

Por: Redacción Semanario de Junín
El inexplicable conflicto que se generó días atrás entre unos pibes que andaban en bicicleta y los inspectores municipales encargados de -paradójicamente-mejorar el tránsito en Junín, resulta otro de los espectáculos patéticos que ofrece el gobierno de Pablo Petrecca, que por su impotencia la emprende contra los más chicos y no se le anima a sus amigos y a los poderosos.
Las aristas de semejante inacción por parte de adultos que debieran promover la paz social y por el contrario alientan el caos, todo por un simple patoterismo servil; puede estar avalado sólo por aquellos que -como focas- aplauden cuando revientan a palos a los jubilados y los critican desde la pantalla del celu después de enojarse porque no tienen saldo para seguir jugando en los bingos clandestinos.
Salvador "Colo" Iúdica representante argentino en Optimist junto a su hermana
Esos miserables anónimos, no caen en la cuenta de que para el petrequismo y sus funcionarios obsecuentes, es más fácil emprenderla contra los pibes en bici alrededor de la plaza, porque el gobierno local no tiene ningún plan para contrarrestar el desastre del tránsito en la ciudad, al que como toda la gestión, lo circunscriben a cuatro manzanas del centro y para colmo ahora se quedaron sin la funcionaria de los “palitos amarillos”.
Dos años atrás, Salvador "Colo" Iúdica era reconocido por el intendente "Con gran titular" en sus medios amigos que hoy son los mismos que "por la pauta " lo atacan
Por su parte los inspectores también erran el foco, porque tras el incidente que dejó entre la vida y la muerte a uno de sus compañeros, tendrían que haber tenido la valentía de enfrentar al Ejecutivo por la falta de apoyo a la hora de los operativos, sin embargo, prefieren maltratar a los infractores como si cada uno fuera el culpable de sus paupérrimos sueldos y el destrato laboral. Al fin y al cabo, son tan víctimas como quienes maltratan, porque sus reacciones son el reflejo de su impotencia.
Por eso no se animan con los ciclistas que van en doble fila por Circunvalación o el camino al balneario, los que circulan por la autopista y además de contramano.
Tampoco la emprenden con los motoqueros que hacen una “tiradita” en la ruta a 200 por hora. Y menos aún se les ocurriría meterse en los barrios donde están las bicis y motos robadas y cada cual circula por donde se le canta.
Esos casos no son “de riesgo” como un “willie” al lado de la plaza, simplemente son infracciones que naturalizan por cobardía lisa y llana.
No sea cosa además, que por aplicar la norma a algún “amigo del poder” se queden sin trabajo y para colmo, sin excusas.