

Por: Redacción Semanario de Junín
SECCIÓN SEMANAGRO PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 406 DE SEMANARIO DE JUNÍN. CORRESPONDE A LA SEMANA DEL 20 AL 26 DE ABRIL DE 2024.
Para contar con información actual, basada en modelos reales, dos especialistas compararon el resultado de cría y recría -con precios de marzo de 2024- en tres niveles de intensificación, en un trabajo realizado mediante un convenio con Phibro Animal Health.
El trabajo llevado a cabo por los ingenieros agrónomos Juan Carlos Elizalde y Sebastián L. Riffel, señala que la intensificación consiste en el reemplazo de distintos porcentajes del campo natural por promociones anuales y pasturas perennes, lo que permite aumentar la carga animal y mejorar la ganancia de peso durante la recría. Los datos productivos se obtuvieron a partir de los avances logrados mediante estas prácticas en campos pampeanos monitoreados por la consultora.
Los planteos de cría tienen una tasa de destete del 80% y un peso al destete de 170 y 180 kg para hembras y machos, respectivamente.
La ganancia de peso durante la recría (10 meses) fue de 0,4 kg/cab/día para el modelo de baja intensificación y de 0,45 kg/cab/día para los de media y alta intensificación.
Los precios de venta considerados, (marzo 2024) en base a Rosgan son: terneros machos $2.200/kg; ternera hembra $2.000/kg y novillitos $1.870/kg. Esto da una relación de compraventa negativa ya que el novillito representa sólo el 85% del valor del ternero.
Con estos parámetros se analizó el resultado productivo y económico de intensificar la cría y la recría en tres niveles, utilizando los mismos recursos para ambas actividades.
La recría produce más kilos de carne por hectárea que la cría, independientemente del nivel de intensificación. Sin embargo, el grado de incremento entre ambas actividades es distinto.
La recría en campo natural produce un 17% más de carne que la cría, aunque a medida que se incluyen mejores recursos forrajeros -que permiten mejorar la ganancia de peso y la carga- la diferencia entre ambas actividades se amplía hasta un 40%. Es probable que, si la intensificación se acentúa, reemplazando una mayor proporción de campo natural por pasturas, el diferencial a favor se siga incrementando, pero a tasas decrecientes.
El margen bruto de la recría fue menor (-45 USD/ha) que el de la cría (-21 USD/ha) en el nivel de intensificación bajo. Esto puede deberse a que, a pesar de utilizar los mismos recursos (100% campo natural), la baja ganancia de peso del novillito (0,4 kg/día) impacta negativamente a pesar de que la producción de carne fue un 17% superior, como se dijo anteriormente.
Esto a su vez indica que el resultado de la mayor producción de carne de la recría fue neutralizado en gran parte por la relación de compraventa negativa entre el ternero y novillito.
Una situación similar se advierte en los niveles superiores de intensificación donde la recría, a pesar de producir entre un 38 y 40% más de kilos, genera márgenes similares a los de la cría aunque la ganancia de peso mejoró a 0,45 kg/cab/día.
Esto demuestra como primera conclusión que la compraventa puede distorsionar el resultado económico de una actividad potencialmente mucho más productiva.
En cuanto a la rentabilidad sobre el capital de trabajo, el comportamiento fue similar. Como aclaración, el capital de trabajo se refiere a la suma del capital hacienda (vacas en cría y terneros en recría) y del capital circulante (pasturas, verdeos, sanidad, alquiler del campo, entre otros).
La recría fue menos rentable que la cría en el nivel de intensificación bajo debido al menor margen bruto y al mayor capital invertido.
Los niveles de intensificación intermedios y altos generan rentabilidades neutras o positivas, sin grandes diferencias entre la cría y la recría, por el mayor capital de trabajo invertido, a pesar de que la recría en ambos modelos es más productiva.
La recría fue menos rentable que la cría en el nivel de intensificación bajo debido al menor margen bruto y al mayor capital invertido
Esto brinda una segunda conclusión: el mayor capital de trabajo de la recría, sumado a la actual compraventa negativa explican la falta de respuesta en los resultados económicos al reemplazar parcialmente a la cría. No obstante, la ventaja potencial de incorporar la recría es otorgar mayor flexibilidad al sistema en su conjunto.
CONCLUSIONES
La recría es una actividad más eficiente y productiva que la cría utilizando los mismos recursos. Sin embargo, por el momento recriar en campo criador no se traduce en una mejora del negocio.
Una primera advertencia es que, a niveles bajos de intensificación, o sea, sobre campo natural, el reemplazo parcial de la cría por la recría empeora el margen bruto y el retorno de la inversión. Desde este punto de vista, cualquier inversión debería destinarse fundamentalmente a mejorar la cría.
A mayores niveles de intensificación la rentabilidad es la misma tanto en cría como en recría. En este caso, también sería conveniente seguir enfocados en reforzar la cría ya que, como se dijo, la recría no aumenta el resultado económico.
¿Cómo mejorar el negocio de recría? La alternativa sería buscar otros sistemas integrados para aumentar su beneficio. Probablemente la recría-terminación o el ciclo completo en campos aptos para estas actividades le dé más sentido a la recría por sí misma.
CAIDA INTERANUAL DE LA FAENA
La faena argentina totalizó 1,05 millones de cabezas en marzo, marcando un aumento de 1% con respecto a febrero y una baja interanual del 19%.
Ajustando los datos a los días hábiles, estas comparaciones pasan a ser de -4 y -11%, en ese orden.
Es la caída interanual más alta desde 2011, cuando los animales enviados a frigorífico se redujeron muy fuertemente, en el proceso de recomposición de existencias tras la superliquidación de 2008-2009.
Las principales categorías muestran disminuciones interanuales de dos dígitos, entre el 12 y el 29%.
Entre éstas, destacamos la baja de vacas, con el 25%, ya que era la única de las cuatro más importantes, que todavía no había entrado en terreno negativo, desde que empezamos a vislumbrar la inflexión del ciclo, a mediados del año pasado.
La mermada categoría de novillos fue la que más cayó, con 29%, siendo la menos voluminosa de las cuatro, señaló el sitio Valor Carne.
Los niveles de intensificación intermedios y altos generan rentabilidades neutras o positivas, sin grandes diferencias entre la cría y la recría
La participación de hembras fue del 47,1%, no muy distinto al de los últimos meses, aunque muestra el menor aumento interanual en nueve meses. Y su tendencia, también, viene marcando una reducción desde hace cinco meses. Esto es cierto para datos mensuales como trimestrales, aunque todavía no se está viendo para datos de doce meses consecutivos, pero no falta mucho para que esto también se refleje.
Si bien la faena de los últimos 12 meses sigue siendo más alta que la comparable de los últimos trece años, el curso que ha iniciado es muy claro y sólo un acontecimiento impensado podría cambiarlo. No obstante, para dimensionar al párrafo anterior, las 14,2 millones de cabezas faenadas entre abril de 2023 y marzo del 2024 superan en sólo 3% al promedio de los cuatro años previos.