Por: Semanario de Junín
EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 451 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 1 AL 7 DE MARZO DE 2025
La “Teoría del Caballo Muerto” es una metáfora satírica que refleja cómo algunas personas, instituciones o gobiernos enfrentan problemas evidentes que son imposibles de solucionar, pero en lugar de aceptar la realidad, se aferran a justificarlos.
La idea central es clara: si estás montando un caballo muerto, lo más sensato es bajarte y dejarlo. Pero…
Desde hace más de una década, el distrito de Junín atraviesa una profunda crisis de falta de liderazgo en materia de gobierno y dirigentes políticos que se fue acrecentando a través de los fracasos de la gestión de Pablo Petrecca y su entorno, quienes en lugar de abandonar al “caballo muerto”, han intentado revivirlo con falsedades.
Eso ha quedado de manifiesto, por ejemplo, a través de la obra pública, intentando cambiar al jinete y haciéndole respiración boca a boca a una cosa inerme.
O en el turismo, comprando una nueva silla de montar y generando equipos de trabajo a la espera de que el caballo corriera más rápido, sin reconocer que el animal estaba muerto.
Tampoco sirvió compararlo con otros caballos muertos, debatiendo en el Concejo Deliberante el discurso del Presidente de la Nación en Davos, ya que eso no soluciona nada de los problemas que tenemos con nuestro propio animal fenecido.
Ni siquiera hubiera aportado soluciones que se capacitaran en la cría y mantenimiento de caballos. Sin embargo, ni eso hicieron.
Esta teoría pone en evidencia cómo muchas personas y organizaciones prefieren negar la realidad y desperdiciar tiempo, recursos y esfuerzos en soluciones inútiles, en lugar de aceptar el problema desde el principio y tomar decisiones más inteligentes y efectivas.
Por este motivo y a poco de reiniciar las actividades ordinarias en el Salón Rojo y a la espera del discurso iniciático del alcalde, resultaría un bálsamo para la política local y para la sociedad en su conjunto; comprender el significado de esta teoría para no seguir perdiendo el tiempo en experimentos perimidos, basados seguramente en la fe que profesan algunos o en el interés de vivir de un sueldo del Estado que pretenden otros.
Del mismo modo, ante las elecciones de medio término, es de esperar la aparición de candidatos que sientan un profundo compromiso para con sus representados y que éstos también asuman el compromiso cívico eligiendo a los mejores, indagando en sus propuestas y antecedentes y no por su presencia en redes sociales a través de la inversión publicitaria.
Criar un nuevo caballo poniendo lo mejor de todos, será posiblemente el único camino para el futuro de la ciudad; enterrando lo que hay que enterrar para volver a posicionarnos en el podio regional que, lamentablemente, hemos perdido.
