Por: Redacción Semanario de Junín

Para estar a tono con el discurso efectista y en tono electoral de sus últimos días, Alexia encargó a la modista de Palacio, una capa transparente, porque según dijo, ‘no solo hay que ser, sino también parecer’.

Eso sí, frunció el ceño cuando una viejita que lo escuchaba, le preguntó cómo es que ahora se le ocurren estas ideas, cuando estuvo años mirando para el costado cuando tuvo que explicar cómo fue que hizo para levantar su palacio real en un par de años, ni bien llegó al sillón de Rivadavia.

O cómo fue que de golpe se le dio por mostrar todo, justo él, que escondió todo lo que pudo los números de Palacio, las obras a Mingri Velociraptor, los cargos a la parentela y otros trabajos a gente amiga y viejos peregrinos religiosos, hoy afincados allende las montañas.

Pero para qué recordar viejos tiempos, en épocas de memoria frágil, mejor apuntar al lloriqueo y el rezongo, nada más fuerte que apuntarle a la discriminación de Sir Kichi, que según su queja, es uno de los culpables de todos los males de estos lares.

Sus cintas por cortar, su falta de empatía hacia la cosa pública y el beneficio a los íntimos y parientes y fieles, han sido una constante en su gestión. Y también algunos funcionarios funcionales, que no funcionan pero pintan líneas amarillas dos y tres veces, para simular obras que están pero no deberían y también porque parece sobra la pintura y escasean las ideas.

Alexia llega a otro final anunciado. Una vez más, termina un mandato sin planificación, como fue el anterior. Pero gracias a su cosmética, lo pintó de maravillas y los de las afueras, cayeron otra vez.

Le metió cintura todo lo que pudo, y logró su objetivo. Que no es mejorarle la vida a su gente, sino darse una buena vida con la ajena. Acompañado de un séquito sialexista, que no duda en levantar la mano y quejarse en sintonía, apoyados por juglares amigos adornados con buenos acres para sostener ese discurso, el especialista del disfraz elige victimizarse por enésima vez con sulibreto, el mismorepetido por los monarcas amarillos, coincidiendo que la queja es compartida, armada, pensada para engañar al distraído.

A poco de poner la papeleta para ver quién será el elegido, Alexia decidió enviar a su Concejo una ordenanza para profundizar la transparencia de su gestión. El monarca sabe que su mandato está plagado de sospechas. De números escondidos, de una transparencia declamada, boconeada y siempre negada.

Hay dos formas de asumir la función pública: Con honestidad, responsabilidad y eficiencia, o como Alexia. Mirando para otro lado, haciendo la plancha y contando que todo es una maravilla.

PetrEgo

PetrEgo insistió con la creación de la Policía Municipal, desoyendo a propios y extraños que le pidieron mesura y respeto ante un tema tan delicado. Pero nada de eso le importó. Sigue con sus tours turísticos en el Centro de Monitoreo con los nenes del jardín que no le piden explique cómo es que ante la cantidad de cámaras y su Gran Hermano, nadie todavía es capaz de encontrar los camiones que se robaron de las calles de Ciudad Fría en un abrir y cerrar de ojos.

Boconeó también con el pedido de la Ley de Transparencia, con el argumento que ‘no son todos lo mismo’ ignorando que justo él, jamás explicó cómo hizo para comprar, construir y finiquitar un caserón en uno de los barrios exclusivos de su tierra.

También conviene recordar que fue él, quien negó información a su oposición y que fue su decisión, la que borró de la web de ‘transparencia’ comunal, datos como compras, licitaciones y demases.

PetrEgo fue el que acompañó a su amigo Mingrino en varias contrataciones directas, sin brindar ninguna explicación, y el que puso, sacó y volvió a poner a amigos y parientes en cargos con buenos ingresos públicos. Es el mismo que habla de pluralidad, pero se rodea de unos pocos y otros menos para que a cambio de un billete, cuenten que es lo más.

Sin ponerse colorado, dice que no es igual a los demás. Tiene razón. Es peor.

Te contamos todo lo que NO HICIMOS esta semana

*) Pedirle a Balestrasse que cuente los nuevos metros de cemento de la bicisenda. Ya debemos haber hecho unos cuatro o cinco más en este mes. Y sale foto.

*) Comprarle más pintura amarilla a la Troncoso. Creo hay que volver a pintar Primera Junta un poco más a la derecha.

*) Timbrear. Hablar con los vecinos. Ni en pedo.

*) Arreglar las veredas de la Terminal de ómnibus. Demasiado con ‘la intervención’ que hacemos a metros de ahí.

*) Nada. Pero anunciamos nueva línea de colectivos, hamburguesas turísticas, nueva zona logística, y unas cuantas cosas más. Es Suiza mi ciudad.