sábado 03 de mayo de 2025

LOCALES | 18 oct 2023

A RENDIR CUENTAS

Petrecca, Rowing y un agujero en la terminal

El intendente de Junín y la constructora arrancaron mal, pero terminaron haciendo negocios juntos, lo más llamativo es que en 2019, el secretario de Obras Públicas municipal dijo que la empresa ya había terminado su tarea, sin embargo en 2020 desde la comuna pidieron un subsidio a Meoni, “para hacer obras” que… ya debían estar hechas y a eso se suman otras tareas que fueron anuladas ¿Adónde fueron a parar esos millones?


Por: Redacción Semanario de Junín

Tanto el intendente Pablo Petrecca, como su ladero en obras públicas, Marcelo Balestrasse pusieron freno desde su asunción a la nueva terminal de ómnibus de Junín que en 2015 tenía cumplimentada más del 80% de las tareas.

A poco de cumplirse ocho años, la estructura no fue inaugurada, el convenio con la empresa Rowing tampoco se cumplió ya que el municipio debía entregar el predio de la vieja terminal y no lo hizo y tampoco se lo reclamaron a pesar del tiempo transcurrido.

Lo que se inició como una relación “tirante” de parte de Petrecca hacia la compañía que forma parte de un holding de empresas, se transformó en “amor” cuando el intendente acordó que Walter Román que también tiene la compañía “Soluciones químicas” se ocupara de la Zona de Actividades logísticas. Román es dueño de “Rowing” (ROmán Walter INGeniería). De cómo cambiaron las relaciones a pesar del incumplimiento petrequista poco se sabe, pero seguramente faltara poco para que salga a la luz.

En medio de este join venture y cumplimentados los trabajos con la pista de atletismo y lo que sería “la nueva biblioteca” de calle Liliedal que el alcalde borró de un plumazo y ubicó allí al “gran hermano” juninense, el centro de monitoreo que termina grabando la inseguridad que hay en el distrito; hay aristas filosas que sería bueno que la justicia investigue ya que está en juego el dinero de los contribuyentes a nivel nacional.

Sin embargo, en la última edición de SEMANARIO (y otras tantas anteriores), quedó demostrado el beneplácito de la justicia local hacia la gestión Petrecca, para llevar adelante acciones, que resultan al menos sospechosas y nunca se investigaron.

¿IRREGULARIDADES?

Y en tren de confesiones, vale acotar que el convenio firmado entre Rowing con Mario Meoni intendente, para llevar a cabo esas obras a cambio de la manzana de Winter, Rivadavia, Av. San Marín y Belgrano está bien especificado y es guardado bajo siete llaves por la gestión petrequista.

El porqué de ese “secreto” podría relacionarse con un pedido de subsidio solicitado por Petrecca y Balestrasse en 2020 al por aquel entonces Ministro de Transporte Meoni, con un listado de las “cosas que se necesitaban” para dar por concluida la obra (de una buena vez)

SEMANARIO también accedió a ese pedido y halló que el intendente y su funcionario, solicitaron materiales y mano de obra, para realizar tareas que ya estaban descriptas en el convenio firmado en 2015, motivo por el cual la empresa los debió haber provisto para poder terminar su parte del acuerdo.

Es de suponer que, efectivamente, Rowing cumplió con lo pactado. Ahora bien, el porqué se replicó el pedido de materiales  y mano de obra que suman a dinero constante unos 100 millones de pesos actuales, no queda bien explicado para mucha gente, motivo suficiente para que la Justicia busque una respuesta razonable.

Particularmente se trata de un rubro solicitado para dotar de energía eléctrica a la terminal de ómnibus y lo llamativo del caso es que de no haber estado eso implementado no se podría haber llevado a cabo la “prueba de luces” en la terminal y más raro aún es que en la época que se pidió el subsidio, las luces ya estaban encendidas en la obra de Circunvalación y Ruta 7.

A LAS PRUEBAS

Para entender mejor lo antedicho, es bueno cotejar el convenio firmado por Rowing con la gestión Meoni y el subsidio pedido por Petrecca al Ministerio de Transporte, ambos documentos a los que tuvo acceso SEMANARIO.

