

Por: Escribe Mario Derch
El loco Papa que de loco no tenía nada, desbordaba alegría e inteligencia veloz. Soñador, gestor en una época muy especial, como lo fue en la primavera democrática donde aún era atrevido proyectar The Wall en algún boliche, pero sentíamos que todo estaba por hacerse.
En esa primera juventud eramos millonarios en tiempo sin saberlo.Una tarde en la barra de Leños, Fabián respondió, palabras más palabras menos,a una felicitación mía ante alguna de sus ideas: "Derch, la idea es el 30%, el otro 70% es vencer la resistencia...", me gustó y la hice mía.
Siempre fue optimista. Pienso en el dolor de su familia y en "los amigos de la vida" como decía Carlos Tossi. Los que se van, los que están, y ante el dolor inapelable de la pérdida, la pluma de Damián Itoiz, con su mirada horizontal transforma la despedida de Fabián en una bienvenida eterna a ese Parnaso de los soñadores que propiciaron la evolución de nuestra ciudad sin pedir nada a cambio.
Por eso el mejor tributo para Fabián y quienes nos precedieron es decirles gracias, yo me acuerdo.