

Es sabido que la gestión de Pablo Petrecca se basa en fotos y un relato alejado de la realidad, pero en su desesperación por el poder, el alcalde está traspasando todos los límites.
De hecho, el acto de propaganda realizado en el complejo municipal para repartir útiles escolares, viola el artículo 42 del capítulo décimo de la ley de ética pública (25.788) que señala: “La publicidad de los actos, programas, obras, servicios y campañas de los órganos públicos deberá tener carácter educativo, informativo o de orientación social, no pudiendo constar en ella, nombres, símbolos o imágenes que supongan promoción personal de las autoridades o funcionarios públicos”.
Sin dudas que semejante “celebración” convocando a los beneficiarios para exponerlos públicamente en las imágenes recibiendo la ayuda municipal, ni siquiera requiere de una ley para darse cuenta de que se trata de otro abuso de la demagogia gubernamental y deja en claro la falta de ética del gobierno que dijo llegar para “combatir al populismo”.
Con el dinero de los contribuyentes, los dirigentes del PRO hacen campaña, lo cual resulta una menuda estafa a los vecinos que asisten diariamente al deterioro de los servicios municipales y la falta de planificación de funcionarios ineficientes.