 Al hacerlo se constata que la constructora iba a proveer de: Tablero general, los tableros seccionales, la puesta a tierra del pararrayos, la fuerza motriz, la instalación y tableros del grupo electrógeno, el conjunto de bombas contra incendio y el tablero eléctrico del mismo, además de los ductos para la calefacción”.

¿Dónde fue a parar el dinero de los subsidios?

Sin embargo, en el pedido de subsidios de Petrecca y Balestrasse al ministerio también aparecen descriptos estos materiales (sumado la mano de obra), además de otra larga lista para dar el “final de obra” a la anhelada y moderna infraestructura.

Esos elementos aparecen en el “cómputo y presupuesto del tendido eléctrico urbano de alimentación y equipamiento interior de la Terminal de Ómnibus de Junín”.

Como es de práctica en las reparticiones del Estado no se pone en duda lo que pide otra repartición, porque  supone que tiene “la necesidad”, por lo tanto antes de otorgar el subsidio controla si los precios son los corrientes de plaza y  se transfiere un anticipo, luego cuando se invirtió en obra dicho anticipo, la repartición que lo otorgó, en este caso el Ministerio de Transporte verifica que se ha ejecutado y autoriza un nuevo desembolso para continuar con los trabajos.

Si en declaraciones a la prensa en 2019, Balestrasse dijo que la “parte de Rowing estaba terminada”, quiere decir que se realizaron todas las inspecciones de obra y comprobado que nada faltaba ejecutar o colocar y que “todo” funcionaba perfectamente y cuando decimos “todo” es cada uno de los componentes que lleva una obra de esta envergadura. Quiere decir que se abrieron las canillas y salía agua, se abrieron las puertas de los tableros eléctricos y estaba todo completo, se accionaron los disyuntores, las térmicas y se encendieron todas las luces.

Ahora bien ¿por qué el 7 de octubre de 2020 Petrecca y Balestrasse pidieron unos 19 millones de pesos (aproximadamente 74 millones de hoy a moneda constante) por estos elementos que ya habían sido instalados por la empresa constructora?

Si comparamos la documentación de la licitación y el pedido de subsidio (aquí ambos por separado) vemos que hay trabajos que tenía a su cargo la empresa y que se volverían a cobrar por el municipio conforme en al presupuesto elevado al Ministerio (ítems 1.1.1 al 1.1.7 y 2.1.11 al 2.1.15).

SEGUNDA CUESTIÓN

Pero dejando al margen el subsidio recibido por el municipio para realizar tareas que ya estaban hechas, vale la pena rescatar otras declaraciones de Balestrasse en el sentido de que “se dejaron de lado otras obras” que sí figuraban en el convenio con la empresa con la gestión Meoni y que la gestión Petrecca la consideró “innecesarias”.

Estas obras “innecesarias”, resultaron: “el sistema de purificación de agua, las cisternas de acumulación, el techo verde” y otras menores, que en 2014 estaban valuadas (según figura en el convenio), en 258.864 pesos, lo cual actualmente significarían algo así como 30 millones de pesos.

Proyecto Ejecutivo Terminal... by SEMANARIO DE JUNÍN

Motivo suficiente para preguntarse: ¿qué pasó con ese dinero que la empresa no gastó porque la municipalidad anuló los trabajos a realizar? ¿Lo entregó en especies? Vale recordar que a cambio de los trabajos realizados no se entrega dinero, sino el predio donde se halla la vieja terminal. Por eso mismo no se puede determinar cómo se hizo la respectiva “devolución” por las obras no ejecutadas.

Los “interrogantes” reclaman –hasta el momento- una respuesta acorde a más de 100 millones de pesos actuales que no se sabe realmente adónde fueron a parar, lo cual para la “transparencia” que aduce tener el alcalde, sería urgente que la gestión Petrecca, presente la “cuentas claras” ante el Concejo Deliberante como órgano representativo del pueblo de Junín, o que sea la justicia, la que finalmente deje de proteger a su hijo pródigo y munidos de los respectivos documentos y una calculadora, inicien la tarea necesaria para despejar de sospechas, o no, una situación por demás llamativa y muy preocupante.

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