LOCALES | 26 ene 2025
SEMANAGRO
El peronismo saca chapa ante los productores
Con los costos de producción, retenciones y el “clima” como bonus track, la cosa se puso picante. Caputo los pasó para el 6 de febrero y los funcionarios idos regresan con recuerdos.
Por: Redacción Semanario de Junín
SECCIÓN SEMANAGRO PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 446 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 25 AL 31 DE ENERO DE 2025
Desde estas páginas hemos dicho en varias oportunidades que la dirigencia agropecuaria en su conjunto (y mucho más desde la llegada de la disparatada Mesa de Enlace que no hizo más que debilitar al sector) no ha podido torcerle el brazo a la política partidaria que desde un lado o del otro, siempre la engañó.
El ministro Luis Caputo logró estirar un poco el pataleo hasta el 6 de febrero oportunidad en que se juntarán las entidades (de siempre) con el gobierno, mientras que las bases seguirán mascullando bronca.
La cuestión pasa también por la representatividad chacarera, que realmente a estas alturas no defiende a nadie y ha resultado -desde el menemismo- un trampolín para algunos personajes que terminaron ocupando cargos nacionales, en gobernaciones y/o en legislaturas, embolsando una buena “beca” y con los zapatitos lustrados sin pisar la tierra que decían proteger.
Desprendidos del menemismo, se subieron al radicalismo delarruista y si en algún momento la juntaron en pala fue con Néstor y la economía de Roberto Lavagna, con el viento a favor de la movida exportadora del mundo en materia de alimentos.
Fue el tiempo en el que aparecieron las retenciones fuertes, pero era tanto el “derrame” que sólo se dedicaban a contar plata, comprar campos y maquinaria.
La llegada de Cristina coincidió con un freno en la demanda internacional hasta que volvieron los problemas y Lousteau con una fórmula poco convincente y pero comunicación, generó un lío mayúsculo en el que el único que logró ventaja fue el vicepresidente.
El “no positivo” de Julio Cobos quedó para la posteridad, pero los resultados nada cambiaron para el productor.
Ni siquiera cuando llegó Mauricio que, con sus ojos claros y falsa verba, los envolvió para regalo entregándolos a Alberto, quien sin desenvolverlos siquiera, los puso en el escritorio de Massa.
Encandilados con Milei, como si fuera un Pavlov vernáculo, al toque de la campana volvieron a babearse.
Sin hallar al malnacido que hace como cinco años clavó un cuchillo en la tierra, se preguntan si viene el fin del mundo cuando ven caer a los reyes en default.
Un viejo refrán afgano decía algo así como: “nunca digas que todo está para la mierda, porque incluso puede empeorar”. Vaya dicho.
Ahora los peronistas sacan viejos recortes e informes para lustrarse la chapa de que “hasta el campo está mejor con nosotros”.
Cuando cerraba el año el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA), encabezado por el ex ministro de Agricultura y vecino chacabuquense Julián Domínguez, e integrado por otros ex funcionarios del último gobierno peronista, publicó una serie de informes sobre el impacto del primer año de gestión del gobierno de Javier Milei.
Allí se recalca que la caída en el consumo de carne vacuna, y el aumento en el ingreso de alimentos de países de la región, fueron los datos salientes.
El “no positivo” de Julio Cobos quedó para la posteridad, pero los resultados nada cambiaron para el productor
“Este panorama nos muestra que las políticas hacia el sector no cumplieron las mínimas expectativas de quienes apostaron a la producción; ya sea para el mercado interno o externo, como así también para las economías regionales, tan importantes para la consolidación del arraigo en nuestro país y que hoy están amenazadas por la indiscriminada importación de productos que obviamente afectan el trabajo de los argentinos”, fue la síntesis que escribió el ex ministro Domínguez, al presentar los estudios.
Si bien se exportó mas carne vacuna que en 2020, esto se debió a que el consumo interno cayó en el orden del 12.6% respecto al 2023, y el índice de consumo “más bajo en la historia”, 46,89 kilos por habitante.
Por otra parte, la carne aviar, alcanzó los 49 kilos por habitante según CEPA, mientras que la de carne porcina rozó los 17 kilos (16,98), un número muy similar al registrado en 2023.
En cuanto a las importaciones de alimentos, el análisis arrojó que en el último tramo de 2024 “se observa un claro aumento de las importaciones de alimentos, elaborados o intermedios, varios de los cuales compiten con la producción local”.
“Si bien algunos movimientos se podrían explicar por causas puntuales como calidad o estacionalidad de la oferta, lo cierto es que estas operaciones serían inviables si no fuera por el marco macroeconómico y de política económica que permiten obtener rentabilidad importando productos que se producen localmente”, afirmaron en el informe.
En esta revolución de recuerdos no faltaron quienes recuperaron algunos discursos todavía tibios del siempre verborrágico Guillermo Moreno.
Incluso en su paso por Junín como candidato a presidente en 2023, el ex secretario de Comercio había considerado que hay que implementar una "ley de arrendamientos rurales" en la zona núcleo de la pampa húmeda con la cual "bajas rápidamente los precios de los alquileres" en los campos y en consecuencia "le bajas el costo al productor, por lo tanto podés poner las retenciones donde corresponden", afirmó.
Ahora los peronistas sacan viejos recortes e informes para lustrarse la chapa de que “hasta el campo está mejor con nosotros”
Siguiendo esa línea, dijo que si ordenás las retenciones "te hacés con u$s8.000 millones y u$s10.000 millones anuales" que el país puede utilizar para pagar la deuda.
Y además, por partida doble, manifestó que la reducción de los derechos de exportación "permitirá bajar el precio de la comida". Además en aquel momento se adelantaba a los dichos de Javier Milei quien sí sería presidente de la nación, al afirmar que "hay que tener equilibrio fiscal. Primero superávit fiscal primario y luego con equilibrio fiscal se termina el cepo".
Y dejaba un mensaje que hoy muchos añoran: “tenemos que reindustrializar la Argentina e incrementar el poder adquisitivo del salario bajando los alimentos".
Moreno se fue del gobierno de Cristina en 2013 y la dirigencia agropecuaria lo despidió con alivio.
Según dijeron, el funcionario que promovía defender la “mesa de los argentinos”, generó la pérdida de doce millones de cabezas de ganado y cerraron más de 120 plantas frigoríficas. El país pasó de ser el tercer exportador de carne del mundo al puesto número once. En trigo, la siembra se redujo en más de 2,8 millones de hectáreas, porque al eliminar la competencia permanente entre molinos y exportadores y cuotificar las ventas al exterior, los productores perdían en los precios y ya no tenían incentivos en sembrar.
Dimes y diretes en una Argentina que no deja de ser absolutamente contradictoria.