

Un dirigente juninense lo graficaba de la siguiente manera: “Petrecca adoptó la particularidad del tordo a la hora de hacer política, pone un huevo en nido ajeno, se lo empollan y cuando nace no para literalmente de romperle los huevos propios”. La mecánica la ha demostrado tanto en lo político partidario, como en el fomentismo o lo gremial.
La casta política, como la describe el presidente Javier Milei ya está dejando la tierra arada para la eventual siembra 2025, la cual retomará –lógicamente- luego de las vacaciones de diciembre, enero y febrero.
El jefe comunal se quedó fácilmente con la UCR en las pasadas internas, cuando entronizó a su empleado Leandro Salvucci, llevado de la mano de su proveedor Carlos Mansur.
Después de apoyar a las “fuerzas del cielo” en el balotaje, Petrecca buscó hacer pié en “La Libertad Avanza” a través de su amigo “Condorito” Di Marco y de ese modo tuvo acceso a los Cornaglia, primero con el concejal Juan Manuel (ahora desplazado del bloque oficial) y luego con Nicolás, eyectado hace poco del PAMI regional adonde había llegado saltando algunos casilleros.
Ante ese vacío, el intendente manoteó a otro de los multifacéticos que cobran sueldo municipal y mandó a Alejandro Franco a un acto de “La Carlos Menem”, se sacó fotos con Zulemita y Sebastián Parejas, formador de la agrupación y ya armó un grupo local, aunque flojito de apoyos a nivel provincial.
Alejandro Franco, "pura casta", que hace política "soñando por un sueldo", junto a Parejas
A Petrecca le preocupan las elecciones de medio término. Los libertarios le pusieron dos concejales en el pasado octubre y le llevaron más de un tercio de votos. La traición a Patricia Bullrich lo dejó maltrecho dentro de las filas del PRO, un partido que al igual que tantos perdió el rumbo. Tampoco se trataría tanto de la pérdida de poder a nivel local sino que; sin poder, la justicia entonces sea motivada a poner la lupa sobre su gestión y se avance sobre algunas denuncias que –por ahora- están en letargo.