudoeste de la cuenca del Río Salado de la Provincia de Buenos Aires.

Estamos trabajando además en los proyectos que tienen que ver con resolver el Nodo Bragado, centro de llegada de varios grandes canales y que requiere un tratamiento específico”.

El Tramo V de la obra de canalización del Río Salado es una tarea imprescindible para dar seguridad a Junín frente a las contingencias que podrían darse y es importante que la dirigencia política y social se encolumnen para lograr el seguimiento y la concreción de la obra.

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