

Por: Redacción Semanario de Junín
La moda circular está en expansión en Argentina. Por cuestiones económicas o por el cuidado al medio ambiente, la venta de ropa de segunda mano y fabricada con materiales recuperados o reciclados está creciendo, y no solo en los sectores de bajos ingresos, también existe un circuito de consumo premium en el que se venden marcas nacionales reconocidas e importadas.
Un relevamiento en Junín determinó que existen varios emprendimientos, algunos con negocios abiertos al público en el área centro, otros en los barrios y algunos como puestos informales en ferias de garajes. Algunos se dedican a la venta de marcas ‘premium’ y eligen qué prendas comercializar y otros a ‘lo que la gente les lleve’, siempre y cuando esté en óptimas condiciones.
Casi todos trabajan con las prendas ‘en consignación’. Es decir, reciben prendas en el negocio con el valor sugerido de venta, y una vez vendida le avisan a quien las dejó, que pasen a retirar el valor de la prenda menos el porcentaje por comisión de venta.
Aunque no todas las prendas llegan para su venta, algunas lo hacen con un destino solidario. Hay prendas que no están en condiciones de ser vendidas, por haber pasado de moda o tener algún detalle, entonces, previa consulta con el dueño de la ropa, el negocio las dona a distintas instituciones de bien público que ya están registradas en una base de datos.
Algunos con local a la calle, otros en garajes y algunos on line. La tendencia del consumo de ropa usada también se da en Junín. Se compra mucho más barato y hay prendas que se destinan a fines solidarios
EL BOLSILLO MANDA
Este fenómeno no se da solo en nuestra ciudad, sino que se replica en otros sitios del país. Y como muchas otras cosas que ocurren en Argentina, hay datos del INDEC que muestran el porqué de esta aparición.
El central es el aspecto económico. En los últimos tres años hubo un desequilibrio entre el aumento del costo de la ropa y los salarios. Entre marzo de 2020 y marzo de 2023 el precio promedio de la ropa y el calzado se multiplicó por siete, mientras que los salarios por cuatro. Esa brecha entre los ingresos y el valor de la ropa explica una parte del auge de las tiendas de venta de segunda mano.
Según el informe del observatorio Jungla Urbana, se pueden conseguir prendas por valores que van entre un 40% y un 70% menos que en un negocio de ropa nueva. Ante la crisis económica, el circuito de moda circular se convirtió en una salida para compradores y vendedores.
En la ciudad, además del crecimiento de espacios, también se incrementó la venta online y a través de redes sociales
La moda circular viene creciendo porque hay una noción del desecho con la importancia de no seguir fabricando. También tiene que ver con la economía, con lo cara que está la ropa. Además, la calidad de las prendas de ahora no es como las de antes, las actuales no están hechas para durar. En tanto que la calidad de las ‘viejas’ es impecable, porque fueron confeccionados para durar.
A la calidad de la tela, le aparece otro factor diferencial y es que la gente busca diferenciarse del otro. Salir con una camisa vintage es muy poco probable que encuentre la misma tela en otra camisa. Hay una cosa de sentirse identificado/a con las prendas, no sentirse uniformado/a.
Mientras en Junín los emprendimientos son personales, en CABA –que también los hay- algunos se convirtieron en cadenas como Urban Luxury, que tiene diversas sucursales, o El Galpón de Ropa, que incluso abrió un local en pleno Recoleta. Buceando en las webs y en los locales se encuentran prendas de Rapsodia, Vitamina, Jazmín Chebar, H&M, Zara, Adidas, Nike y por momentos carteras Jackie Smith o Michel Kors. Incluso se puede pagar en cuotas.
La razón económica no es la única, el impacto sobre el ambiente también es un impulso para la recirculación. Producir un jean requiere 7.500 litros de agua y la fabricación de ropa y calzado representa el 8% de los gases de efecto invernadero
VALOR AGREGADO
Pero la razón económica no es la única, el impacto sobre el ambiente también es un impulso para la recirculación. Producir un jean requiere $7.500 litros de agua y la fabricación de ropa y calzado representa el 8% de los gases de efecto invernadero emitidos a nivel mundial. Además se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura por segundo.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se trata de una industria que utiliza 93.000 millones de metros cúbicos de agua dulce al año, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.
Es en ese contexto en el que se presentó el primer mapa interactivo “Panorama actual de la Moda Circular en la Ciudad de Buenos Aires” para facilitar el acceso a este tipo de consumo. Además, el diputado Ferraro presentó un proyecto de ley para la gestión ambiental de residuos de T.L.C. (textiles, lencería y calzado), que entre otras cosas propone una alícuota reducida del IVA (10,5%) a las prendas de indumentaria y calzado de segunda mano.
Como en el país, en Junín este crecimiento se viene dando desde hace unos cinco años a la fecha. Y como cada cosa que ‘prende’, el fenómeno no para de crecer. Y aunque la razón que manda es el bolsillo, van de la mano la valorización de lo vintage, el consumo responsable, la reutilización y poner en valor prendas de calidad, de otro tiempo, aggiornadas y con nuevo uso, pilares de la moda circular que también ve en estas acciones un pequeño aporte para contribuir a la sustentabilidad tan necesaria en este tiempo.