

Corrían 32 minutos del primer tiempo del duelo entre Rayo Vallecano y Sevilla, por la Liga de España, cuando se dio una situación repudiable. El encuentro estaba 1-1 y el argentino Lucas Ocampos, ex River y habitual integrante de las convocatorias de Lionel Scaloni en la selección argentina, se disponía a sacar un lateral, cuando uno de los espectadores se aprovechó de la cercanía de la platea con los límites del campo de juego y le introdujo un dedo en el ano.
El extremo, de 29 años, inmediatamente se dio vuelta e interpeló al agresor, aunque con una templanza admirable. Y convocó al árbitro para que interviniera. Marcos Acuña, campeón del mundo con la Albiceleste y compañero de equipo, también se acercó a defenderlo. En la transmisión especularon con que quienes perpetraron la acción podían ser influencers, pero lo curioso es que no fueron removidos del sector.
Incluso un futbolista del Rayo, el N° 7, Isi Palazón, dialogó con ellos y hasta le tocó la cabeza a uno de ellos, en señal amistosa, como si los conociera. Oscar Valentín, también jugador local, es otro de los que habló con los jóvenes. Ocampos debió volver al lugar para reiniciar el juego con las manos, no sin antes darse vuelta y volver a dedicarle unas palabras al atacante, en medio de un atronador y absurdo silbido que pretendía defender al victimario.
Se trata de un duelo de alta temperatura, debido a que, transcurrido más de la mitad del torneo, ambos elencos se encuentran en una zona incómoda de la tabla de posiciones, cerca de las posiciones que ocupan el Cádiz, Granada y Almería, los tres equipos que por el momento estarían perdiendo la categoría. El último campeón de la Europa League (y siete veces vencedor del certamen), además, vive una crisis que ya se llevó por delante a dos entrenadores (José Luis Mendilibar y Diego Alonso), y con Quique Sánchez Flores en el banquillo y algunas incorporaciones (como el también argentino Alejo Véliz) busca salir de la difícil situación.