

Por: LUCIANA CAMARERO
La Campaña Federal para la Separación de la Iglesia y el Estado promueve el debate alrededor de la necesidad de un Estado laico.
El debate por el financiamiento de la Iglesia católica resurgió luego de que el Jefe de Gabinete Marcos Peña afirmara que durante 2018 el Estado nacional dedicará más de 130 millones de pesos a pagar sueldos de obispos cuyo ingreso mensual es de hasta 46.800 pesos.
Además, hay “aportes indirectos”, relacionados con todo tipo de exenciones impositivas, subsidios a las escuelas y colegios confesionales, y un gigantesco patrimonio en inmuebles públicos cedidos por distintos gobiernos.
El Estado argentino está obligado por la Constitución Nacional a sostener “el culto católico apostólico romano”, lo que define que, aunque el Estado sea laico y garantice la libertad de culto, existe una responsabilidad estatal por cuidar de las necesidades de la iglesia. Las tres leyes que regulan el dinero que se deriva a la iglesia católica fueron decretadas durante la última dictadura militar, entre los años 1979 y 1983, que ningún gobierno posterior fue capaz de modificar o anular.
Desde hace años son varias las organizaciones que buscan que Argentina sea un Estado Laico. Pero lo que terminó de visibilizar el asunto a grandes escalas fue el debate por la legalización del aborto. La evidente presión de la Iglesia y los grupos evangélicos para que no se votara la ley hizo que el reclamo se volviera masivo. Se vio el día del debate en el Senado. En las calles, del lado "verde", la gente gritó, cantó, pintó carteles y compró pañuelos naranjas y negros con el lema "Iglesia y Estado, asuntos separados".
Ese mismo día, 8 de agosto, hubo apostasías colectivas en todo el país. Apostatar significa desligarse institucionalmente de la Iglesia Católica Apostólica Romana. En Facebook se multiplican las páginas que pregonan la separación Iglesia/Estado.
APOSTASIA EN JUNIN
El sábado pasado, la agrupación de izquierda Razón y Revolución dio el puntapié inicial en Junín para iniciar a nivel local la campaña federal por la separación de la Iglesia y el Estado, con una apostasía colectiva en la Plaza 25 de Mayo.
A la actividad asistieron más de medio centenar de personas y se realizaron poco más de 40 trámites de apostasía que serán presentados -junto al resto de las que se están recolectando en diferentes puntos del país- a la Conferencia Episcopal Argentina.
La próxima actividad de la campaña se realizará el sábado 8 de septiembre, a las 18 horas, en el local de Razón y Revolución (Irlanda y Laprida), con una charla debate (¿Por qué hay que separar a la Iglesia del Estado?), donde se discutirán los fundamentos de la campaña.
SEMANARIO contactó a Jeremías Román Costes, militante de la agrupación Razón y Revolución, quien ahondó sobre el tema en debate, los intereses políticos y de qué se trata apostatar.
"La idea es generar un espacio de debate con la gente que se acerque. Que la posibilidad de apostatar sirva para ampliar la discusión sobre la necesidad de que Iglesia y Estado se separen. Vamos a llevar las planillas para invitar a quienes se acerquen a sumarse a la iniciativa de apostasía colectiva, y también a debatir acerca de los aspectos más generales del problema como, por ejemplo, ¿por qué el Estado debe hacerse cargo del culto católico?, ¿por qué si se argumenta que no hay dinero para necesidades sociales básicas se destina tanto más en sostener al culto católico?, ¿de qué forma utiliza el poder que construye a costa del Estado la Iglesia? Todas estas cuestiones las vamos a discutir allí con quienes se acerquen y en otras actividades que tenemos planificadas para el resto del año", dijo el joven a este medio.
-¿Qué impulso está tomando la apostasía a nivel nacional?
-Creo que está dado el marco general para dar una gran lucha, y para avanzar en la separación del Estado y la Iglesia. Algo que en papeles está firmado pero que no sucede en hechos. Nosotros, desde Razón y Revolución, el sábado pasado estuvimos presentes en varias provincias del país con la misma propuesta, y por lo que pudimos recoger a partir del lanzamiento de la convocatoria es que se va sumando mucha gente. No es tan llamativo en un contexto en el que venimos de escuchar a los referentes eclesiásticos referirse de la forma en que lo hicieron frente a la ley por el aborto seguro, legal y gratuito. Es decir, la Iglesia acaba de demostrar nuevamente que su intención es oponerse a las demandas sociales; la gente lee esto y actúa.
