

Por: Redacción Semanario de Junín
La avenida de Circunvalación es una ruta provincial, o sea que está habilitada para todo tipo de tránsito.
La razón de su existencia ya fue superada por el desarrollo de años por parte de una ciudad que creció hacia todos lados de forma desordenada y que ahora paga las consecuencias en materia de seguridad vial en perjuicio de sus ciudadanos.
Su origen se previó justamente para que los vehículos de gran porte no ingresaran a la planta urbana de la ciudad y pudieran realizar tareas de carga y descarga desde las afueras.
Su origen se previó justamente para que los vehículos de gran porte no ingresaran a la planta urbana de la ciudad
Lo que ocurre es que la expansión de Junín también se generó al otro lado del curso del río Salado, mientras que el Parque Borchex se convirtió además en lugar de encuentro de familias o jóvenes a toda hora, desde las más diurnas a la nocturnidad. Centros deportivos, boliches bailables, restaurantes y empresas variadas son muestra del gran movimiento que existe en la zona a uno y otro lado de la cinta asfáltica.
En ese marco y más específicamente en las épocas de cosecha y traslados granarios, los camiones con acoplado de gran porte la atraviesan como forma de hallar un atajo entre la ruta nacional 7 y su similar, la 188, generando un gran peligro para automovilistas, pero particularmente para quienes conducen motos o bicicletas, incluso peatones que abundan en grado sumo.
Esta ruta ha sido testigo de hechos trágicos precisamente debido a accidentes en los que fueron partícipes los vehículos de gran porte y con sólo observar el desenvolvimiento cotidiano por la carretera nos encontramos frente a una situación de gravedad, que sin embargo resulta muy difícil de sortear.
El gran dilema que se presenta es que al ser provincial, la municipalidad no tiene injerencia.
El ejecutivo no ha hecho más que instalar cámaras de fotomultas con el mero fin de recaudar, ya que no sirvieron para bajar el índice de infractores. Por el contrario ni siquiera se han tomado el trabajo de poner indicadores de velocidades máximas (los que están no son legibles) y cartelería de prevención destinada a los camioneros que en muchos casos también suelen circular por arriba de los 60 kms. permitidos.
Esta ruta ha sido testigo de hechos trágicos precisamente debido a accidentes en los que fueron partícipes los vehículos de gran porte
Y mientras dentro de la ciudad a menudo se establecen puntos de control de motos en operativos donde participan numerosos vehículos y motovehículos de “control ciudadano”, la inseguridad está presente en la Circunvalación donde se juntan todo tipo de vehículos y solamente en los ingresos puede encontrarse personal policial preventivo que vigile –al menos- que el caos no desborde.
Un caos similar al que acontece camino al balneario pero que pudo aliviarse en parte por la bicisenda y porque no hay camiones.
Y como la planificación de una ciudad es arrasada por los interese inmobiliarios, hoy la Circunvalación “Eva Perón” termina siendo un problema del que las autoridades no se preocupan y que no tiene una resolución que podría considerarse definitiva. Por otra parte, la apatía del gobierno municipal por resolver los problemas de la comunidad, hace que no esté en agenda esta cuestión, aunque todo termine en mensajes de condolencia cuando ocurre una tragedia.
De hecho, podrían mantenerse reuniones con vialidad provincial para plantear la necesidad de que el municipio controle el ingreso y sólo permita el tránsito de camiones destinados a carga y descarga en el distrito y que no sea dicha carretera un atajo para los cerealeros y demás, quienes debieran dirigir su trayecto obligatoriamente por las rutas 7, la provincial 65 y la 188.
Los controles policiales en los ingresos a la Circunvalación por lo general son sobre los vehículos particulares
Los controles policiales en los ingresos a la circunvalación por lo general son sobre los vehículos particulares, mientras el festival de camiones no se detiene.
Para eso sería importante realizar un trabajo que permita conocer el tránsito vehicular del lugar y las características que presenta en el uso por parte de los juninenses.
La posibilidad que se planteó de realizar otra avenida de circunvalación por fuera de la actual como fue estimada en algún momento, en el presente resulta una utopía, justo cuando la “motosierra” avanza sobre toda tarea del Estado.
Por otra parte, considerar que la carretera pase a manos del municipio es otra de las ideas que no podrían prosperar porque en ese caso, será la comuna la que tendrá que hacerse cargo del mantenimiento y si tenemos en cuenta como están las calles de Junín, mejor buscar otra alternativa.
Y si el municipio no toma cartas en el asunto, habrá que apelar a los legisladores de la Cuarta, para advertirles respecto a esta situación de gran peligro y que de ordenarse podría también salvar vidas.
Una resolución provincial serviría para poner freno a una situación que el desarrollo tornó compleja y que hace falta subsanar con buen criterio y por sobre todo, ocupándose del tema.