

Por: Redacción Semanario de Junín
EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 461 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 10 AL 16 DE MAYO DE 2025
¿Qué puede salir mal cuando el Estado se compone de funcionarios que están mirando las autofotos en lugar de la realidad, que no saben lo que deben hacer y que la responsabilidad asumida frente al electorado o hacia los contribuyentes es nula?
Pues bienvenidos al presente del país, atravesado por una pléyade de gente que “trabaja de político” aunque no tenga ni idea de que se trata lo que está haciendo.
¿Esto cabe también para el Presidente de la Nación? En cierta manera sí, porque sus funcionarios y dirigentes terminan siendo el reflejo de sus “políticas”.
¿Y en Junín qué? Pues en nuestra ciudad lamentablemente no salimos del promedio, por el contrario, es posible que sigamos sumando en busca del podio.
No se trata de una idea rebuscada ni es desmérito de una sola fuerza partidaria.
En los últimos días, Junín fue epicentro de una batalla campal entre líneas internas del partido que gobierna el país, por eso la ciudad apareció en los medios hegemónicos reseñando la pelea entre Sebastián Pareja y Santiago Caputo, armador bonaerense para las elecciones de medio término y asesor presidencial predilecto de Milei.
Todo el escándalo se debió simplemente al despecho de simpatizantes que buscaban (casualmente) un conchabo estatal aunque odien a “la casta”.
El conflicto derivó en el desplazamiento del director del PAMI local, Alberto Pascual, quien venía cumpliendo tareas para hilvanar -de algún modo- políticas locales que mengüen el desprecio a los jubilados que promueve el gobierno, dándole palos los miércoles y matándolos de hambre los demás días de la semana.
En los 16 meses que lleva el gobierno libertario hubo tres reemplazos en el PAMI regional, una muestra más de lo que importan adultos mayores.
Sin embargo, siempre puede haber algo peor. Entonces para sumar desconsideración hacia los pensionados y jubilados, las “Fuerzas del cielo” eligieron para el cargo a Joaquín Ojeda, un profesor de inglés de 34 años que resulta irreprochable respecto a su capacidad con la lengua de Shakespeare, pero seguramente conozca poco y nada de legislación previsional.
A estas alturas no puede causarnos asombro semejante situación en una ciudad como Junín en la que la experta en ambiente está a cargo de los talleres municipales, un periodista de automovilismo fue director de caminos rurales, un ingeniero industrial de obras públicas y una “profesora” sin título a cargo de la educación.
¿Qué más podemos esperar?