

Por: Ismael A. Canaparo
Irene Amuchástegui (17 de julio de 1967) ejerce el periodismo desde 1988, mostrando un talento singular En la actualidad se desempeña como periodista y editora en distintos ámbitos. Es la editora a cargo del área de contenidos audiovisuales de la plataforma educativa “Ticmas”. Colabora en Revista Ñ del diario Clarín y en la revista L'Officiel.
Obtuvo el Premio Konex de Platino en 2017. Escribió en “El Heraldo”, “The Buenos Aires Herald”, “El País” de Uruguay, “Crítica de la Argentina”, “Infobae” y otros medios. También trabajó en la redacción de Clarín, como especialista en música popular en el suplemento de Espectáculos, y como editora en el suplemento “Sí!”, la revista “Viva” y la serie de libros “Tango de Colección”, junto a Jorge Göttling
Entre 2006 y 2013 dirigió “10tango.com”, portal multimedia trilingüe desarrollado por Grupo Vi-Da. Colabora en Revista Ñ (Clarín). Es autora de varios libros sobre tango y cultura de Buenos Aires, entre otros: “Agustín Magaldi: La biografía” (Aguilar, 1998), “Café de los Maestros” (Retina, 2006) y, junto a Oscar del Priore, “Cien tangos fundamentales” (Aguilar, 2008) y “A mí se me hace cuento” (Aguilar, 2010). Trabajó en investigación periodística y guion para cine (Al corazón, de Mario Sábato) y televisión (Mano a mano, Canal Solo Tango; La huella, Canal á; La Hora del Tango, Televisión Pública). Es traductora (francés), es columnista de la revista La Salida (Le Temps du Tango, Francia) y traductora residente en la revista L’Officiel Argentina. Es autora del ensayo Passeport Tango (Atlanctica, Francia, 2003) y tradujo el libro Tangol (de Jean-Luc Thomas, Corregidor, 2016). Es miembro titular de la Academia Porteña del Lunfardo y de la Academia Nacional de Tango.
En 2010, Del Priore y Amuchástegui, publicaron el libro “A mí se me hace a cuento”, historias ocultas del tango”, de editorial Aguilar. El periodista y docente Angel Berlanga, en un párrafo de una nota que escribió en Página/12, se refiere a esta publicación: “Coautores de “Cien tangos fundamentales”, Oscar del Priore e Irene Amuchástegui vuelven a reunirse para un libro lleno de historias donde la verdad y el mito conviven en penumbras. Malevos, lunfardo, amores y venganzas se dan cita en estas crónicas de un mundo sumergido: el tango. Prostíbulos, estrellas que fulguran y se apagan en el fango, compadritos y malevos, perseguidos, cabuleros, músicos y poetas fabulosos, gestos honorables en los bordes, miserias desesperantes, cruces con la política y la historia, crímenes, un lenguaje propio: los personajes, sucesos y territorios del tango ofrecen materiales extraordinarios para narrar. Y claro, como no es que este asunto acaba de descubrirse. Como las sustancias y protagonistas principales de estas narraciones han sido intensamente trajinadas en el tiempo, el desafío acaso pase por redescubrir, alumbrar desde otro lado y hacer foco en un personaje olvidado o relegado al reparto, entrar por un detalle o un perfil. Todo muy lindo en teoría: ahí empieza a tallar qué, específicamente qué contar, y cómo. Porque acaso de eso dependa, en buena parte, la seducción de la lectura. Los relatos que ofrecen Irene Amuchástegui y Oscar Del Priore en este libro se nutren de lo biográfico-histórico-periodístico, pero también de lo que circuló de boca en boca, y se leen como cuentos en los que, enseguida, juegan las luces y las sombras de la intriga”.
Nos pareció interesar reflejar algunas definiciones de Irene, volcadas en una nota que escribió Joaquín Vega (periodista deportivo, licenciado en Ciencias de la Comunicación, en UADE) para el canal de noticias NEXOFIN, con estudios en Paraná 777, de la CABA
“Comencé muy joven y me fui fogueando en el oficio. En esa época las redacciones de los diarios eran verdaderas escuelas de periodismo”, comenta la comunicadora a NEXOFIN, en el ciclo “Charlas de WhatsApp”.
Hoy soy traductora literaria y técnico científica en francés (Lenguas Vivas). A lo largo de su carrera escribió en El Heraldo, The Buenos Aires Herald, El País de Uruguay, Crítica de la Argentina, Infobae y otros medios.
En la actualidad colaboro en el “Canal de la Ciudad”, en el proyecto “Una noche con ideas”. El programa busca ser una conversación abierta y transparente sobre la creación en el arte, las nuevas culturas, el placer de la lectura, las experiencias y los saberes personales frente a las nuevas realidades de estos tiempos.
En cada programa entrevistamos a un referente del teatro, la música, el cine, la literatura o la plástica, para conversar sobre su obra, su historia y sus influencias”, comparte Amuchástegui sobre su espacio La Agenda en el medio ubicado en la zona del Abasto.
Podría decir que mi interés por el periodismo nació conmigo: mi madre trabajó más de medio siglo en un diario (The Buenos Aires Herald) y fue quien me contagió el amor por el periodismo, las palabras y hasta el olor a tinta. Comencé muy joven y me fui fogueando en el oficio. En esa época las redacciones de los diarios eran verdaderas escuelas de periodismo.
Por fortuna, el francés fue parte de mi vida desde la escuela primaria, en el Lenguas Vivas, y muchos años después, allí mismo, me formé como traductora.
¿Mi amor por el tango? Mi padre escuchaba tango y yo crecí con esa banda de sonido entre mis músicas preferidas. En los noventa empecé a frecuentar el circuito de las milongas, que en ese momento resurgía después de muchos años en el olvido.
En mi carrera publiqué seis libros. Pero estoy más acostumbrada a los cierres diarios o semanales del periodismo gráfico. Trabajar en un libro es nadar en aguas abiertas, hay más libertad… pero no se ve la otra orilla. Me encanta escribir a cuatro manos: con Oscar del Priore estamos cerrando nuestro tercer libro en colaboración.
¿Mi lugar en el mundo?: Buenos Aires. ¿Frase de cabecera?: De Gay Talese: “Aprendí a escuchar con paciencia y cuidado y a no interrumpir nunca”. ¿Una canción que me guste?: Imposible elegir. Voy de Larralde a Stromae, de Tangana a Troilo, de Virus a María Elena Walsh, de la bossa nova a la canción francesa. Para cerrar en un concepto, ¿Irene Amuchástegui es…?: Perdón, pero aquí clavo el visto”.