

Por: Semanario
Dos mujeres jóvenes tomaron la decisión de mejorar sus vidas y para eso, se fueron a ligar sus trompas -en un caso- y realizarse una cirugía gástrica para adelgazar, en el otro. Con todos los estudios previos cumplidos, con el máximo de garantías con que puede enfrentarse una intervención médica y mucha confianza, llegaron a la clínica… pero no lograron sobrevivir.
Por estos dos nuevos casos de muertes en Junín, se abrieron respectivas causas en la Justicia, con las investigaciones a cargo de los fiscales Vanina Lisazo y Javier Ochoaizpuro, bajo la carátula “Averiguación de causales de muerte”.
Esto vuelve a abrir interrogantes sobre la salud en Junín y una gran preocupación en todos aquellos que deben afrontar pequeñas o grandes problemáticas en los consultorios, clínicas privadas o centros públicos.
Las dos mujeres que murieron fueron atendidas en Clínica La Pequeña Familia, ubicada en Ruta 188 y Alberdi, y apenas trascendidos los reclamos judiciales que realizaron sus familias, desde la dirección se difundió un comunicado. Javier Pepa, director médico adjunto, dijo que están "colaborando con la investigación judicial”.
En ambos casos, se practicaron autopsias. Las dos mujeres, de 30 y 42 años, eran madres. Provenientes de Ascensión y General Pinto, dejaron dos familias destrozadas.
DESDE ASCENSIÓN
El primer caso, que toma conocimiento público a raíz de la denuncia de los familiares, resguarda la muerte de Estefanía Espinosa, de 30 años de edad, oriunda de Ascensión, el sábado 11 de agosto pasado.
La paciente, según información a la que accedió SEMANARIO, había concurrido a la clínica para someterse a una cirugía de “ligadura tubárica”.
La fiscal Vanina Lisazo, titular de la UFIJ Nº 1, ordenó diligencias judiciales con el fin de conocer “más en detalle” el historial clínico de Espinosa, y a la espera de los resultados que arroje la autopsia realizada en la morgue judicial.
Ezequiel Pimienta es su esposo y cruzó algunas palabras con SEMANARIO, aunque el dolor tan fuerte que está atravesando le impide expresarse.
Apenas se excusó, dijo que no era el momento de hablar y sólo aseguró: “Nunca tuve ningún tipo de explicación desde la clínica. Nada de nada”.
Como la fiscal, desde la familia “estamos esperando los resultados de la autopsia”. Mientras, Ezequiel tiene la dura misión de sobreponerse y velar por sus dos pequeños hijos.
DESDE PINTO
El otro caso, a cargo del fiscal Javier Ochoaizpuro, titular de la UFIJ Nº 2, investiga lo sucedido con Lucrecia Ledesma, de 42 años de edad, vecina de General Pinto, fallecida el lunes 13 de agosto.
Esta paciente había sido sometida a una “cirugía de colocación de banda gástrica”. El funcionario judicial también requirió la historia clínica de Ledesma, y aguarda los resultados de la operación de autopsia practicada en el Instituto forense.
El esposo de Lucrecia es el comisario de General Pinto, Renato Lavaselli, y habló en exclusiva con SEMANARIO.
“Hice una presentación ante la Fiscalía porque necesitamos una respuesta sobre el motivo del fallecimiento de mi esposa, porque soy papá de dos nenas. Esperé durante 21 días, el tiempo en que estuvo en coma, pero nunca tuve una respuesta. Hablé con la gente de terapia que hizo un gran esfuerzo por sacarla, pero no con los responsables de la cirugía acerca de los motivos que la llevaron a esa situación”, asegura.
Con la presentación judicial, Lavaselli pretende obtener “una respuesta para darles a las nenas, no trato de perjudicar a nadie, sino que busco las causales de esa patología que ocasionó la muerte de mi señora”.
“Solamente me dijeron que había habido una perforación, una fístula de un órgano, y eso fue lo que desencadenó en la infección general” que la llevó a la muerte, explica.
Lucrecia “se operó de un by pass gástrico, una cirugía programada que desde principios de año venía haciéndose estudios. Se hizo el 18 de julio y a los dos días le dieron el alta en la clínica”.
“Se fue con dolores, pero le dijeron que era algo lógico tras una cirugía. Pero al día siguiente, en Pinto se desvaneció, así que estuvo en el Hospital de Pinto y luego la trasladaron a La Pequeña Familia nuevamente. Allí la volvieron a operar, luego de lo cual estuvo veinte días en estado de coma y falleció”, narra.
En este proceso, “toda la información que yo tuve fue de los profesionales de la Terapia, que hicieron grandes esfuerzos para sacarla de la situación, pero no pudieron decirme nada de la cirugía en sí”.
“Con el cirujano Tellería estuve, porque él se fue por una semana de viaje y después tuvimos un par de charlas, pero no me quedó la certeza sobre ese orificio o perforación que había sufrido”, dice Lavaselli.
El esposo detalla que “después de la presentación que yo hice ante la Justicia, se me informó que se iba a hacer la operación de autopsia. Todo esto se hace sin ánimo de perjudicar a nadie, sólo para darles una explicación a mis hijas sobre la muerte de su mamá”.
El dolor de la pérdida excede la familia de Lucrecia, porque “General Pinto es una comunidad chica, nos conocemos todos. Mi esposa era enfermera, estuvo mucho tiempo a cargo de la sala pediátrica, así que era muy querida en la comunidad”.