-¿Qué es la apostasía?
-La apostasía es el trámite por medio del cual se renuncia a ser contabilizado como miembro formal de la Iglesia católica. La apostasía colectiva es ese trámite, pero realizado en forma conjunta, en común, y por eso forma parte de ambiciones mayores y de propósitos democráticos: la separación total de la Iglesia y el Estado.
La Iglesia se arroga la representación de la mayoría de la población argentina, aunque nadie ha sido consultado para prestar su conformidad. Su argumento es que todos los que han sido bautizados son parte de la Iglesia apostólica romana, la Iglesia del Vaticano. Bueno, esta es una oportunidad para dejar de ser contabilizado dentro de las filas de esa Iglesia, la misma que no tiene pruritos en encubrir los crímenes más atroces. Actualmente, el mundo se escandalizó con las declaraciones del sacerdote Paolo Glaentzer, quien dijo confundir a una niña de diez años con una niña de quince, creyendo que esto podía justificar su abuso. Y sin sonrojarse agregó que la niña era quien se levantaba la remera y que la notaba necesitada de afecto paterno. ¿Quién está de acuerdo con que el Estado sostenga a una institución que ampara y promueve este tipo de delitos?
-¿Qué implica renunciar a la institución y qué significado tiene socialmente?
-Claramente es una medida progresiva que espera tener una repercusión mayor. El objetivo es conseguir la separación entre Iglesia y Estado, y claro que esto se va a conseguir y va a ser muy auspicioso para la vida social. ¿Cuántos problemas concretos de la realidad podría resolver la ciencia? La misma ciencia que la Iglesia rechaza y combate. En sus encíclicas y cada vez que puede meter mano a los programas educativos. Es decir, para la vida social el significado de vivir bajo un Estado estrictamente laico es un gran paso. Puede habilitar la demanda concreta de una educación científica. Tenemos que pensar que los programas de estudios, por injerencia de la Iglesia, para la provincia de Buenos Aires, desde 2007, contienen un párrafo que habla de “desmitificar la idea de ciencia” y renglón seguido llama a “comprenderla como una actividad humana sujeta a controversias”. O sea, invierte la fórmula para manipular desde conceptualizaciones dogmáticas..
-¿Observás en los jóvenes otro tipo de conciencia, en relación a otras generaciones, con respecto a la religión en general?
-No creo que se trate de un problema de edad. Creo que estamos frente a una crisis de conciencia. Cada vez más la gente ve el desastre social al que las instituciones, como la Iglesia y el Estado burgués, nos someten a diario. Hay cada vez más evidencias de cómo estas esferas de poder se construyen a sí mismas con los recursos del Estado, es decir, con los recursos de todos nosotros. Podemos mirar el escándalo de la financiación de las campañas políticas burguesas o podemos mirar la escisión de impuestos que el Estado permite a la Iglesia. ¿Esa riqueza producida por todos a qué bolsillos va a parar? ¿Por qué tenemos que permitir que nos roben en la cara?
-Pese a que tenemos un "Estado laico”…
-El Estado hoy es laico en los papeles. La Constitución lo afirma, pero también se presta a contradicciones. Un artículo del Código Civil le da a la Iglesia católica la posibilidad de ser reconocida como Persona Jurídica Publica, es decir que tiene la facultad de actuar “por las leyes y ordenamiento de su constitución”, lo que la coloca al mismo nivel que un municipio o provincia.
Entonces, apostatar es importante como primer paso. Se trata de demostrar que la supuesta fortaleza de la Iglesia y la cantidad de creyentes, en realidad no es tal porque los mismos no están de acuerdo, no profesan el culto ni quieren formar parte de sus filas. De ahí en más la lucha por la separación definitiva tiene que ver con dar respuestas a problemas graves. En educación, la Iglesia tiene gracias a su poder de confrontación, la posibilidad de intervenir en un porcentaje altísimo de programas de estudios por medio de gran cantidad de instituciones. Interviene en instituciones de gestión privada pero también en escuelas públicas. ¿Por qué mis hijos tienen que aprender dogmas en lugar de ciencia?
