

Por: Escribe Raglia, especial para Semanario
SECCIÓN HIPHOP PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 450 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 22 AL 28 DE FEBRERO DE 2025
Desde hace varios días surgen polémicas en nuestro país y en nuestra sección nos ocupamos de hablar de la hermosa cultura HipHop, Eso implica que tarde o temprano nos meteremos a comentar alguna de estas polémicas ya que (aunque a algunos les sorprenda) el HipHop “es política”, y antes que dar una opinión partidaria daremos una que se base en el respeto hacia el otro y la empatía humana, algo básico que se ve que a varios les falta…
No es un secreto que en el gobierno que está atravesando la Argentina actualmente, se han sabido vanagloriar del discurso de la “libertad” mientras que por detrás ocurren otras cosas que si estás un poco despierto habrás podido notar.
Destruir una cultura desde adentro les parecía un plan ingenioso, pero no pensaron que aparecerían artistas que se iban a rebelar, desde Lali Esposito que traumatizó al presidente Javier Milei posteando solamente cuatro palabras, hasta María Becerra. Es ahí cuando se nota el patrón en común: el presidente ha sido criticado por otros artistas como Dillom o el cantante Andrés Ciro Martínez del célebre grupo “Ciro y los Persas” pero… a ellos no les puso apodos denigrantes como lo ha hecho con artistas mujeres ¿Es el machismo el que lo controla a Milei o el miedo mismo de una persona que de valentía tiene poco y nada?
Pero ahora, para ir al punto de esta nota, hablaremos de Camilo Joaquín Villarruel, más conocido como Milo J, de tan solo 18 años que destacó hace unos años por sobre todos, debido a su juventud, su musicalidad y su increíble voz -grave- para su edad y que fuera hace poco literalmente censurado cuando quería presentarse frente a la Ex Esma.
Milo es un artista que desde el principio lo pudimos notar con conciencia por las cosas que sucedían en el pais, se puso remeras donde defendía la educación pública o tocó “Clara” junto al grupo uruguayo de murga “Agárrate Catalina” donde se rememoraba a los 30.000 desaparecidos.
En julio del 2024 Camilo lanzó su disco “166” en referencia al colectivo de esa línea que transita por el barrio de Morón, de donde es oriundo el joven cantante. Un álbum que hace un viaje desde la zona oeste hasta capital y donde se habla de lo que es la fama a una edad temprana como le ha llegado a Milo.
Recientemente apareció la versión “Deluxe” de este disco donde, entre otras cosas, encontramos una increíble colaboración con otro de los ya nombrados en esta sección: “Cerounno” que aparece en el tema “LA TORTURA”.
Se había anunciado la “pre escucha” del disco para el 12 de febrero de manera gratuita en el “Ex Esma”, lugar donde se rinde homenaje por la Memoria y los Derechos Humanos. Horas antes de que comenzara fue cancelado y el lugar se llenó de policías que –como comentaban los presentes- estaban preparados para reprimir, para reprimir en su mayoría a pibes jóvenes que solo fueron a ver el espectáculo de un artista que admiran ¿Qué tienen en la cabeza los represores?
Milo J hizo una transmisión en vivo por medio de Instagram, para avisar sobre lo sucedido y pidió a la gente que se retire para no tener que sufrir los excesos que por cualquier mínima excusa la policía llevaría adelante.
El artista dijo: “supongo que juntar 20.000 personas en un espacio de memoria, al gobierno de ahora no le gusta” y eso es claramente así con quienes consideran que los crímenes cometidos en la dictadura fueron (entre muchísimas comillas) “excesos” y una vicepresidenta que es fanática de personajes nefastos de nuestra historia como lo fue Videla al cual visitaba en la intimidad de la cárcel.
Desde el gobierno nacional dijeron que la cancelación fue “porque el lugar no estaba apto y no tenía autorización para realizarse”, pero leyendo a sus propios trolls burlándose y festejando la censura, mostraron la hilacha de que estaban molestos por las características ideológicas y no por la supuesta falta de papeles. “Entre gauchos no nos vamos a pisar los ponchos” dirían, o más bien a estos cipayos les quedaría mejor: “entre fantasmas no nos vamos a pisar las sabanas”.
Un hecho más para la anécdota triste, pero cada vez más convencidos de que la cultura y la memoria es parte esencial de un país y que un estafador que habla con perros muertos nunca podrá quitarnos eso.