

Hay 90 kilómetros de ripio desde Corcovado hasta la ciudad más cercana: Esquel, en la provincia de Chubut. Lo habitan alrededor de 1.800 personas, gente de montaña que permanece y sostiene la economía aún entre nevadas, cuando los turistas -en su mayoría extranjeros- se van.
Hasta 1.940, el señor José Rojas, un vecino del lugar, llevaba la correspondencia 80 kilómetros a caballo hasta la localidad de Tecka porque no existía ni siquiera una estafeta en el pueblo hasta que se creó una sucursal del Correo Argentino, una empresa pública cuyo único accionista es el Estado Nacional. Ese fue un hito para el pueblo, que desde entonces no tuvo que viajar para enviar y recibir cartas, documentación o encomiendas.
Allí trabajó desde 1997 Javier Alejandro Villoldo. Primero en la ciudad de Esquel, de donde es oriundo, como contratado hasta el año 2000 en que pasó a ser planta permanente; y luego, en 2004, como el único trabajador del Correo Argentino en Corcovado, localidad a la que se mudó. Allí inició una familia y quienes lo ven pasar dicen “ahí va el del Correo”.
Pero el 26 de abril pasado todo cambió. Más de 200 personas fueron despedidas del Correo Argentino en todo el país. La empresa decidió cerrar la sucursal de Corcovado y Javier Alejandro Villoldo se quedó sin trabajo.
Su despido significa un grave retroceso para todo Corcovado, que vuelve a quedar aislado.La sucursal de Corcovado brindaba servicios a otros dos pueblos vecinos: Carrenleufú y Cerro Centinela, que también se quedarán sin el servicio
“Ese viernes el trabajo fue normal como cualquier otro día, dejé todo preparado para arrancar el lunes y aproximadamente a las 2:30 de la tarde me llamaron mis compañeros de trabajo de la sucursal de Esquel, que es cabecera, diciéndome que estaba mi telegrama de despido. Yo estaba ahí terminando de hacer el laburo del día y me estaban despidiendo sin causa”, contó Villoldo al diario Tiempo.
Al telegrama se lo mandaron sus compañeros por fax. Dice que ni siquiera tiene la firma de un responsable, que nadie se hace cargo: “Aducen reestructuración y reorganización, sinceramente casi no pude leer lo que dice el telegrama porque es durísimo enterarse así, de esta manera cuando no hay justificativo para los que nos están haciendo, en mi caso son 28 años de laburo dándolo todo siempre, y que nos saquen así como perros sin importarle nada de nada, sin tener en cuenta que uno tiene una familia”.
Villoldo resaltó que el camino hasta Esquel, además de ser de ripio, tiene otras dificultades como las nevadas de invierno que muchas veces lo hacen intransitable. Hasta hoy el pueblo recuerda la nevada histórica de 1944 que mantuvo a Corcovado sin correspondencia durante tres meses. “También tuvimos aumento en el precio del combustible, para nosotros ir y volver a Esquel nos insume 20 mil o 30.000 pesos y antes, la gente salía de la casa, caminaba una cuadra y estaba la oficina del Correo”, apuntó.