

Por: Redacción Semanario de Junín
En Junín, el problema del arsénico en el agua no está en la agenda del gobierno ni de ningún dirigente. Ellos por lo general le intentan bajar el precio al problema pero lo único que hacen es demostrar su desinterés como en tantos otros temas.
En su momento, Mario Meoni no tuvo en cuenta el fallo judicial en contra del municipio que le obligaba a tomar cartas en el asunto. A nadie le importó, ni siquiera a la justicia que lo había conminado a hacerlo para proteger a la comunidad.
Esperar de Pablo Petrecca algo resulta todavía peor, a sabiendas que al jefe comunal actual sólo le importan los negocios ajenos a la comunidad y pasando los años muestra mayor ineptitud.
Desde hace años, distritos vecinos vienen llevando a cabo inversiones en plantas de ósmosis inversa o proyectos que generen un abatimiento de este metaloide que causa diversos problemas de salud tras el consumo permanente.
En 2011, un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) diseñó el Mapa de Arsénico para detectar y monitorear los niveles de este componente y hacer recomendaciones respecto a la calidad del agua que consumen las personas a lo largo y ancho del país.
La recopilación de datos se convirtió en un “Mapa virtual” que señala si el agua es segura o no para consumo. Llegaron a señalizar 350 localidades, con colores verde para las que dan buenos valores, amarillo y rojo.
El último es el caso de ciudades como Lobos y Junín, en Buenos Aires, o el Departamento de General San Martín en Córdoba, donde está Villa María.
En nuestro distrito se tomaron muestras en julio pasado y los datos son alarmantes ya que los valores están en rojo y resultan casi el doble de los de “precaución”.
Desde hace casi una década La empresa Aguas Bonaerenses S.A (ABSA) viene llevando a cabo las plantas de ósmosis inversa en distritos vecinos
¿Qué significa cada color?
Según los marcadores del ITBA: Menor a 10 ppb (color verde) se trata de agua segura para consumir según los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
De 10 a 50 ppb(color amarillo) indica “Precaución” ya que se deben completar estudios para decidir si consumiendo agua con estos valores se aumenta la posibilidad de desarrollar cuadros de enfermedades como el HACRE.
Cuando es Mayor a 50 ppb, la recomendación es: “No consumir para ingesta directa y cocción de alimentos. Reemplazar por otra fuente de agua segura”.
Para quienes quieran conocer el dato obtenido en Junín se trata de 89 ppb. Sin dudas para preocuparse.
La recopilación de datos se convirtió en un “Mapa virtual” que señala si el agua es segura o no para consumo
RETORNO DEL CONTROL
El ITBA se nutre de datos aportados por los habitantes de cada lugar. Y desde la pandemia la colaboración de la población bajó.
Por eso decidieron relanzar la web (mapa-de-arsenico.web.app/) y mejorar su calidad incorporando recursos de Google Maps.
Una estudiante pronta a recibirse de ingeniera informática, Lucía Digón, asumió el desafío y a comienzos de octubre, llamaron a la comunidad para acercar nuevas muestras.
En una entrevista con Tiempo Argentino, Jorge Stripeikis, doctor en Ciencias Químicas y director de Gestión Académica del ITBA dijo que “arrancamos apuntando a una preocupación histórica que hay en lo que concierne a las aguas de consumo subterráneas en Argentina, que es la presencia de arsénico. Hay que decir que es algo totalmente natural y data desde hace muchísimos años”.
En la actualidad, según contó Stripeikis, muchos centros de investigación en universidades nacionales y privadas trabajan sobre prototipos o dispositivos para quitar el arsénico del agua que podrían ser aplicados en situaciones remotas o poblaciones rurales, con muy poca información técnica: “sería bueno que el gobierno o las empresas privadas que quisieran colaborar con estos desarrollos tecnológicos se acercaran”.
El Mapa de Arsénico recibió hasta marzo de 2020 casi mil muestras desde su inicio y tiene cargados los datos de 350 en la nueva web, ya que muchas corresponden a la misma localidad. Según comprobó el proyecto, la Patagonia –por debajo del paralelo 42– no tienen arsénico en el agua salvo algunas zonas termales.
Stripeikis revela que firmaron un convenio con el Hospital Garrahan ya que “a veces llegan nenes con una sintomatología que podría ser compatible con intoxicación de arsénico. Ellos nos envían las muestras de lo que están consumiendo para saber si se da un nexo epidemiológico”.
“La ingesta continua, prolongada de niveles de arsénico por arriba de 50 ppb puede desencadenar, con el paso de los años, enfermedades. Vale la pena aclarar que no es una intoxicación aguda sino crónica que se suele dar después de muchos años, quizás 10 años”, resaltó Stripeikis.
El especialista expresó que se manifiesta en un conjunto de sintomatologías que aparecen, en primer lugar, en lo dérmico. “Se nota en la piel queratosis y úlceras y en los casos más graves puede llegar a ocasionar tumores o problemas renales o en general consecuencias multiorgánicas”, detalló.
Aclaró sin embargo que el cuerpo humano tiene un sistema de defensa contra estos niveles de arsénico y que la tasa de incidencia de quienes desarrollan esta sintomatología es baja, entre 1% y 2 %.
Cabe mencionar que el arsénico puede generar la enfermedad crónica llamada Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE) cuya falta de tratamiento ocasiona otras patologías como el cáncer de pulmón, cáncer de laringe, tos crónica o persistente y fibrosis pulmonar.
¿Cómo enviar una muestra? Si sospechas que tu agua puede tener arsénico, se puede llevar una muestra en una botella plástica chica de agua mineral con el agua a la sede del ITBA ubicada Iguazú 341 de CABA entre las 8 y 18 hs remitidas al: LIQMA con nombre y apellido y habiendo previamente completado el siguiente formulario:http://https://forms.gle/udKUGiJbQJv5ScYU6
En Junín, el problema del arsénico en el agua no está en la agenda del gobierno ni de ningún dirigente
INTERES REGIONAL, DESINTERES EN JUNÍN
Desde hace casi una década La empresa Aguas Bonaerenses S.A (ABSA) viene llevando a cabo las plantas de ósmosis inversa en distritos vecinos. En 2019 fue el turno de Pehuajó y Lincoln. Antes habían sido 9 de julio, Carlos Tejedor, Chivilcoy y General Villegas.
En cambio, en Junín, con la proveedora de agua ¿potable? a cargo del municipio, aún se sigue en la espera de que al menos se informe acerca de cuál es la calidad del agua que se consume, para luego llevar a cabo las inversiones que debieron realizarse para evitar el arsénico y no se hicieron, demostrando una grave irresponsabilidad por parte de la gestión actual del intendente Petrecca y el resto de la dirigencia que hace silencio sobre el tema.