

“El inconsciente puede reservar mensajes esenciales para los oídos que sepan ponerse a la escucha”, decía uno de los padres de psicología como Carl Jung, lo cual podría servir para analizar algunas de las acciones que realizan desde lo público (aquello que nos pertenece a todos) los funcionarios de gobierno.
Algo de eso podría advertirse en cuanto a lo que pasa con los camposantos juninenses.
Un par de situaciones bastante particulares y en algún sentido graves se dieron en el último tiempo por parte de la gestión de Pablo Petrecca.
Por un lado, la vergonzante situación que atraviesan las necrópolis de la ciudad que están bajo el manejo municipal. No sólo se trata del dramático estado que presentan debido sólo a la falta de mantenimiento, sino el deleznable tratamiento que le dan a quienes ya transitaron por esta vida y no merecen que sus restos estén esparcidos macabramente como si fueran simple basura por desechar.
Por otro lado, el gobierno de Junín celebró con bombos y platillos la apertura de un cementerio de mascotas “privado”, en un terreno “donado” por la comuna que representa a la comunidad en su conjunto.
PREGUNTAS CONSCIENTES
Según los especialistas, el inconsciente no responde de la misma forma que la mente consciente. En lugar de ofrecer respuestas directas y conscientes, el inconsciente se manifiesta a través de sueños, lapsus, actos fallidos, chistes y síntomas.
Estas manifestaciones son reflejos de impulsos, deseos y conflictos internos que, aunque no son percibidos directamente por la conciencia, influyen en nuestro comportamiento y emociones.
Por ese motivo y como nos gusta indagar tanto en el consciente como en el inconsciente, nos preguntamos respecto al mensaje (o metamensaje) que se intenta dar al respecto.
En primer lugar entender el motivo por el cual Petrecca, quien tuvo entre sus prioridades de campaña allá por 2015 la creación de un hospital veterinario municipal y nos termina entregando un cementerio de mascotas ¿Cuál es el mensaje? ¿Acaso tendrá que ver con la importancia que le da a la salud esta gestión?
O simplemente tiene que ver con el ADN de cada campaña del PRO que encontró emotividad en el mensaje hacia las mascotas, como lo hizo recientemente uno de sus candidatos a la legislatura porteña, Yamil Santoro, que apareció en el debate oficial con su perrito.
¿Cuál será el significado del aprecio por las almas mascoteras y el desprecio por el de quienes forjaron el desarrollo de un Junín hoy devaluado?
O tal vez sea sólo impericia en la función pública, aunque se trate de una situación bastante llamativa, que desnuda el relato edulcorado frente a los fallidos de gobierno.