

Después de estar cinco años prófugo, finalmente fue detenido José Víctor Gutiérrez, alias “Primo”, un hombre de 46 años que jugó un rol clave en una red de corrupción que involucraba a miembros de la Policía Bonaerense y del sistema judicial. La captura se llevó a cabo en su domicilio de Villa Trujui, partido de Moreno, donde residía sin mayores sobresaltos.
“Primo” no era un narcotraficante de alto perfil ni lideraba una banda delictiva. Su función era aún más comprometedora: recibía drogas incautadas por la Policía Bonaerense durante operativos y las revendía en el mercado negro, contando con la complicidad de ciertos oficiales. Es decir, la misma fuerza que decomisaba estupefacientes luego se los entregaba a Gutiérrez para que los reintrodujera en circulación.
La detención fue el resultado de una investigación de 15 meses que incluyó el uso de drones y cámaras de seguridad instaladas en postes de luz para monitorear la zona sin alertar a los vecinos.
Un tatuaje tribal en su brazo fue determinante para identificarlo en las imágenes obtenidas, confirmando su presencia en la vivienda. Durante años, Gutiérrez actuó como informante para las delegaciones antidrogas de San Martín y San Isidro. Participaba en operativos, utilizaba chalecos oficiales y colaboraba estrechamente con los agentes.
Sin embargo, su verdadera actividad consistía en apropiarse de parte de la droga incautada en esos procedimientos, con el consentimiento de los propios policías, para luego venderla en el mercado ilegal. Este esquema delictivo beneficiaba tanto a Gutiérrez como a los oficiales corruptos involucrados.
COMPLICIDAD JUDICIAL
Este caso está directamente relacionado con la megacausa que llevó a la destitución del exfiscal de San Isidro, Claudio Scapolán, acusado de liderar una asociación ilícita dedicada al armado de causas falsas, extorsión a narcotraficantes y desvío de estupefacientes para su posterior venta.
Según la investigación, esta organización habría robado al menos 555 kilos de cocaína, 33.000 dólares y 386.000 pesos mediante extorsiones a narcotraficantes entre 2013 y 2015.
Tras su detención, Gutiérrez fue trasladado a dependencias judiciales y se negó a declarar. Su conocimiento sobre las operaciones internas de esta red de corrupción es considerado clave para desentrañar la estructura delictiva que operó durante años en la provincia de Buenos Aires.
Las autoridades esperan que su captura contribuya a desmantelar por completo esta red de complicidades que permitió la reintroducción de drogas en el mercado y la corrupción dentro de las fuerzas de seguridad y el sistema judicial.
La investigación continúa, y se prevé que en los próximos días se realicen más detenciones y allanamientos en busca de otros implicados en esta red de corrupción que sacude a las instituciones bonaerenses.