-Hay muchas personas aferradas a la fe católica pero que descreen de la institución. Aun así sienten defraudar a su "dios" apostatando o piensa que perderán ciertos "beneficios" si lo hacen. ¿Qué pensás al respecto?
-Todavía no estamos discutiendo los pormenores individuales, más cercanos al problema de la conciencia de cada uno y de lo que cada uno quiera creer. Toda la cuestión hoy pasa por pensar qué se hace con los recursos del Estado, y por qué acordar darle dinero y poder a una institución que siempre estuvo en contra de las demandas sociales. Si fuera por la Iglesia, los revolucionarios de 1810 estaban equivocados o la ley de divorcio era un error. Los beneficios para el conjunto de la sociedad se encuentran históricamente por fuera de lo que ofrece la Iglesia.
-¿Pensás que los gobernantes deberían no aferrarse a una religión en particular?
-El problema acerca de quienes nos gobiernan, hoy y ayer, es el de la clase social a la que representan, la burguesía. Fijate que el diario La Nación publica que cinco integrantes del PRO presentaron un proyecto de ley para sacar las imágenes religiosas de los edificios públicos. Dentro del peronismo y dentro del kirchnerismo encontramos devotos férreos y otros más escurridizos. Ese no es el problema. Lo que tienen en común con la Iglesia y entre sí es que representan un poder que atenta contra las necesidades sociales. La Iglesia es cada vez más rica, los políticos burgueses son cada vez más ricos y al mismo tiempo los niveles de pobreza crecen y las condiciones de vida de la masa empeoran. Es decir, el problema es de la clase que gobierna. Por eso, la solución se encuentra allí. Los que nos gobiernan hace 200 años nos condujeron de un fracaso a otro. Es hora ya de que gobiernen los trabajadores, los que ponen el mundo a andar, y quienes pueden poner en pie una sociedad verdaderamente humana, donde lo central sea no la ganancia sino las necesidades humanas: el socialismo.
-En Junín, por caso, existe una fuerte vinculación del intendente y su familia con la religión evangelista. ¿Esto perjudica o tiene influencia sobre las medidas que se toman?
-Tristemente el arco político oficialista de Junín mostró intenciones de posicionar a la ciudad como “pro vida”; el mismo intendente organizó un festival con esa consigna retrógrada. O sea, Petrecca puso a Junín como ciudad que acepta que las mujeres mueran en abortos clandestinos. Del lado de la oposición, los kirchneristas y los peronistas, no saben cómo hacer para explicar por qué cuando CFK tenía mayoría hizo todo lo posible para que la misma ley no salga. Y sí, el problema de los políticos burgueses religiosos es una preocupación porque atenta contra las demandas que nosotros, los laburantes, tenemos. Y porque va en contra de mejores condiciones de vida para todos.
La agrupación política Razón y Revolución nació en 1995 como un espacio de teoría marxista con la finalidad de recuperar la historia de la clase obrera y sus luchas.
En plena crisis de 2001, en contexto de agitación de la clase trabajadora que reclamaba sus derechos en las calles, dieron impulso a su propio medio de comunicación: el periódico “El Aromo”. Participan de las asambleas populares de trabajadores ocupados y desocupados a nivel nacional y de todo tipo de actividad política.
“En 2003 observamos un cierto reflujo en la lucha de clases. Por esto decidimos abandonar la agitación y aprovechar la situación para estudiar la sociedad que queríamos transformar. Comenzamos a construir un programa político apoyado en la producción científica. Toda esta producción se plasmó en nuestra editorial Ediciones RyR, que ya lleva publicados más de 100 títulos”, contó Costes.
Una de sus principales objetivos es explicar el agotamiento del capitalismo como forma de organización social que garantice una vida digna, planteando la “necesidad de construir el socialismo a una escala continental, abolir la propiedad privada de los medios de producción y organizar una economía planificada racionalmente en función de las necesidades de la clase obrera y no de un puñado caótico de empresarios ávidos de lucro”.
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FOTOS gentileza Razón y Revolución Junín