

Desde hace una semana, esta vereda ubicada en Colombia al 500 permanece obstruida con un ramaje suficiente que alcanzaría para tapar a un automóvil.
La foto demuestra la inoperancia del personal municipal encargado de los espacios públicos y además, el relato mentiroso del intendente que suele decir que la ciudad está limpia y le echa la culpa a los vecinos, de la suciedad que la comuna no levanta.
Eran otros tiempos, en los que el servicio de recolección de poda se llevaba a cabo de modo eficiente, hasta que apareció la cooperativa de trabajo del PRO, que no hizo más que llevarse una recaudación multimillonaria sin cumplir con la contraprestación debida, algo que ha naturalizado el petrequismo en varias áreas.
La muestra gráfica no es algo novedoso, sino que resulta una postal que se repite en los barrios que nadie inspecciona ni atiende y donde los juninenses deben arreglarse como pueden.
Además, se cuenta que el frentista al que corresponde la vereda, ha recibido varias denuncias desde hace años, sin que hasta el momento lo hayan intimado a poner en condiciones el predio que estaría abarrotado de maderas y animales, motivo por el cual se teme por un probable incendio que causaría grandes estragos.
Como ocurre en forma cotidiana en la ciudad, hay juninenses de segunda que son los que esperan soluciones y otros privilegiados, amigos del ejecutivo, a los que nada les importa. Igual que al intendente.