Por: Redacción Semanario de Junín

Los hechos delictivos no tienen freno en nuestro medio y parece no haber solución para la inseguridad.

Los últimos sucesos resonantes generaron tensión debido a que ocurrieron en un barrio cerrado de la ciudad, lugar adonde los malvivientes pudieron burlar cualquier tipo de seguridad.

De esa manera, tres personas armadas, con guantes y encapuchadas ingresaron anoche alrededor de la 1,30 a una vivienda ubicada en el Barrio privado San Ignacio, que se encuentra en la calle Las Gallaretas en la zona de Cerrito Colorado.

Doblegaron a una pareja y sus hijos menores tras entrar por una ventana. Bajo contantes amenazas y luego de atarlos, procedieron a buscar elementos de valor, alzándose con una suma de dinero en moneda extranjera y algunas joyas, lo cual reportaría un valor aproximado de 20 millones de pesos.

Siguiendo con su raid delictivo, los malhechores se dirigieron a una vivienda en la que en ese momento no se hallaban sus moradores, ingresando a la misma por una ventana, oportunidad en la que robaron dinero y otros elementos de valor estimándose el monto sustraído en unos 10 millones de pesos. La propiedad es del dirigente político y farmacéutico, Gustavo Traverso, que en ese horario el comercio estaba de turno.

Hasta el momento no se pudo identificar a los delincuentes, aunque se informó que la búsqueda está avanzada.

Los hechos generaron un profundo malestar entre los vecinos del barrio cerrado, ya que lógicamente se encontraron con la realidad de que, en medio de la gran inseguridad del distrito, nadie está a salvo de un hecho delictivo.

Justamente los encargados de la administración del predio indicaron en un comunicado que “nuestro Asesor en seguridad recibió comunicación inmediata del suceso lo cual redundó en la activación inmediata de los protocolos de alerta”, reforzando rondines y constatando la alarma del cerco perimetral y monitorearon el lugar, aunque los malvivientes ya se habían fugado.

El comunicado interno del barrio también expresaba: “entendemos que hechos como este, más allá de su jurisdicción específica, nos convocan a reforzar nuestros hábitos de cuidado individual y colectivo, como parte de una comunidad que valora la vida en seguridad y armonía”.

Si bien indicaron que “el barrio dispone de protocolos de seguridad, alarmas perimetrales, cámaras y rondines que se activan ante cada alerta”, estos recursos requieren del “compromiso activo de cada vecino para ser verdaderamente eficaces”.