Por: Semanario de Junín

EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 379. CORRESPONDE A LA SEMANA DEL 14 AL 20 DE OCTUBRE DE 2023

El origen del problema de la desigualdad, remarcaba el filósofo Zygmunt Bauman, reside en la creencia de que “estimula a la gente a trabajar, invertir y asumir riesgos. De esta forma, tendrá un nivel de vida más alto, pero no es así. Esta mentalidad, además, divide a las sociedades con el instrumento de la competencia. Con ello, se pierde el impulso natural a ayudar al prójimo y las normas éticas entran en crisis. Por tanto, si queremos paz y prosperidad, tendremos que sustituir la competencia por la cooperación amistosa”.

Pero para lograr lo que proponía el escritor polaconecesitaremos de líderes políticos positivos, por lo que debemos tratar de descubrir a los negativos y de ese modo, descartarlos en cada contienda electoral.¿Pero cómo reconocerlos?

El primer rasgo característico de estos líderes es que tienen un trastorno de personalidad narcisista (o “narcisismo maligno”, como lo denominaba el psicólogo social alemán Erich Fromm). Es un desarreglo mental que sufre una persona debido a que tiene un sentido desmesurado de su propia importancia, así como una necesidad excesiva de atención y admiración.

Trasladado al terreno político, el trastorno fue denominado en 2008 por el neurólogo y miembro de la Cámara de los Lores, David Owen, como el “síndrome de Hubris”. Los griegos utilizaban el término ‘hubris’ para referirse al exceso de arrogancia que impulsa a un individuo a sobrepasar todas las barreras que limitan sus acciones y deseos, sin importar los desastres que puedan causar en una sociedad.

Los rasgos de un político afectado de un trastorno de personalidad narcisista son la propensión a ver la acción política o la gestión gubernamental como el espacio para alcanzar la gloria personal y no el bien común.

Además de una predisposición desmesurada a actuar en función de su propia imagen y una gran temeridad a la hora de decidir estrategias, sin consideración por los riesgos y una total ausencia de remordimientos.

Tienen, además, una pérdida progresiva de contacto con la realidad, debido a su tendencia innata hacia el autoengaño, y, finalmente, una tendencia a construir un mundo binario compuesto de amigos y enemigos.

Transcurrimosdías aciagos mientras se desarrollan las campañas electorales, ya sea a nivel nacional, como provincial e incluso local; motivo más que suficiente para detectar a líderes negativos y de ese modo no acompañarlos en la concreción de sus oscuros intereses.