viernes 02 de mayo de 2025

DEPORTES | 9 sep 2024

ROMPIERON EL RÉCORD MUNDIAL

Dos paracaidistas argentinos saltaron en caída libre desde la estratósfera en plena noche

Alejandro Montagna y Marcelo Vives concretaron un salto para el que se prepararon durante un año. Saltaron desde un avión a 12,5 kilómetros de la Tierra.


Los paracaidistas argentinos Alejandro Montagna y Marcelo Vives y el estadounidense Tylor Flurry, rompieron el récord mundial con un salto nocturno desde la estratósfera. Cayeron desde 13.000 metros hasta aterrizar sanos y salvos y quebraron el registro anterior que estaba en poder  del estadounidense Andy Stumpf desde 2019, con 36.000 pies (aproximadamente 10.973 metros).

Los aventureros argentinos realizaron la hazaña esta madrugada sobre el cielo de Memphis, Tennessee, Estados Unidos. Corrían el riesgo de que cualquier detalle, por mínimo que fuera, saliera mal y eso desencadenara, sencillamente, en sus muertes. Lograron que todo resulte, según lo planeado, en un trabajo que empezó hace un año, que requirió de una inversión inmensa de dinero y de una preparación física estricta.

Lo hicieron en un horario especial para este tipo de pruebas, ya que fue el único para el que obtuvieron permiso porque recién a esa hora, en esa zona, no vuelan aviones comerciales.

Cerca de las dos de la madrugada hora argentina saltaron de un poderoso avión que viajaba a casi 600 kilómetros por hora por la estratósfera, y volaron hacia la Tierra a la velocidad de un Fórmula 1, hasta abrir finalmente el paracaídas apenas a 1.500 metros de estrolarse contra el piso.

Con todas las precauciones, lograron hacer un salto perfecto. “Los tres sistemas de iluminación que llevábamos en el cuerpo: para caída libre, para velamen abierto y para aterrizaje funcionaron a la perfección" contaron.

Alejandro Montagna, ingeniero industrial con posgrado en Finanzas en Harvard, de 57 años, y Marcelo Vives, empresario agropecuario de 52, saben aprovechar el infinito del espacio sideral. Hace 25 años que viven obsesionados por experimentar una y otra vez la sensación de saltar en paracaídas y cada año fueron escalando en desafíos. Arrancaron jóvenes y se engancharon fuerte: ambos tienen récords de diferentes tipos de saltos. Tienen más de 11.000 lanzamientos.

El primero en saltar fue Alejandro Montagna. Para orientarse en medio de la oscuridad de una noche sin luna, el equipo colocó una baliza marina de rescate en tierra, visible desde los 12,5 kilómetros de altitud. Casi pegado a Montagna salió Marcelo Vives y luego Flurry. El equipo también lanzó fuegos artificiales desde abajo para que tuvieran referencias. Así todo, los paracaidistas llevaban altímetros nocturnos, sistemas cibernéticos de apertura automática (para el caso de que alguno perdiera la conciencia en pleno salto) y en sus cascos tenían conectados dispositivos de alarma de baja altitud, GPS y cámaras de video. Además de los trajes, sus guantes y botas estaban calefaccionadas eléctricamente. Y cada uno llevó una máscara conectada a un equipo de oxígeno con un tanque con 10 minutos de autonomía. El salto en caída libre duró menos de cuatro minutos.

Ahora el récord mundial de salto Nocturno a Gran Altitud es de ellos. Se lo arrebataron a Andy Stumpf, quien el 26 de enero de 2019 había saltado de noche desde una altitud de 36.000 pies (aproximadamente 10.973 metros).




 

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