Por: Redacción Semanario de Junín

El gobierno municipal, a través de sus gacetillas de prensa que luego son replicadas a través de los medios amigos que reciben la jugosa pauta publicitaria, llena de buenas noticias (e ideas) el distrito, como si Junín fuera parte de una próspera Europa y sus funcionarios eficientes servidores.

Sin embargo, lejos estamos de lo uno y de lo otro. Simplemente aplicando una especie de marketing de la fe, el intendente Pablo Petrecca ha insuflado su pobre gestión a través de relatos vacíos de contenido con mucho papel picado, pero que a la hora del contraste, terminan siendo apreciaciones ridículas.

Esta forma de mensajería pueblerina, donde se hace alharaca de celebraciones cuando falta desarrollo económico y social desde hace años, con el empleo en picada, el turismo devastado y la falta de inversiones privadas, es al fin y al cabo lo que le ha permitido a este gobierno ganar elecciones para el mismo alcalde por tres períodos consecutivos. Sin olvidar que la oposición se encuentra en el mismo lugar o, en base a los resultados, todavía un escalón más abajo.

Aplicando una especie de marketing de la fe, el Intendente ha insuflado su pobre gestión a través de relatos vacíos de contenido con mucho papel picado

Todas las semanas la “usina de la felicidad” enquistada en una oficina de prensa municipal emite información que luego, cada funcionario motorizará ocupándose de llamar a los medios para que las publiquen coaccionando de una forma muy cercana con lo miserable, aunque la actitud “besamanos” del otro lado haga que la responsabilidad por el engaño termine siendo compartida.

De hecho, por estos días circularon dos de estos timos publicitarios que ejemplificaremos.

Uno se refiere al título: “A pesar del contexto, en Junín ya se habilitaron más de 150 comercios en lo que va del 2024”.

Lo cual, contrastado con los datos aportados por el sindicato de empleados de comercio, que lleva la estadística fehaciente, muestra que el municipio pretende engañar con informaciones que en realidad nadie chequea.

Al decir que “la gestión del intendente municipal Pablo Petrecca continúa con el apoyo y fomento a la producción y el emprendedurismo”, respecto a que de acuerdo “a las estadísticas oficiales de la Agencia de Recaudación de Junín (ARJUN)” a lo largo de este 2024 se concretaron “más de 150 altas comerciales”, de las cuales –dicen- un 20% se acogió al programa de beneficios.

El dato resulta exagerado debido a que desde el gremio contabilizaron apenas poco más de 30 nuevas altas y entre ellas 12 cierres, que naturalmente los funcionarios municipales esconden.

Tal es así que una farmacia que el hoy secretario de Seguridad, Lisandro Benito, acompañó en la inauguración hace dos años, tuvo que bajar sus persianas debido a la situación, algo que se ve a diario recorriendo la ciudad con otras empresas. El comercio de expendio de medicamentos estaba ubicado en Benito de Miguel, pasando la ruta nacional 7, y en su momento formó parte del cotillón municipal que –gacetillas mediante- sale a sacarse fotos cortando cintas de la iniciativa privada, cuando no ha podido generar las propias y públicas.

El resultado de que hayan considerado “la habilitación de 150 comercios y emprendimientos”, en verdad se relaciona con la necesidad de recaudación por parte de la comuna que -no es una novedad- está mal administrada.

Por ese motivo el año pasado crearon la agencia de recaudación ARJUN y ahora largaron a sus “sabuesos a la calle” para regularizar todo aquello –comercio o microemprendmiento- que pudieran encontrar, muchos de ellos de vieja data, pero sin registrar. En realidad, no se trató de “nuevos emprendedores” sino de “viejos conocidos” que permanecían sin registro ni habilitación. Y tal como indicó el Ejecutivo “han regularizado su situación 624 comercios entre nuevas habilitaciones, renovaciones y reempadronamientos desde el inicio del operativo, en el mes de mayo de este año”, por lo tanto, lejos están de ser el número de 150, las “nuevas empresas” incorporadas este año al circuito comercial, sino que como “cazadores en el zoológico”, obtuvieron trofeos de vieja data.

La gestión Petrecca ha sido muy rigurosa a cambio de la pauta publicitaria, a punto tal de exigir en muchos casos ver las notas antes de ser publicadas

OTRO CUENTO DEL TIO FELDMAN

En la ronda de pavadas mayúsculas que llegan desde la oficina de prensa del Ejecutivo comunal, esta semana los medios amigos del petrequismo titularon: “Proponen el retiro y venta de chatarra acumulada en el predio del ferrocarril”, un proyecto del ex concejal Adrián Feldman, que llegó al Concejo Deliberante y que –además- los ediles le dieron tratamiento.

Según los diarios “la iniciativa plantea que lo recaudado se destine a la obra para recuperar el paso a nivel de calle Rivadavia”, asegurando que “ya cuenta con la aprobación por unanimidad en comisión”.

Es cierto que el paso a nivel de calle Rivadavia, junto a la “interminable”, son un monumento al fracaso de la dirigencia local, sin olvidar que en ambos el municipio le puso “palos en la rueda” por venir de la mano del fallecido ministro de Transporte y ex intendente Mario Meoni.

Sin embargo, la falta de ideas y de contacto con la realidad parecen sumarse desde todos los sectores, a pesar de que el intendente diga que quiere que Junín “lidere la economía del conocimiento”.

¿Acaso alguien contó cuantos vagones suman? ¿Cuántos kilos de chatarra? ¿Cuál sería la recaudación?

SEMANARIO hizo lo que seguramente no hicieron algunos ediles y calculadora en mano le pidió a la tecnología que realizara unas operaciones.

Supongamos que cada coche pesa 30.000 kilos y cotizados a precio de chatarra podrían obtenerse 400 pesos por kilo. Esto rondaría los 12.000.000 (doce millones) de pesos por vagón.

Ahora bien, si tomamos el costo de la obra del paso bajo a nivel –sin actualizarlo claro- éste será de alrededor los 7.700.000.000 (siete mil setecientos millones) de pesos.

Ergo, significaría que para terminar la obra se deberían vender como chatarra unos 641 vagones que, en el caso del predio ferroviario local, no llegan ni al 10% de esta consideración.

Frente a estos datos que (casi) nadie chequea, aunque a nosotros se nos dé por hacerlo, el gobierno local a través del marketing engañoso sigue haciendo creer a parte de la comunidad que vivimos de maravillas en una comunidad de ensueño. Aunque también cabe la posibilidad de que cada vez sean menos los que se den cuenta de que hacen trampa.