Por: Escribe Andrés ‘Tato’ Rissolo, especial para Semanario

Posiblemente, por una intangible identificación psicológica de arrojar a la máquina picadora los anhelos, sueños y aspiraciones de los ciudadanos, el intendente municipal de la ciudad de Junín, Pablo Alexis Petrecca, de forma exultante, celebró con pompas y circunstancia la apertura de al menos cinco locales gastronómicos mayormente vinculadas a la venta de hamburguesas.

Tras largos meses de espera, con una inversión que corrió por cuenta de la comuna y que habría superado ampliamente el medio millardo de la verde moneda en infraestructura, como la obra vial de extender la calle Discépolo, la reconstrucción del alcantarillado, la nivelación del terreno, la extensión del gas, agua y energía eléctrica, la popular cadena de venta de carne picada comprimida con un aderezo muy bajo en potencial de hidrógeno, abrió las puertas de su local en un espacio estratégicamente ubicado de la ciudad.

En el acto de apertura, el mayoral Petrecca secundado por su comitiva de ceremonial, propaganda y aplausos, recibió los plácemes por la posición tomada y por las palabras, tan sentidas, que superaron en lágrimas hasta de las del propio dueño del establecimiento. Es más, hasta hubo quienes creyeron que Petrecca era el dueño del local. Y ciertamente no era para menos: construir un punto de encuentro para los fanáticos de las hamburguesas y de las comidas rápidas, es un hecho que no muchos estadistas han podido satisfacer.

Para ser más precisos y comprender cabalmente la algarabía del maestresala Petrecca hay que puntualizar que se han abierto, al menos en los últimos 30 días, cinco emprendimientos privados del rubro gastronómico, lo cual constituye algo así como más de 100 fuentes de trabajo. Para una ciudad de 100.000 habitantes el impulso laboral sería de algo así como del 0,001 %.

Y en esta bacanal de aperturas y de fuentes de trabajo, fue dable de advertir la atómica explosión de estas nuevas ofertas gastronómicas que no sólo diversifican la oferta local, fortalecen el empleo y excitan el desarrollo económico de la ciudad, que el hecho obnubila y enceguece a los analistas, economista y ciudadanos comunes, de ver cómo, Junín, resurge de las cenizas como el ave Fénix. Nada comparable con los 5000 operarios que trabajaban en los talleres ferroviarios y alguna otra empresa metalmecánica, pero el glamour de una buena hamburguesa es inobjetable.

Además, como por si todo esto fuera poco, y para desmitificar eso de que la noche de Junín es sosa, un alarde de diferentes sabores y aromas de café y blend de tés importados nacen en los nuevos estaños que se hacen sentir en los distintos puntos del casco urbano. Eso sí, a media noche todos en casa a pernoctar, porque la ciudad se convierte en un cementerio. El miedo de las posibles apariciones de fantasmas y ánimas del fuerte que pudieran reaparecer son muchas.

A no ser por algunas pocas alegrías, "El Gran Siniscalco" Petrecca hace rato que ha borrado su sonrisa del rostro, camina cabizbajo y rehúye de las celebraciones que no lo tengan como centro

Pero este inconmensurable tsunami de alegría por celebrar el trabajo ajeno que reporta pingües beneficios económicos publicitarios en un año de elecciones, también se realizó la apertura de sobres para la apertura de la nueva Terminal de Ómnibus, la cual tuvo un solo oferente y cuyo objetivo será la provisión del servicio y posterior concesión de la administración, funcionamiento y explotación comercial de la estación terminal de ómnibus.

Como una fineza por ser los únicos que se animaron a encarar esta empresa, al menos en una unión transitoria, se otorga la gestión de la terminal, la concesión de uso, construcción y explotación de instalaciones comerciales, recreativas y culturales complementarias en el edifico y la zona aledaña. Si, si, los chupetines, bombones y caramelos también están incluidos en esta dulce negociación, siempre a cargo del municipio para beneficiar a extraños. ¿O no?

Sin ninguna clase y tipo de dudas este evento fue un tributo de carácter “histórico” que el sequito elevó a su almotacén Petrecca. No importa si esto es una prestación de servicio o concesión, lo que es meramente un tecnicismo que no molesta a nadie. JUNIN ES UN LUGAR DE OPORTUNIDADES. SOLO PARA ALGUNOS. Es cierto que los papeles deben pasar por el Concejo Deliberante, la escribanía adepta al tasador Petrecca, la creación de comisiones y posteriores dictámenes para culminar con la burocracia, la promulgación de rigor es un mero procedimiento rutinario.

Así se dará inicio a otro emprendimiento para pocos, en esta versión intitula “Paseo de la Ribera”, que a soto voce y en penumbras mantiene al hipermercado Carrefour camuflado por el enorme potencial con que el senescal Petrecca suele invocar cada vez que lo invoca en una algunas de sus soluciones químicas de sus posiciones.

Al parecer, quizás tarde, es que se han dado cuenta que a la ciudad de Junín ya no entran ni colectivos. Los ómnibus de larga distancia ahora tendrán sus dársenas para estacionar, pero lo que se van a quedar relegados van a ser los ciudadanos que deban tomar un auto de alquiler para llegar a la citada estación o, por el contrario, la incomodidad de llevar valijas y bolsos en el colectivo local que lo acerque hasta la vera de la autovía. Otra cosa a saber es si los ómnibus con recorrido hasta la estación de ómnibus circularán todo el día.

Solo por caso, sin ninguna intención más que la de destacar que los grandes emprendimientos y acciones las delegan a acción privada afín a la gestión, el pretor Petrecca en tunante actuación continua con los emprendimientos digitales. Esta vez mostrándose entre los que trabajan con pinceles y pinturas -ahora pomposamente se las llama puesta en valor- de la edificación de la aerostación de Junín. De la refacción de la pista, de la iluminación led de la pista, sobre el servicio de la carga de combustible y toda otra cosa importante están ajenas a la mentalidad petrequista. Claro, todavía no encuentran esa parte privada que se adecue a realizar estas tareas y acordar ciertas condiciones.

A no ser por algunas pocas alegrías, "El Gran Siniscalco" Petrecca hace rato que ha borrado su sonrisa del rostro, camina cabizbajo y rehúye de las celebraciones que no lo tengan como centro.

De no ser así se acurruca en rincón acompañado por uno o tal vez dos adláteres que le hacen compañía. No saluda, y si es menester recusa cerrilmente una respetuosa mano. Pesar por pesares. Quién sabe, tal vez porque no hay peor astilla que la del mismo palo, cale hondo en las entrañas del conde estable Petrecca estar al tanto que un ministro de su misma colectividad, pero con signo político contrario, le dispute el sillón municipal.

Mucho cuidado se debe tener con las futuras generaciones con estos políticos crudos, quienes serán los mismos que picarán sus esperanzas y un virus urémico hemolítico podría matarlos a todos de una sola vez.

Las proyecciones comerciales, no industriales ni deportivas, ya que la destrucción del complejo deportivo y recreativo municipal fue mutilado primero por el intendente Meoni con la construcción de la estación de ómnibus y, ahora, en la continuidad con el mismo grupo empresario la destrucción total del mismo para fines comerciales de pocos.