Por: Redacción Semanario de Junín

El municipio petrequista recauda millones diariamente a través de las multas por infracciones aunque en los discursos indiquen que no es lo que buscan.

No conformes con ello incluyen trampas “cazavecinos” a través de distintas argucias, como en este caso, dejar tapado el cartel de estacionamiento medido que además es el único de la cuadra.

Del mismo modo, los radares que tiene en las rutas aledañas a Junín no están señalizados como lo indica la legislación nacional y tampoco la provincial, como es el caso de la Circunvalación.

Si la definición de corrupción se refiere “al mal uso por parte de un funcionario de su autoridad y los derechos que se le confían, así como la autoridad relacionada con este estado oficial, oportunidades, conexiones para beneficio personal, contrario a la ley y los principios morales”, seguramente entonces este tipo de actitudes lo formen parte de estas prácticas.

Por las dudas el “cartel escondido” está ubicado sobre General Urquiza a metros de Roque Vazquez, pero hay más trampas “cazavecinos” a lo largo y ancho de la ciudad que permiten engrosar la “caja chica” de la gestión Petrecca, que además nadie controla.