

Osvaldo Juan Zubeldía transmitía con convicción sus ideales. Fue un auténtico revolucionario del fútbol. El juninense, tras su recordado e inolvidable paso por Estudiantes de La Plata, se radicó en Colombia en 1981, desde donde condujo al título a Atlético Nacional de Medellín, ciudad donde murió a los 54 años, víctima de un infarto el 17 de enero de 1982. El Zorro nació el 24 de junio de 1927 y de ahí que el DT de Sarmiento Israel Damonte le dedicara una imagen y una frase en el día que hubiera cumplido 96 años.
Identificado con ese ADN Pincha que Zubeldía ayudó a construir, Damonte aprovechó la fecha para acercarse al cementerio Central de Junín, donde descansan los restos del recordado entrenador. Y con una frase sintetizó el sentir del pueblo pincha: "Nunca caminarás Solo, Feliz cumpleaños Maestro" escribió.
Zubeldía llegó a Estudiantes en 1965, armó un grupo que fue invencible y marcó una manera de entrenar, jugar y defender los colores albirrojos. Al mando del primer equipo logró el Metropolitano de 1967. Ese título abrió el camino a una cosecha fructífera de grandes logros como las Copas Libertadores del ´68, ´69 y ´70, la Copa Interamericana de 1969 y, el mayor lauro: la obtención de la Copa Intercontinental de 1968, derrotando al Manchester United.
La consagración de aquél equipo humilde en presupuesto y plantel quedó registrado en la columna escrita por Julio César Pasquato, “Juvenal”, en El Gráfico del 8 de agosto de 1967: “El triunfo de Estudiantes ha sido el triunfo de la nueva mentalidad, tantas veces proclamada desde Suecia hasta aquí y muy pocas veces concretada en hechos. Una nueva mentalidad servida por gente joven, fuerte, disciplinada, dinámica, vigorosa, entera espiritual y físicamente. Gente dispuesta a trabajar por un objetivo común. Dispuesta a luchar, a sacrificarse, a transpirar, a entregarse sin retaceos en favor del equipo. Los seis días de la semana y los 90 minutos del domingo... Estudiantes le ganó a 36 años de campeonatos ‘vedados’ a la ambición de un cuadro chico. Estudiantes le ganó a su convicción y a sus limitaciones de equipo ultradefensivo-mordedor-destructivo. Y terminó ganándonos a todos”.
Para Zubeldía, sin embargo, todo esto recién comenzaba. Cuando en el vestuario triunfador le preguntaron si estaba satisfecho, respondió tajante: “Totalmente, no. Siempre quiero más”. Y vaya si sostenía sus palabras con acciones: ese mismo equipo no pararía hasta conquistar tres veces la Copa Libertadores de América (1968, 69 y 70), una vez la Intercontinental y también la Interamericana (1968). Además fue subcampeón en los dos torneos siguientes al Metro 67: el Nacional 67 y el Metro 68.
“Osvaldo fue un autodidacta del cual aprendimos mucho de fútbol y también de la vida. El nos dijo: ustedes tienen que demostrar que no existen débiles ni poderosos en el fútbol, que todo se puede lograr con trabajo y dedicación" recordó hace años Raúl Madero.
Después de lograr 3 Copas Libertadores, 1 Copa Intercontinental, 1 Copa Interamericana y el torneo Metropolitano 1967, Osvaldo Zubeldía renunció a la dirección técnica del Pincha el 5 de marzo de 1971. Se trasladó a Medellín, donde la muerte lo encontró abrazado a su pasión.