

Por: Redacción Semanario de Junín
PÁGINA DE HUMOR PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 432 DE SEMANARIO DE JUNÍN. CORRESPONDE A LA SEMANA DEL 19 AL 25 DE OCTUBRE DE 2024
Alexia viene en caída libre. Desde hace rato. Aunque también desde hace años, se sostiene con lo mismo de siempre: Su cantinela amarilla, las promesas de ocasión y los rezongos de siempre. Ese paquete es su caballito de batalla, y también la fórmula de su éxito.
Ese circo se remonta a tiempos de Amarillo I. En su momento le dio la cobertura justa y necesaria para mantenerse en el cargo. Primero porque sacó pecho cuando tuvo ladero fuerte y después, cuando lo perdió, porque supo jugar el papel de víctima discriminada, que ‘hizo lo que pudo’, contra ‘todo lo que le negaron’.
Con esa fórmula simple, capitalizó años de alegría, y esquivó los cascotazos por lo que no hizo. Y al ver que eso le dio resultado, porque los de las afueras compraron el versito del rey abnegado, decidió renovar sus votos. Es decir, cambió el verso, pero no el camino.
Así, como el zorro que pierde el pelo pero no las mañas, Alexia reforzó en estos tiempos libertarios su viejo discurso de pan y circo, contando las maravillas que no hace, y prometiendo las que (nunca) vendrán. Porque si en algo es un campeón, es justamente en eso: En sostener las mentiras que le permitieron revalidar su capa, en medio de la quemazón.
Pero como se reinventa, su última invención pasa no por lo que no hace, ni tampoco por criticar a Desquiziuz -al menos hasta confirmar si habrá convivencia, matrimonio o separación-, ni por sus promesas, que ya ni siquiera se preocupa en repetir, sino por anunciar obras chiquititas, en verdad no-obras, pero con puestas en escena preparadas para sus súbditos, bajo el pomposo título de gestión.
En esa línea mostró, orgulloso, sus buenas nuevas y no le esquivó a nada ni se puso colorado. Plantó un árbol, jugó con nenitos de jardín, tomó el té con los abuelos y explicó que hay nuevas luminarias en el parque real.
Esto que viene haciendo en este último tiempo es su nueva política low cost y entre esas mini-no-obras Alexia cortó cintas de lo que hay que, quedó visto, es poquitito. Por eso, los anuncios son del mismo tenor.
Así avanzan los días en el reino. Con Alexia buscando asomar la cabeza mientras se destapa los pies. Bueno, es la teoría del derrame amarillo, la que derrama para él, pero no deja ni las sobras para el resto. Eso sí, renueva sus promesas, y pide renovación de confianza, para mejorar el futuro que, a juzgar por lo visto, debe ser el suyo.
PetrEgo
PetrEgo ganó una nueva semana en Ciudad Fría, sosteniendo con su discurso lo que no hace en los hechos y contó como enormes logros, grandes ausencias. Por un lado resaltó sus ‘intervenciones’, (un macetero, el cambio de luminarias en el Borchex), y se quejó por algunas reuniones sin resultados, por obras pendientes y por los que le niegan todo lo que pide.
En esas veredas, se cuidó de marcar bien las diferencias. Porque todo cambia si el viaje es para acompañar al jefe, ‘para cambiar la historia’ pero otra cosas es si la movida es para ver al gobernador, así sea para recibir fondos. Porque según busca instalar, una cosa ‘es la gestión’ y otra, ‘la discriminación’.
Mientras tanto, en Ciudad Fría abunda la nada misma. Eso sí, no faltan los funcionarios de relleno, las fotos ni los buenos augurios. Una puesta en escena habitual, con moño para las portadas de medios amigos y las redes sociales.
Con ese marco, precario, sin norte ni guía, avanza PetrEgo y su alegría amarilla, que revolea el cotillón, y aprovecha la ausencia de una oposición que sigue más preocupada por su futuro que por el destino de la ciudad.
Ciudad Fría superó los cien mil habitantes y PetrEgo la gobierna como un paraje rural. Festeja una cuadra de pavimento más, algunas luminarias, habla de desarrollo pero no se le cae ni siquiera una idea para terminar la terminal de ómnibus y abrir el bajo nivel de Rivadavia. Versa sobre la ciudad estratégica y del futuro y repite lo mismo que se hace desde veinte años.
Eso sí, el quía avanza de lo lindo. Quedó visto, entre las luces y brillos de PetrEgo y las sombras de la ciudad, hay un mundo de distancia, que puso a la ciudad, en pampa y la vía y a él, cerca del ascenso a primera.
Te contamos todo lo que NO HICIMOS esta semana
*) Cortar las cintas de la terminal interminable.
*) Poner algún toldito en el ingreso al balneario. Sacamos las tejas y nos olvidamos del resto. Jijiji.
*) Reanudar la rotonda para los amigos de Mostaza. Metimos la pata y no sabemos cómo seguirla.
*) Poner más luces en el Borchex, más maceteros en el centro, más de todo en los lugares que nos gustan.
*) Levantar el teléfono para atender las quejas de los barrios. Para qué, están lejos del despacho.
*) Encerar el auto, en cualquier momento Mauri llama y no podemos esperar. Primero la nuestra.