

Por: Redacción Semanario de Junín
NOTA DE TAPA PUBLICADA EN LA EDICION IMPRESA Y DIGITAL Nº 347 DE SEMANARIO DE JUNIN. SÁBADO 4 DE MARZO DE 2023
Reciben entradas y algunas ayudas para los viajes, y a cambio trabajan desinteresadamente por la institución. Esa modalidad existe desde hace años en Sarmiento y así “el Verde” pintó parte de sus instalaciones, el mismo estadio, y llevó adelante numerosas colaboraciones con distintas entidades de la ciudad y acciones benéficas.
Esta movida se mantuvo por años. Hasta que, luego del fallecimiento por Covid de Mario Panero en febrero de 2021, ‘un reconocido hincha’ y ex empleado municipal ligado al desaparecido ex Intendente y ex ministro de Transporte Mario Meoni (otro fanático del Verde), comenzaron lentamente los “reacomodamientos” en las distintas facciones.
Con Panero en vida, gran parte de las acciones pasaban por él y cualquier situación, tenía resolución, ya sea con los de adentro y los de afuera. Estaba en la tribuna, en las conferencias de prensa y supervisando alguna colaboración de los “muchachos” con el club. Sus vínculos políticos y del tablón, le permitían evitar que la sangre llegara al río. Pero con su ausencia, las cosas empezaron a cambiar. Hubo otros hinchas caracterizados que tomaron el mando, y si bien ‘La barra del Cemento’, ‘los pibes del Loreto’, y algunos otros compartían espacio y labores sin mayores inconvenientes, llegó un tercero en discordia a reclamar su parte en el reparto.
El grupo de los Farías arrancó en soledad en un rincón de la tribuna de calle Paso, con su percusión y sus cánticos propios, a contramano del resto del estadio. Hicieron ‘rancho aparte’ de entrada para ‘marcar la cancha’. Pero avisaron que quieren más.
QUÉ DISPUTAN
La barra de “los Farías”, con el respaldo de Camioneros, (donde Pokemón trabaja desde hace años), primero se mostró en soledad en un rinconcito de la tribuna vacía de calle Paso pero ahora quieren mucho más.
Hubo un primer impacto, luego de una acalorada discusión por un puesto de venta de choripanes ubicado en las inmediaciones del estadio. Todo subió de tono en Almirante Brown y Betancourt, donde Lazo y Montanaro efectuaron disparos de arma de fuego contra Farías y Alcaraz, produciéndoles a ambos lesiones, para luego darse a la fuga.
A los pocos días, el baleado fue Lazo, que terminó con lesiones menores en el Hospital Interzonal. “Esto fue por pegarle a Pokemón” le dijeron los agresores.
Está claro que por infraestructura y billetera, Sarmiento está lejos de los grandes negocios de las barras del fútbol argentino. El merchandising, por caso, lo maneja el mismo club; el estacionamiento, salvo algunos partidos de gran convocatoria no es un jugoso botín, (pese a que los espacios cercanos al Eva Perón están repartidos entre ellos) y los viajes –ahora con los visitantes en algunas canchas restringidos- son atractivos sólo en algunas ocasiones.
No obstante, es un secreto a voces, que algo de dinero y mucho de poder da vueltas cada fin de semana y esa porción de la torta está en disputa.
Ya desde julio del año pasado, se vio al pequeño grupo de los Farías ubicado en soledad en un rincón de la tribuna de calle Paso, con su percusión y sus cánticos propios, a contramano del resto del estadio. Hicieron ‘rancho aparte’ de entrada para ‘marcar la cancha’.
La dirigencia les asignó ese espacio porque sabían que, de compartir lugar, habría problemas. El primero de ellos fue ante Boca y no por una interna. Ese día, un grupo de hinchas “neutrales” alentó a Rossi que calentaba cerca y eso derivó en una serie de incidentes entre los simpatizantes que estaban separados por una reja que estaba abierta, ya que en teoría, ‘no había visitantes’.
Por suerte la escalada no pasó a mayores, hubo reparto de insultos y trompadas, pese a que al otro día el secretario de Seguridad comunal Andrés Rosa dijo que ‘el operativo fue todo un éxito’.
