LOCALES | 24 ene 2025
RECUERDO
El CONICET lamenta el fallecimiento del juninense Antonio Introcaso
07:37 |El investigador del CONICET en el IGSV y colega, Mario Giménez lo recordó con sentidas palabras.
Fue investigador superior del CONICET, especialista en Geofísica y Geodesia que inició su carrera científica en el Instituto Geofísico Sismológico Fernando S. Volponiy (IGSV) de Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) y la culminó en el Instituto de Física de Rosario (IFIR, CONICET – UNR). Además, construyó una destacada carrera académica y de investigación en varias universidades.
El investigador del CONICET en el IGSV y colega, Mario Giménez lo recuerda de la siguiente manera:
Oriundo de Junín, Provincia de Buenos Aires, se graduó de Agrimensor en la Universidad Nacional de La Plata. Especialista en Geofísica y Geodesia de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Doctor en Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario. Fue Director del Grupo de Geofísica del Instituto de Física de Rosario, desde allí, inició vínculos académicos con el IGSV desde 1970. En el año 2000 la UNSJ, le otorgó el título de Doctor Honoris Causa.
Dentro de su trayectoria profesional tuvo sus inicios en la Universidad Nacional de La Plata, pero dejó huellas importantes como docente invitado en las Universidades del Litoral, del Cuyo, de San Juan, de Córdoba, de San Luis y de Buenos Aires. No menor fue su paso por el CONICET donde en su carrera de investigador alcanzó el máximo nivel.
Obtuvo numerosos reconocimientos tales como el de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Buenos Aires, de la Academia Nacional de Ingeniería, la Fundación García Siñeriz de Madrid y de la Universidad Nacional de Rosario. En 1983 obtuvo el Premio Eduardo Baglieto otorgado por la Academia Nacional de Ingeniería. En 1992 el Premio Dr. Horacio Harrington de la Academia de Ciencias Exactas. Y en 2018 el Premio Peregrino Strobel de la UBA. Además, fue socio honorario de la Asociación Geológica Argentina.
Sus profundos conocimientos sobre geofísica, su impecable razonamiento y profunda honestidad intelectual, su sobresaliente didáctica, y conocimientos de métodos potenciales, lo han situado como un referente en esta materia. Esencialmente un formador natural de recursos humanos, de proyectos de investigación y divulgación científica.
Antonio, de pasión futbolera, exigente pero sumamente accesible, amable y hospitalario, abrió a sus discípulos las puertas de su casa y del Instituto de Física de Rosario.
Lamentamos profundamente su partida, pero sin lugar a dudas ha dejado un legado en la geofísica de nuestro país.