lunes 19 de mayo de 2025

CULTURA | 26 abr 2024

UNA REVISTA DE CULTO

Talentosas figuras en “El Ojo Mocho”

El juninense Germán García y destacados intelectuales formaron parte de la revista.


Por: Ismael A. Canaparo

“El Ojo Mocho”, órgano de crítica cultural, fue publicada en Buenos Aires entre el verano de 1991 y la primavera de 2008. Se editaron 21 números en 17 entregas (cuatro números dobles). El juninense Germán García, escritor y psicoanalista, tuvo una activa participación en la revista.

El grupo editor se mantuvo a lo largo del tiempo con pocos cambios. El primer número fue integrado por Horacio González, Eduardo Rinesi, Federico Galende, Graciela Daleo, Esteban Vernik y Leonora Kievsky. En el segundo, se incorporó Christian Ferrer; en el cuarto, Daleo, Vernik y Galende se convirtieron en corresponsales en el exterior y se sumaron Guillermo Korn, María Pía López, Jung Ha Kang y Matías Godio al grupo editor; en el sexto, se integró Facundo Martínez; en el siguiente, Vernik y Emilio Bernini. Esa estructura quedó estable casi hasta el último número.

Como punto de partida, se explicita un espacio físico en el editorial del primer número: “Esta revista nació en un aula (la 310) de la Facultad de Ciencias Sociales, un aula medio incendiada, y con una pregunta medio descolorida: ¿Fracasaron las Ciencias Sociales en la Argentina?”. La pregunta “descolorida” que propone el grupo editor se lee en la cubierta de ese número; en los siguientes, se suman otras preguntas que articulan los ensayos y entrevistas: ¿se acabó la crítica cultural?, ¿qué significa discutir?, ¿se puede salvar la teoría?, ¿a qué llamamos política?

“El Ojo Mocho” incita al diálogo como principio formal. Los lectores la recuerdan por sus entrevistas extensas con intelectuales de las ciencias sociales, la política y la cultura Las conversaciones abren la mayoría de los números: Alcira Argumedo, Jorge Asis, Ricardo Bartís, Osvaldo Bayer, Nicolás Casullo, Carlos Correas, Américo Cristófalo, Emilio De Ípola, Jacques Derrida, Roberto Echevarren, Rodolfo Enrique Fogwill, Germán García, Eduardo Grüner, Daniel James, Ernesto Laclau, Oscar Landi, René Lourau, Josefina Ludmer, Alfredo Moffatt, Juan Molina y Vedia, Jorge Panesi, Néstor Perlongher, Juan Carlos Portantiero, Jorge B. Rivera, León Rozitchner, Jorge Rulli, Héctor Schmucler, Zoltan Szankay y David Viñas.

La entrevista a Carlos Correas en el Nº 7/8 de 1996 tiene 37 páginas; la de Rodolfo Enrique Fogwill, en el Nº 11 de 1997, 35.  El proceso de producción se traslada de los debates en el aula 310 de la Facultad de Ciencias Sociales a los entrevistados, de allí a la escritura ensayística y, otra vez, en cada ejemplar, al intercambio incesante.

Durante la década del noventa, desde el retroceso de los indultos que liberaron a los responsables del terrorismo de Estado hasta la emergencia de los piquetes y la desolación –el discurso único y los resultados prácticos del “Consenso de Washington” en Argentina–, derrota social y política que encontró un freno generacional en las rutas y en el acto por los veinte años del último golpe militar en 1996, “El Ojo Mocho” supo convertirse en un puente entre generaciones partidas, y afirmó al ensayo como espacio de reflexión y resistencia a contrapelo de la crisis.

Grupo editor original estuvo conformado con los siguientes intelectuales: Horacio González, Eduardo Rinesi, Federico Galende, Graciela Daleo, Esteban Vernik y Leonora Kievsky. Después: Christian Ferrer (Nº 2); Guillermo Korn, María Pía López, Jung Ha Kang y Matías Godio (Nº 4); Facundo Martínez (Nº 6); Emilio Bernini (Nº 7/8).

 


FOGWILL, EN EL STAFF


Rodolfo Enrique Fogwill (15 de julio de 1941 – 20 de agosto de 2010), nacido en Quilmes, fue un brillante escritor, además de publicista, sociólogo y docente. Participó, desde su comienzo, en la redacción de “El ojo mocho”. En el número 11 de la publicación (setiembre de 1997) se sometió a una larga entrevista de 35 páginas, que salió con el título de “Etica, conocimiento y provocación”, a cargo de sus compañeros de staff: Horacio González, Christian Ferrer, Eduardo Rinesi, María Pía López y Felipe Rinesi).

Fogwill se caracterizó por ser un escritor muy influyente. Su obra se considera una las más importantes de la literatura argentina en las últimas décadas. Estudió Medicina, Filosofía y Sociología, y ejerció la enseñanza durante un tiempo. Se dedicó profesionalmente a la publicidad y el márketing, ámbitos en los que tuvo un notable prestigio (y que dejaron una perceptible huella en sus libros). A los 39 años, después de recibir un importante premio patrocinado por Coca-Cola gracias a su relato Muchacha punk, optó por dedicarse de lleno a la escritura. Autor de poemas, cuentos y novelas, toda su obra se caracteriza por un estilo contundente, versátil y muy personal. Desde su propio sello editorial, Tierra Baldía, Fogwill –así se hizo llamar, solo por el apellido– promovió la obra de poetas y narradores hasta entonces desconocidos pero que hoy tienen mucho renombre, como César Aira o los hermanos Osvaldo y Leónidas Lamborghini.

"Una de las fuerzas más originales y ricas de la literatura argentina de los últimos treinta años". (Gabriela Cabezón, Clarín).

"Fogwill, escritor dotado con un fuerte carisma personal, anticipa tanto en sus cuentos como en sus novelas, siempre excitantes, siempre interpeladoras, perspectivas y maneras que harán suyas muchos narradores de las siguientes generaciones, a los que él se preocupó de alentar y orientar con una generosidad sin límites, y para los que este autor sigue constituyendo un inalcanzable modelo de insoburdinación, de atrevimiento, de saludable inquietud y de honestidad moral". (Ignacio Echevarría, editor y crítico literario de Barcelona, España).

"Narrador excepcional, ejercía la provocación como una forma de pensar". Diario “El País”, de España).

 

Bibliografía: Archivo Histórico de Revistas Argentinas (AHIRA).

 

 

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