

Franco Colapinto logró su primera victoria en la Fórmula 2. En Imola, a bordo de su auto MP Motorsport se quedó con la carrera sprint en el trazado italiano tras superar a Aaron en la última vuelta. El piloto nacido en Pilar había largado desde la segunda posición, pero tras una mala partida quedó tercero. Logró ser escolta y fue recortando distancias hasta que en la última vuelta y con una precisa maniobra sobrepasó a su rival.
El argentino esperó el momento justo, todo parecía indicar que el éxito sería del estonio Paul Aron, integrante del programa de desarrollo de Mercedes. Con el auto del equipo Hitech entró como líder en la última vuelta, ya no quedaba resquicios para que Franco pudiera ganar. Pero se hizo el espacio de manera genial, poniendo el auto por afuera con la potencia del DRS, aguantó el embate de Aron, se plantó y quedó adelante con una maniobra que quedará para el recuerdo por mucho tiempo.
El argentino, integrante del programa de desarrollo de jóvenes de Williams, tuvo un mal comienzo. Una vez más falló en la partida, su talón de Aquiles que no logra sacarse de encima. En esta ocasión, su partida floja llevó a que perdiera un lugar con Paul Aron para quedar tercero. De ahí para atrás, se desató un caos gigante, con un accidente múltiple en el que cinco autos terminaron fuera de carrera, entre ellos el paraguayo Joshua Duerksen, quien terminó con su auto del PHX muy dañado. El inicio de la carambola fue por un toque entre Roman Stanek e Isack Hadjar; de enganche entre ellos se desencadenó el choque detrás. Colapinto entró en la investigación posterior a la competencia por ese accidente, tal vez por una posible movida de su auto porque justo iba por delante del francés y el checo.
Cuando el auto de seguridad liberó la pista en la quinta vuelta, Colapinto estaba tercero, detrás de Aron, quien saltó a la punta en el pique, y Amaury Cordeel, quien había largado en punta. Un leve despiste de Cordeel le dejó la puerta abierta para quedar segundo e ir por Aron. Lo presionó, le mostraba el auto, bajaba el récord de vuelta, pero no había lugar para la superación. Hasta que llegó la superación magistral en el giro final para celebrar el triunfo.