

Por: Ismael A. Canaparo
Los homenajes tienen la rarísima particularidad de hacer brotar una vena hermosa e inigualable, la emotiva. Pero cuando se llevan a cabo, casi siempre cuentan con la irreparable ausencia del reverenciado. Este no es el caso, simplemente porque Eusebio Carmelo Marcilla, a setenta y un años de la maldita columna que nos privó de su sencillez, de su maestría, de su ética de muchacho sin dobleces, sigue tan vivo como en aquellos días. Es como si este abrumador reconocimiento lo tuviese a él, presente en cuerpo y alma. El recuerdo permanente no es otra cosa que el saldo fiel de una deuda de gratitud de Junín con el personaje más querido de la historia del deporte local. Además de ser una estricta razón de justicia, ¿cómo olvidarlo? Todos los 14 de marzo la tristeza se agiganta, al recordar aquel triste cimbronazo de Recreo.
TODOS SUS TRIUNFOS
Pocas veces el periodismo se ha detenido a analizar la brillante campaña de Eusebio Marcilla, registrada a través de 13 años, desde su debut en el Gran Premio Internacional del Norte (setiembre y octubre de 1940) hasta su trágica muerte, en la “V Vuelta de Santa Fe” (marzo de 1953).
A muy poco de su debut en la extensa travesía entre Buenos Aires-Lima, prueba en la que abandonó en la novena etapa, luego de ubicarse tercero en la octava, se adjudicó las 12 Horas de Rafaela (1.516.737 km.), con el Chevrolet número 9. Fue el 1 de diciembre de 1941. Primer triunfo del juninense.
Ese mismo año, a pocos meses después de Rafaela, triunfó en la llamada Tercera Carrera “Ciudad de Añatuya”, sobre una distancia de 530 km, disputada en dos tramos. Hizo un tiempo de 4h 39m 51s. Corrió con el número 20. Segundo éxito de Eusebio.
Luego de un largo paréntesis motivado por la Segunda Guerra Mundial, el 17 y 18 de julio de 1948 se llevó a cabo la “Primera Vuelta de Chaco”, disputada en dos tramos de 724 y 741 km., entre Resistencia y Sáenz Peña. Eusebio fue segundo en la etapa inicial y primero en la segunda, con un tiempo de 11h 18m 20s. Tercer triunfo del piloto juninense, a bordo del coche número 36.
Tres meses después, se realizó el Gran Premio de la América de Sur, más conocido como la Buenos Aires-Caracas, disputada 14 etapas, desde el 20 de octubre al 8 de noviembre de 1948, tras un raid de 9.575.800 km. De los 141 pilotos inscriptos, apenas 44 autos llegaron a Caracas. En la travesía, hubo que lamentar diez por muertos por distintos accidentes. La carrera sobre el final tenía como ganador a Oscar Gálvez, pero a poco de llegar sufrió un percance y entró a la meta con el coche averiado y empujado por el vehículo de un colaborador. Es así que “El Aguilucho” fue desclasificado. El ganador fue Domingo Marimón, pero bien podría haber sido Eusebio Marcilla (segundo, a 12m 40s de “Toscanito”), de no haber tenido que socorrer a los accidentados Juan Manuel Fangio y Daniel Urrutia, a los que transportó al Hospital del Obrero de Chicama. A raíz de esa actitud tan altruista, el juninense ingresó a la leyenda como “El caballero del camino”. En esa gigantesca prueba lució el 14.
La “Doble Vuelta de Rojas” se realizó el 2 de octubre de 1949, en un circuito mixto, con un total de 950 kilómetros y significó el cuarto triunfo de Eusebio Marcilla. El ya instalado “Caballero…” y seguido por una enorme legión de admiradores, empleó un tiempo de 7h 04m 32s. En esa ocasión, el Chevrolet lucía el número 6.
La quinta bandera a cuadros como ganador, la recibió ocho meses después en el “Segundo Gran Premio Vuelta de La Pampa”, llevado a cabo el 10 y 11 de junio de 1950. La carrera se realizó en dos etapas (General Pico-Santa Rosa y Santa Rosa-General Pico), sobre un total de 1.479.200 km. Eusebio fue octavo en el tramo inicial y primero en el segundo, con un tiempo de 11h 38m 36s. El coche estuvo pintado con el número 10.
A pocos días de su última victoria, Eusebio ratificó ese triunfo en la “Vuelta de Córdoba”, llevada a cabo en dos etapas (Córdoba-Rio Cuarto y Río Cuarto Córdoba), el 1 y 2 de julio de 1950, sobre un total neto de 1.787 km. Terminó cuarto en el primer tramo y segundo en el regreso a la docta. Marcó un tiempo de 16h 07m 14s. El piloto juninense ganó con la maquina número 14.
Como dato trágico del destino, Marcilla obtuvo su séptimo éxito en la misma prueba que un año después iba a marcar su muerte, en aquella maldita columna. La “Cuarta Vuelta de Santa Fe” se llevó a cabo el 1 y 2 de marzo de 1952, en dos etapas, con epicentro en Venado Tuerto, tras un total de 1.939.400 km. Eusebio fue segundo en el primer tramo y se impuso en el segundo, con un total de 15h 39m 04s. Corrió con el número 2.
El 6 de julio de 1952, Marcilla se adjudicó su octavo éxito en la “Tercera Vuelta de Córdoba”, sobre un trazado de 848 km. Empleó un registro de 7h 59m 56s. Lució la máquina número 1.
Otra misteriosa estocada del destino determinó la novena y ultima victoria de Eusebio Marcilla en el TC. Triunfó ampliamente en sus pagos, ocho meses antes de su lamentable accidente en el “V Vuelta de Santa Fe”. Sin quererlo, se despidió de sus leales y seguidores hinchas con una rotunda victoria en la “Primera Vuelta del Oeste, Premio Ciudad de Junín”, en un trazado de 900 kilómetros, empleando un tiempo de 7h 20m 02s. Volvió a correr con el Chevrolet Master número 1.
RESUMEN TOTAL
Entre 1940 y 1953, Marcilla participó en 40 competencias de Turismo Carretera. Se adjudicó 9 pruebas, en una época dorada del automovilismo, con figuras de alto relieve y máquinas bien preparadas. Fue segundo en 4 ocasiones, tercero en 5, cuarto también en 5, quinto en 1, en otras clasificaciones en 2, con 14 abandonos. Se coronó tres veces subcampeón argentino, en los años 1947, 1948 y 1952.