![Los interrogantes de la indignación careta](./uploads/noticias/3/2025/02/baf658672458250b6f13a13a6719d090a1e7b5ed.jpg)
![Los interrogantes de la indignación careta](./uploads/noticias/4/2025/02/baf658672458250b6f13a13a6719d090a1e7b5ed.jpg)
La Justicia porteña a instancias de la fiscalía 5 de la ciudad pero que después pasó al juzgado de instrucción criminal 15 a cargo de la doctora Karina Zucconi descubrió una red de reventa de entradas a partidos del fútbol local organizada y liderada al menos por estos dos policías que presuntamente manejaban sitios ilegales para negociar los tickets.
El modus operandi de la banda delictiva consistía en citar gente en los días previos de los distintos partidos importantes del fútbol local y de la selección argentina, actuando siempre del mismo modo: un civil cómplice hacía las veces de revendedor y cuando se concretaba la operación aparecían ellos y confiscaban todo porque la reventa es ilegal, pero en vez de denunciar a la Justicia se quedaban con el dinero. Que semana a semana generaba un botín gigantesco.
El disparador fue la denuncia de una pareja estafada por dos policías en ocasión del partido Argentina-Bolivia, donde pagaron 700.000 pesos por dos entradas a un reventa para acceder al encuentro. Cuando estaban haciendo la operación, aparecieron los policías y, argumentando lo ilegal de la operación se apropiaron del dinero. Luego, la pareja decidió realizar la denuncia, primero en la Comisaría Vecinal 13, pero no quedaron conformes por lo que decidieron realizar otra, en la oficina de Transparencia y Control del Ministerio de Seguridad de la Ciudad.
Y ahí, tras la investigación, con trabajo de campo, filmaciones y escuchas, la Justicia determinó la identidad de al menos estos dos oficiales, siguió su accionar durante los partidos de este comienzo de año y este mediodía realizó tres allanamientos, uno en la división Conductas Delictivas de la Ciudad, los que tienen a cargo los operativos del fútbol, y dos en los domicilios de los policías, uno en un barrio del Sur de CABA y el otro en el partido de Lanús, en el Gran Buenos Aires.
Y en los procedimientos se llevaron más de una sorpresa: no sólo había un número importante de dinero tanto en moneda local como extranjera sino dispositivos electrónicos donde presuntamente hacían las operaciones de reventa y sobre todo una buena cantidad de credenciales de socios de distintos clubes, la mayoría de Boca Juniors, que estaban a nombre de terceros y también actas contravencionales parcialmente completadas.
Para la Justicia, estos dos últimos hallazgos abonan la teoría del accionar delictual: se supone que los carnets eran alquilados cada vez que el equipo Xeneize juega como titular, una modalidad habitual también en La Doce, y que con los nombres que estaban en las actas después presuntamente negociaban que no ingresaran al derecho de admisión a cambio de un pago, generando otra fuente importante de ingresos.
La situación generó un escándalo en la Policía de la Ciudad porque justamente oficiales que están en la división que tienen que combatir a los barras y la reventa, estaban haciendo todo lo contrario.
Según consignó Gustavo Grabia en Infobae 'uno de los policías que ahora fueron allanados terminó detenido y el otro si bien no estaba ni en su casa ni en su lugar de trabajo, estaría a punto de entregarse. Habrá que ver si la investigación cierra el círculo en estos dos oficiales infieles o va más allá con resultados absolutamente impredecibles'.