“Jamás tuvo problemas de salud y desde principios de año viene cumpliendo los pasos que se exigen desde el Instituto, como análisis, videoscopía, reducir el peso corporal según lo pedido, y cuando ingresó al quirófano estaban las condiciones dadas, porque no fue nada de urgencia”, se lamenta Renato, que a través de la Justicia busca saber qué fue lo acontecido.
COMUNICADO OFICIAL
Mientras, en la clínica todo es silencio. Caras largas y los empleados que no acceden a ningún tipo de información sobre lo ocurrido, aunque en uno de los casos la ginecóloga que estuvo a cargo de la intervención se tomó varios días de licencia en los distintos centros asistenciales donde atiende.
Para el afuera, dan a conocer resultados maravillosos de premios obtenidos en un congreso de Ecocardiografía e Imágenes Cardiovasculares, como para sostener la imagen de la clínica en momentos en que es vapuleada por la opinión pública.
En diálogo con SEMANARIO, el doctor Javier Pepa, director médico adjunto de Clínica La Pequeña Familia, confirmó el fallecimiento de ambas pacientes, manifestó que “las autopsias determinarán las causales de muerte”, descartó “mala praxis”, y dijo que las autoridades del centro médico “están colaborando con la investigación judicial”.
En un comunicado oficial, suscripto por la “Dirección Médica” de la Clínica y dirigido a SEMANARIO, los médicos sostienen que “nos vemos impedidos de difundir información médica” respecto a los motivos de deceso de dos pacientes, “en resguardo del deber de confidencialidad, por respeto a los familiares y en cumplimiento de la normativa vigente”.
“Entendemos que la atención médica brindada en ambos casos ha sido la debida de acuerdo a los cuadros clínicos presentados, lo cual fue documentado en las historias clínicas pertinentes, las que ya se encuentran a disposición de la Justicia. En tal sentido, nos encontramos a entera disposición de las investigaciones en curso, a cuyas conclusiones nos remitiremos, confiando plenamente en que el accionar médico ha sido el correcto”, agrega el texto difundido.
INTERROGANTES
Ojalá que cuando la Justicia llegue a una conclusión en su investigación de “averiguación de causales de muerte”, los ciudadanos puedan conocerla.
Hay dos mujeres que tenían todo el futuro por delante, con hijos pequeños a quienes acompañar en su crecimiento, con la ilusión de mejorar sus condiciones de vida a través de una operación. Nada salió como esperaban y dejaron hundidas a sus familias en el recuerdo y el dolor.
Nada podrá cambiar este cuadro. Pero los fiscales Ochoaizpuro y Lisazo tienen en sus manos, al menos, la posibilidad de explicarles a sus seres queridos qué fue lo que les pasó. Y sancionar a los responsables, si correspondiera.
La lenta Justicia juninense también tiene entre sus manos otras causas de muertes inexplicables que se dieron en el Hospital Interzonal “Abraham Piñeyro”.
En primer lugar, la de Nahiara Cardozo, una nena de 3 años que ingresó por un cuadro de “mastoiditis” y según se desprende de la historia clínica de Enfermería a la que tuvo acceso SEMANARIO, los pediatras a cargo no estuvieron muy pendientes de ella. Su cuadro fue agravando hasta que su frágil cuerpito no resistió más.
Pero el caso de Nahiara no es único: viene a engrosar una lista preocupante de los últimos tiempos en el HIGA. Casos que pueden pasar o no, pero que tienen un denominador común y es que fueron sistemáticamente minimizados o negados desde la dirección del centro asistencial.
A principios de año, murió un menor de 15 años que estuvo internado sin diagnóstico certero. Los primeros rumores indicaban que se trataba de hantavirus, luego hubo una desmentida de parte de funcionarios del hospital que dijeron sentirse “angustiados” (por la muerte), un par de semanas después se citó a la madre del niño fallecido y según la progenitora se le dijo que se trató de (nuevamente) hantavirus, aunque luego se corrigió desde el mismo hospital por el diagnóstico de “leptospirosis”. El caso también está en la Justicia.
En febrero otro de los hechos involucró a un pequeño de cuatro años oriundo de Vedia y que había sido picado por un alacrán. Sorprendentemente, cuando la ambulancia llegó al HIGA proveniente del vecino distrito, no había antídoto, pese a que el Hospital Piñeyro es una de las cabeceras para responder ante ataques de animales ponzoñosos.
En mayo, una nena de 16 años murió por meningitis pese a estar vacunada, y desde la dirección del Hospital Interzonal Abraham Piñeyro de Junín afirmaron que se le habían hecho todos los estudios “y dieron negativo". Se trata de Juliana Abalo, quien se encontraba internada en terapia intensiva del HIGA, adonde había ingresado con un cuadro febril.
“La paciente ingresó por un cuadro febril, estuvo internada varios días y en los últimos días hizo una meningitis. La verdad es que quedamos todos shockeados”, expresó la médica directora Alicia Ramallo.
El caso más resonante fue la muerte de Vanina Garay, una joven embarazada de 21 años, que falleció el pasado 14 de marzo tras permanecer casi dos meses internada en el HIGA.
Había sufrido un accidente con la moto el 25 de enero, cuando resultó con traumatismos varios, principalmente en la cabeza, por lo que quedó inconsciente. A partir de entonces familiares de la joven sostienen que podría tratarse de un caso de “mala praxis y abandono de persona”, y hay dudas respecto a su bebé. Varias marchas e intervenciones dan cuenta de las dudas de la familia.