

Por: Redacción Semanario de Junín
Martín Ochoteco se crio en Florentino Ameghino y su familia, ligada a la veterinaria y el campo, le transmitió una pasión que lo acompaña hasta estos días. En el galponcito del fondo de la casona de la avenida San Martín, Sandalia, su mamá, atesoraba reliquias del campo: había rastras, lazos, tarros lecheros, un mundo de campo que Martín popularizó en los programas de televisión donde se destacó por la particularidad de domar a los caballos sin violencia.
Ese universo le dio popularidad y fama, ya que su programa se convirtió en un éxito en Latinoamérica y le permitió recorrer el mundo. Ochoteco se convirtió en una celebridad tanto en los Estados Unidos como en Latinoamérica. Su don para domar caballos sin violencia lo llevó a la pantalla de National Geographic, donde durante dos temporadas fue uno de los ‘caballitos de batalla’ de la señal.
Sin embargo, su presente en un campo cercano a General La Madrid es muy distinto a la fama que tuvo hace más de diez años. En declaraciones a TN, contó el calvario que vive, donde se mudó después de la pandemia.Desde su llegada a la localidad, el Domador de Caballos fue víctima de agresiones, amenazas y hasta atentados contra su vida. Las personas que lo hostigan para que abandone el lugar hirieron y mataron a varios de sus caballos.
“Viví 15 años fuera de la Argentina porque daba cursos de doma. Estaba muy ausente en el campo que es de mis papás y que lo tienen alquilado desde hace 30 años. Cuando llegué para quedarme, fue como si mi presencia en el pueblo molestara”, dijo.
Sus abogados le advirtieron que los inquilinos y algunos vecinos querían quedarse con el campo. “Ahí fue cuando empezaron las hostilidades”, explicó Ochoteco.Y agregó: “Me robaban caballos hasta que un día discutimos porque había cerrado la entrada a mi campo. Empezó una pelea y me patotearon. Tuve una hemorragia cerebral y perdí una muela. Vinieron a rematarme con una piedra y después dieron vuelta toda la historia”.
“La policía estaba de su lado... me quisieron armar una causa”, aseguró el domador.También relató que le dispararon dos veces con armas de fuego y otras 17 contra la ventana de su cuarto.
Martín Ochoteco ejerce su don para domar caballos sin violencia desde los 17 años. Esa habilidad y su trabajo, le terminó abriendo las puertas de la fama
“Después, una joven de Chile vino a filmar un corto documental que se estrenó en Londres y acá no se permite hablar del tema. Lo mostré en una escuela rural, hablé sobre las ‘mafias’ y a la noche entraron al campo para abrirles las ventanas a los inquilinos que trabajan conmigo, que viven en una casa a 40 metros de la mía”, comentó indignado a TN.
Ochoteco fue a juicio por las amenazas y agresiones que sufrió en el último tiempo, pero aseguró que la causa fue “cajoneada”.“Además, hay amenazas contra mi mamá y otros testimonios sobre las ‘mafias’. Me salvó la exposición”, expresó.
También cuestionó el accionar de la policía tras las numerosas denuncias que realizó: “Jamás me mandaron un patrullero. Tuve alguna que otra guardia de seguridad, pero fue un desastre porque me robaban igual. De noche soy yo el que patrulla el campo para cuidar a mis caballos. Puse linternas intermitentes, dormía en reposeras, metido en los corrales, en la camioneta”.
“En cuanto a la investigación, también soy yo el que corre camiones para tomarles las patentes y eran mis seguidores de Instagram los que me mandaban información sobre los dueños de los vehículos. Ahora me cerraron la cuenta. Tuve que comprar cámaras y colocarlas... hice todo porque esto es tierra de nadie”, explicó.
En ese sentido, mostró su descontento por la nula respuesta que recibió por parte de las autoridades: “Nadie quiere hacer nada, hace unos días le hicieron una necropsia a la última yegua que me mataron con un detector de metales y sonó el aparato. Si encuentran la bala y después hacen una pericia balística lo pueden descubrir, pero tengo que pedir por favor que hagan las cosas cuatro o cinco veces”.
Tras sufrir agresiones y muertes de caballos en su campo, Ochoteco pidió ayuda a través de sus redes sociales
Martín Ochoteco ejerce su don para domar caballos sin violencia desde los 17 años, cuando le entregaron una yegua en el campo que era un desastre porque mordía y pateaba... pero la terminó domando. Esa habilidad y su trabajo, le terminó abriendo las puertas de la fama.
Por la serie de National Geographic,Ochoteco pasaba seis meses por año a Europa para domar y sacar mañas hasta que un encuentro en Palermo Hollywood con otro Ameghinense que había estudiado cine le contó su idea de armar una productora y hacer un programa. Tras dos años, primero con un tráiler, después otro y la partida de César Millán (el recordado encantador de perros) el canal sumó su programa.
Esas dos temporadas y el éxito se cortaron al no acordar cómo seguir un proyecto que consistía en domar un caballo salvaje en el fin del mundo, Tierra del Fuego. “Después de eso, me llegaron ofertas para hacer cursos de doma por Latinoamérica y me dediqué a eso durante nueve años hasta la pandemia”, contó.
Pero todo cambió y su realidad es bien diferente. No obstante, a pesar del mal momento que atraviesa en el campo donde vive, sueña con cumplir algunos proyectos que le quedaron truncos. Entre ellos, empezar a filmar otra vez. “Fue un cambio extremo en mi vida. Pasé de una vida tranquila en el campo a la televisión. Me conocían en todos lados y fue todo muy para arriba. Pero ahora, está todo para abajo. Pasé de que me quieran en el exterior a que me quieran matar en mi propio país”, concluyó.