La principal hipótesis sobre la que APreViDe puso el ojo estuvo en que, como el club vendió entradas para no socios, una buena porción de los que ingresaron por fuera de los 8.000 asociados fueron hinchas de Boca. Por lo tanto, los seguidores de ambos clubes quedaron mezclados en la popular de calle Paso.
VIOLENCIA CRECIENTE
Aquel episodio, que más de uno deseó que fuera aislado, ahora recrudeció del peor modo. Este pasado lunes 20 de febrero, a los 8' del primer tiempo, Darío Herrera detuvo el partido que Sarmiento jugaba ante San Lorenzo por la cuarta fecha de la Liga por las corridas y golpes de puño que se vivían en la tribuna popular de avenida Arias. El detonante habría sido que bajaron del para avalanchas a un chico del barrio del Bronx (ligado a Farías). Los integrantes de 'La Banda del Oeste' y 'La barra del Cemento' no permitieron que ocupara ese espacio, reservado para ellos.
A los Farías no solo no los quieren las facciones de Sarmiento, tampoco la dirigencia que ve en ellos la ruptura del “status quo” y futuros conflictos, ante un sector más intransigente para acordar lo establecido.
La pelea interna que ese grupo fogoneó en el arranque del partido del Verde ante El Ciclón hizo que la APreViDe, pusiera otra vez al club en el centro de la mira: se cree que los involucrados en el altercado del lunes 20 de febrero no podrán ingresar a los próximos partidos, por el derecho de admisión. Desde el club avisaron que esperan novedades.
A todo lo planteado, se le suma que este es un año electoral en la entidad. Algunos apuntaron a que esta movida también tiene otros intereses: En julio habrá elecciones y Fernando Chiófalo iría por una nueva reelección.
El Presidente fue tentado hace años por Meoni, luego por Petrecca y siempre se mantuvo con la bandera del club por delante de las otras. Además, sorteó con éxito cuando otra facción política del club, amagó con formar lista y disputarle el poder, con Molinari a la cabeza.
También es el presidente el apuntado por varios hinchas ‘por dejar crecer este conflicto interno de las barras y no pararlos oportunamente’. Quienes conocen a ‘Coquito’ y su personalismo descuentan no se sentará a negociar con quienes considera son un problema para el club, aunque con ello los daños crezcan y el Verde salga lastimado. ‘Con un poco de gestión lo habría solucionado’ contaron algunos a SEMANARIO.
“El Verde” es el emblema deportivo de Junín, cobija a grupos de poder variopinto y precisamente por ello ha logrado consabidos privilegios como entidad; sin embargo la paz social no es negociable y eso es bueno que lo sepan los dirigentes en todo orden.
DAÑO COLATERAL
Se sabe que los violentos afectan a los clubes y en Sarmiento no fueron la excepción. Los incidentes recientes del partido ante San Lorenzo ya repercutieron en boletería. Los neutrales sin identificación fueron una opción para recibir hinchas de Central, pero, como APreViDe no permite visitantes, hubo febriles negociaciones para buscar alternativas. Además, no sólo se le negó la posibilidad al Verde de vender entradas 'No socios' sino que desde La Plata se exigió un ‘operativo especial’, impagable en esas circunstancias.
Sin hinchas, y con vigilancia reforzada: Menos ingresos y mayor gasto. ¿Cómo terminó la historia? Según el propio Tesorero del club Diego Cifarelli, mal: Al Verde le quedaron ‘apenas 1000 entradas para vender entre los no socios’. Así las cosas, el grueso de los hinchas de Central tuvo que seguir la presentación “Canalla” por televisión y la intención de copar Junín, quedaron para otra ocasión.
Los que sí parecen venir copando la ciudad son los barras a los que no les importa nada y andan a los tiros en cualquier lugar y eso no solo pone en vilo la tranquilidad de las calles de Junín, sino que deja abierta la posibilidad que algún inocente salga lastimado y que, además del escándalo, asistamos a una tragedia.
La cadena de irresponsabilidades generada parece haber sobrepasado no sólo a las autoridades del club, sino también a los funcionarios del municipio que tienen un pie en cada lugar con una indecisión que aumenta el caos que no para de crecer.