Micaela Garrido, cabo de la Policía Federal, tenía otra actividad. Era viuda negra. A su última víctima la conoció en diciembre pasado y decidieron ir a un bar de Plaza Serrano en Ciudad de Buenos Aires.

En un momento de la noche, ella le propuso pasar la noche juntos y se dirigieron a la casa del hombre ubicada en Villa La Ñata, partido de Tigre. Como es habitual, la víctima perdió el conocimiento y cuando se despertó faltaban objetos de valor y su auto.

El hombre formuló la denuncia ante la Policía Bonaerense y el fiscal Cosme Iribarren le encargó la investigación a la Sub DDI de Tigre. El auto fue encontrado abandonado cuatro días después y los detectives lograron dar con el domicilio de la acusada registrado en Ciudad Oculta, ubicado en Villa Lugano.

La mujer se despeñaba en la comisaría de la terminal de micros de Retiro hasta que el fiscal ordenó su arresto. Ahora, quedó detenida en el penal de Merlo del Servicio Penitenciario Bonaerense.